La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Guillermo Cuesta escribió:En la oscuridad desesperanzada hay ciertos hálitos de luz que
se defienden del aire denso y contagioso con el que cierras el
magnífico ritual de tu poema.
un abrazo
Gracias, amigo Guillermo por tu paso y generosos comentarios
Hermoso y pesimista, muy pesimista, tu poema, con ese algo inquietante tan tuyo transitando por cada estrofa, como si hubieran estado esperando a ser escritas, me quedo con la última de ellas, en su aparente sencillez encierra la tristeza.
Un abrazo, J.M.M.
Los besos por escrito no llegan, se los beben los fantasmas por el camino.
(Franz Kafka)
Juan Marcos escribió:Ritualizada la existencia, espectáculo se torna el simulacro de la vida que deambula ebria de vacío suicida y asesino, desnuda en la noche que se muestra en el rostro de los charcos sucios, la prolongación que se pretende reflejo de la eternidad y que no es otra cosa que la impotencia manifiesta de la modernidad...
Como siempre, es intenso el placer de la lectura de las inflexiones profundas de tu alma...
Un abrazo afectuoso...
Juan Marcos
Juan, son todo un lujo de profundidad crítica todos tus comentarios. Es todo un lujo tenerte en estos foros, ya que en la interacción que le da sentido a su existencia, es tan importante el tema publicado como los comentarios que originan, que si son de gran nivel crítico -y para ello es necesario una gran preparación y sensibilidad artística- el poema crecerá o tomará derroteros muchas veces desconocidos para el propio autor en su primera intención creativa.
Es un poema donde cualquier lector se encuentra en algún momento, un poema que se disfruta por su riqueza poética, pero también por que se hace familiar con elementos cercanos, pero muy originales y que desnudan al hombre...Un poema que me ha encantado, que me gustaría haber escrito y por el que te aplaudo, por ese equilibrio envidiable que has logrado. Abrazos de amigo.
"Para saber que sabemos lo que sabemos, y saber que no sabemos lo que no sabemos, hay que tener cierto conocimiento" (Nicolás Copérnico)
Ver es más que abrir los ojos y apuntar nuestras angustias. Es más que calibrar las agujas del pecho a la rutina.
( http://lascosasdelmonje.blogspot.com/ )
La melancolía convierte los rincones, las esquinas, las ventanas... en focos, residuos, hogares pasajeros donde perviven ausencias que resisten a la esperanza. Saludos, amigo.
me ha gustado mucho. Así lo he visto: el protagonista de un amor terminado mira desde su ventana a la calle como queriendo recuperar algo de lo que vivió en ella cuando aun latía el amor. Sin embargo:
la noche no devuelve nada.
La risa ante los escaparates relucientes es cosa del ayer. Ya solo queda el oprobio de las horas.
Una intensa melancolía urbana recorre todo el poema manteniendo el tono hasta el final del mismo, sin perderse en vaguedades o nexos innecesarios.
Me ha gustado mucho,
un abrazo
Gracias colega Pablo, por tan acertada interpretación que haces del poema. Celebro que te haya gustado.
El prisma a través del cual miras e interpretas esa amargura la hace aparecer a los ojos como un destello luminoso de buena - muy buena- poesía. Un acierto venir a tus versos.
Un abrazo.
Pepa
Prefiero ser verbal
y no adjetiva.
Perfecta ¿para qué?
si no es amandote.
J. J. M. Ferreiro escribió:Era lo amargo
que parecía
no desistir entre nosotros.
Miro ahora la calle
que abre sus fauces húmedas
mientras pasa muy lentamente una muchacha solitaria
parecida a un filo homicida.
El mobiliario urbano
hiede a viciadas memorias nocturnas;
aun así es tranquilizador
acechar el silencio
en espesores o cadencias separados
que huyen de la tensión inútil de la luz;
ver en las esquinas
los sepulcros de claridad, todavía tibios,
como las cenizas que depone un amor atormentado.
Más allá del oprobio de las horas,
está el hambre contaminada de los exangües escaparates
que irradian el azar de todas las opciones rechazadas,
−temblores que tantean las cosas y los cuerpos
en una ceremonia que simula otra vida.
Ya nunca más seremos
esos residuos
ni cendales ardiendo
porque la noche no devuelve nada
ya que ni huesos tiene.
Es como un aire muy denso y contagioso
que solo sirve para después de los rituales.
Clara conciencia, efusión y puntual significado en un poema importante y necesario. Me permití apuntar los versos que me me -zarandearon- el alma.
Un abrazo grande, poeta
Gracias Liz por tan generosos comentarios. Es un honor que los hubieses disfrutado tan efusivamente.
Rafel Calle escribió:Muy hermoso poema, amigo Ferreiro, que sigue en la línea de tus últimos trabajos donde pareces abrirte más que nunca a la comprensión del lector. El lenguaje abre, desarrolla y cierra muy oportunamente dentro de tu habitual imaginería poética, intransferible, poderosa, eminentemente bella.
El hombre ausculta el ambiente, el ahora y el pasado. El hombre y la llama, y un tic tac que respira fogosamente hacia el futuro de pavesas en la inhóspita ciudad amurallada.
El hombre y un brasero a los pies de la añoranza.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, buen poema en una, a mi juicio, excelente evolución de tu lenguaje metafórico en aras de la transmisión ideal.
Un fuerte abrazo.
Gracias Rafa, por esa lúcida radiografía que haces del "hombre" del poema. Celebro que te haya gustado.
Ya nunca más seremos
esos residuos
ni cendales ardiendo
porque la noche no devuelve nada
ya que ni huesos tiene.
Es como un aire muy denso y contagioso
que solo sirve para después de los rituales.
Es impresionante cómo una sola palabra puede impregnar de su atmósfera y esencia todo el poema. Lo amargo se incrusta en el mensaje, penetrando violentamente en su cuerpo para formar parte de él hasta en la ausencia de la seguridad en la noche, tan desposeída de consistencia, tan desesperada y evanescente como el aire empapado de los fuertes olores a incienso y resinas de los sacrificios.
Salud.
Gracias por pasar, amigo Julio y dejar tan generoso comentario.
Estoy revisando poemas antiguos y podando aquí y allá... no sé realmente para bien o para mal... pero bueno... ahí está.