que con la gloria
se olvidan las memorias.
Yo tenía un poco de amor guardado
por aquello de que hay quienes
están más jodidos que uno.
tenía mil palabras tiernas amontonadas
en las manos,
y en los labios algún beso que sana.
No quería dejarlo a la deriva
tampoco entregarlo a cualquiera,
me sacrifiqué muchas noches
tragando lágrimas,
peinando soledades.
y entonces me resigné a la oscuridad
rezaba a la noche.
La vida es tan corta
como fugaces las palabras.
me armé de coraje
para no caer en tentaciones
y en punta de pie
las enfrenté a carcajadas,
entre risa y risa
llegaste tú.
ahora satisfecho, henchido,
casi a reventar el pecho
se te olvida mi nombre,
y me dejas extraviada
en cualquier almohada.
que pena que todavía creas en milagros,
yo perdí todo
hasta el amor.
