
Muerdes los huecos del alma
que danzan al filo de los minutos carnales.
Carne de espacio y veneno
en las arrugas del tiempo.
Sobre el mismo horizonte
el sol duerme cada noche
soñando un despertar
de pájaros altivos,
salvajemente errantes.
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© Mar
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias Roberto, me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo Miguel y gracias, aunque ya no andes por aquí.Miguel Alcantud escribió:
Precioso y conciso. Me ha gustado mucho este poema. Un abrazo.
Pues no es poco, amigo Julio, lo que nos queda, solo tenemos que pedir salud para cuidarlo.Julio Gonzalez Alonso escribió:
Alma, carne y paso del tiempo... es todo cuanto nos queda. Y que dure. Con un abrazo.
Salud.
Gracias Pepa, mucho tiempo despuésJosefa A. Sánchez escribió:
Bello e intenso. Un gusto pasar por tus letras.
Un abrazo.
Pepa
Liz Barrio. escribió:
"de pájaros altivos,
salvajemente errantes.
"
...maravilloso ese cierre. Un poema muy bello.
Abrazos, poeta
Guillermo Cuesta escribió:
Un paisaje limpio para dejar una exclamación de ritmo trepidante.
Un abrazo
Guillermo