Hora hostil (L XIII )

[Maria Pilar Gonzalo]

Debo decirte que el poema me resulta incómodo. Tienes razón cuando hablas de las distintas caras del amor, aunque yo prefiero llamarlo dependencia.

Sin duda, todo el poema estremece y la calidad es indiscutible.

Enhorabuena, por un trabajo tan explosivo.

Abrazos.

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Juan. Generoso como siempre en tus apreciaciones. Me doy cuenta de que, como todos los poemas, este puede tener más de una interpretación.
Va contra mi costumbre explicar los poemas, porque creo, sinceramente, que cuando uno libera al poema, ya tiene vida propia y cada lector saca de él lo que busca, quiere o espera, siempre desde la óptica de su propia experiencia.
Mirandolo, ahora, como lectora me puedo detener a interpretarlo.
Si a alguien le hace sentir que hay pasión en el, será que la hay. Si a alguien le parece trasgresor, lo será. Si alguien lee que es solo un acto de rendición ante el Amor (que no el amante)también lo sería. Si alguien piensa que es solo una fantasía llevada al extremo, puede serlo...Porque, como digo, hay tantas lecturas como lectores.

Bueno. No me enrollo más.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Guillermo, por tu paso por estas letras y el regalo de ese cuarteto que tan amablemente me dejas
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Quinteño, por tu amable comentario y por encontrar algo original en estas letras.
Un abrazo.
Pepa

[E. R. Aristy]

Hora hostil



Recórreme la cara, desójame los ojos,
-secos y quebradizos de tanto no mirar-
Desbócame la boca desnuda del besar.
Desgájame la lengua a cuajarones rojos.

Desarbólame el árbol de estos viejos despojos.
Caréname estos dedos, huérfanos del tocar.
Desvélame los velos negros del paladar.
Apílame los huesos en crujientes manojos.

Golpéame en el alma con el último aroma.
Arráncame estas gotas de luz, de la redoma
del corazón. Las mismas con que, a veces, me abrigo.

No me tengas clemencia, que nadie te la implora.
Estoy arrodillada al umbral de esta hora.
Conviértete de nuevo, amor, en mi enemigo.




Pepa

Impactante soneto! Me dejas sin aire Pepa, me maravillas!
ERA

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Ramón, por dejar tu impronta en mi ventana. ¿Envidia de mí?¿Tú? Es como si dijeras que Velázquez envidia a una mona con un rotulador. Mira por donde, me has sacado una sonrisa.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Luis, por venir a estos versos y dejar tu huella.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Marisa, por el precioso y generosísimo comentario que me dejas. Si crees que no se te dan bien los sonetos te digo que no importa, porque escribes de maravilla sin necesidad de ellos. Pero creo que solo es cuestión de práctica y podrías hacerlos tan bien como cualquiera.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias; Victor Vergara, por el acertado comentario. La idea era trasmitir como la pasión nos anula y nos deja a merced de nuestros propios sentimientos.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Rafel, por tu visita y por tu siempre experto comentario.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Amigo Victor. Primero darte las gracias, por leerme tantas veces y por dejarme tus comentarios, siempre positivos. El único masoquismo que hay en este poema es el que nace de enfrentarse de nuevo al amor a pesar de los golpes que ya nos dio antes -muchos y duros- y de que siempre se ha mostrado como un enemigo.
Este poema es de hace un tiempo y la situación en mi vida era otra.
Espero que te sirva de ayuda esta pequeña aclaración.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Maria Pilar, por tu comentario.
No hay duda de que según la lectura que se haga del poema, este puede producir incomodidad y es comprensible que así sea. A pesar de que cada opción de amor es valida, incluso la que incluye como placer la sumisión, no es la intención última del poema referirse a ello. ¿Acaso no hay algo de masoquismo en el amor no correspondido, por ejemplo?
Como ya dije más arriba, una vez escrito, el poema vive por si mismo y se reescribe en cada lectura.
Un abrazo agradecido.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, ERA, por tu más que generoso comentario.
Tu presencia en mi ventana siempre es un honor.
Un abrazo.
Pepa