POR TODA LA ETERNIDAD

[Liz Barrio.]

Meses atrás dejó de pronunciar estas palabras: tragedia, herida, certeza, locura, esperanzas (en plural, claro). Simplemente no se le ocurrió ninguna buena razón para que permanecieran estacionadas en su vocabulario como fantasmas, como arrugados y amarillentos pergaminos llenos de tiempo y sinsabores.

Se levantó y paseó un poco por la habitación, pensó en los años lejanos y vibrantes, cuando estética y consonancia eran el latido propuesto y realizado, y cuando el único dolor era tener que retirarse feliz y colmado de impertinente cansancio a esperar que el día siguiente amaneciera pronto, de prisa, sin la lógica demora de seis u ocho horas dedicadas a "reparar fuerzas". No necesitaba eso, no había tiempo qué perder. Sentido y razón estaban en la vigilia, en la vida, no en dormir y sosegarse, en detenerse tontamente...

Y entonces, dolió. Dolió aquella percepción cabal, sorda y opaca; como la vez que supo que la magia había caducado y que la vida continuaría tan impasible y simple, tan monótona y fija como hacía tiempo venía pegándosele a los huesos, al cerebro, a la respiración. Pensó: -No somos tan opuestos, a fin de cuentas es innegable, el final es el mismo tanto para mí como para cualquiera. Es la forma sólamente, la manera en la que a algunos nos alcanza.

Volvió al escritorio, arrojó el papel lleno de borrones lacios y avejentados a la basura y bebió de la copa que había preparado hacía unos minutos con todo esmero, dominio y conciencia. No quiso cerrar los ojos, se negó rotundamente, con el carácter y la voluntad que le restaban. El último aliento así tenía que ser, responsable y despierto, alerta y puntual.

No tardó mucho. Aún hubo tiempo de pronunciar estas palabras:

-Bueno, es tu turno, ahora dime que me quieres. Dime: seamos felices por toda la eternidad, como cuento de hadas, como si supiéramos ambos que no somos fracciones únicamente. Anda, dime por qué estamos, dime quiénes somos.

[Edgardo Benitez]

...

[Liz Barrio.]

Elizabeth, un gusto venir hasta tus letras.
La prosa bien cuidada y versátil dan al texto una sensación de despedida. No puedo hacer a un lado esa sensación de "cicuta" que atormenta la vida de los más pintados.
El brebaje que ilumina el camino que recorrerán nuestras almas, tomados de la mano, hasta alcanzar la eternidad...
Precioso trabajo, me ha gustado. Me gusta también el titulo, es suficientemente sugestivo para impulsar al lector a leer el texto.
Me gustaría que publiques en Arial, y no en negritas. También te recomiendo el uso de l"a raya", para los diálogos,. Si tu maquina no lo tiene puedes hacerlo con Alt+0151, ya que eso dará más valor a tus textos.
Gracias por subir tus textos.
Edgardo Benitez

Bueno, es grato saber que quien lee lo que escribí puede encontrar diferentes significados y fines. En realidad, mi cuentito no es muy optimista que digamos. Sucede que (como dicen: no estás para saberlo ni yo para contarlo), estoy atravesando un gran vacío y dolor por la pérdida de un familiar a quien quiero y querré siempre con todo mi corazón. Decidí escribir algo en prosa y resultó esto que tan amablemente has leído y comentado. Gracias por eso. Tomaré en cuenta tus sugerencias pero no prometo nada en cuanto a usar otro tipo de letra, sé que es más del agrado de los lectores el tipo -Arial- pero te confieso que a mí no me gusta, así que si no te molesta y si no peco de exceso de rebeldía, seguiré usando la Comic Sans (infortunada alegoría a mi estado de ánimo actual). Gracias de cualquier modo por tus sugerencias pero sobre todo, gracias por detenerte en mi relato.
Un gran abrazo, Edgardo

[Edgardo Benitez]

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[Liz Barrio.]

Tranquila, Liz, es un honor para mí leerte. He estado hace un rato en tu blog y me ha encantado tu trabajo, en verdad he morado por algún tiempo en él, y debo decirte que si me lo permites, volveré con más tiempo para disfrutar de tus letras.
Siento lo de tu pariente, y en verdad no desearía que pases por esos momentos llenos de infortunio, pero te puedo garantizar que pasará...
En cuanto a lo del tipo de letras esas cosas... recuerda que es nada más una sugerencia, por lo demás es cuestión de gustos. Después de todo tus letras se leen perfectas.
Un abrazo.
Edgardo Benitez

Gracias por acudir al blog, Edgardo, bienvenido. Gracias mil por leerme.
Nos seguiremos encontrando en las letras.
Un abrazo

[Inés T-G]

Meses atrás dejó de pronunciar estas palabras: tragedia, herida, certeza, locura, esperanzas (en plural, claro). Simplemente no se le ocurrió ninguna buena razón para que permanecieran estacionadas en su vocabulario como fantasmas, como arrugados y amarillentos pergaminos llenos de tiempo y sinsabores.

Se levantó y paseó un poco por la habitación, pensó en los años lejanos y vibrantes, cuando estética y consonancia eran el latido propuesto y realizado, y cuando el único dolor era tener que retirarse feliz y colmado de impertinente cansancio a esperar que el día siguiente amaneciera pronto, de prisa, sin la lógica demora de seis u ocho horas dedicadas a "reparar fuerzas". No necesitaba eso, no había tiempo qué perder. Sentido y razón estaban en la vigilia, en la vida, no en dormir y sosegarse, en detenerse tontamente...

Y entonces, dolió. Dolió aquella percepción cabal, sorda y opaca; como la vez que supo que la magia había caducado y que la vida continuaría tan impasible y simple, tan monótona y fija como hacía tiempo venía pegándosele a los huesos, al cerebro, a la respiración. Pensó: -No somos tan opuestos, a fin de cuentas es innegable, el final es el mismo tanto para mí como para cualquiera. Es la forma sólamente, la manera en la que a algunos nos alcanza.

Volvió al escritorio, arrojó el papel lleno de borrones lacios y avejentados a la basura y bebió de la copa que había preparado hacía unos minutos con todo esmero, dominio y conciencia. No quiso cerrar los ojos, se negó rotundamente, con el carácter y la voluntad que le restaban. El último aliento así tenía que ser, responsable y despierto, alerta y puntual.

No tardó mucho. Aún hubo tiempo de pronunciar estas palabras:

-Bueno, es tu turno, ahora dime que me quieres. Dime: seamos felices por toda la eternidad, como cuento de hadas, como si supiéramos ambos que no somos fracciones únicamente. Anda, dime por qué estamos, dime quiénes somos.

Hola Elizabeth,he pasado por tu (casa) ha sido un deleite para mí poder leer esta narrativa tan hermosa y a la vez tan desgarradora, pero contada con mucha dulzura.

Siento por el momento que estás viviendo.!Animo!

Un abrazo.

[Liz Barrio.]

Hola Elizabeth,he pasado por tu (casa) ha sido un deleite para mí poder leer esta narrativa tan hermosa y a la vez tan desgarradora, pero contada con mucha dulzura.

Siento por el momento que estás viviendo.!Animo!

Un abrazo.

Muchas gracias por leerme, Inés. Gracias por los ánimos (que nunca sobran), pero he de decirte que sólo es un cuentito, algo que nació en una de esas noches de insomnio. Tristemente, eso sí, poco tiempo después de publicarlo, sufrí la muerte de un familiar que quiero entrañablemente. Así es la vida, extraña e impredecible... afortunadamente quizá.
Un beso y un abrazo para ti

[Luis M]

Conmovedora y magnífica prosa, Liz, de gran calidad narrativa y verdaderamente bella, ...me encantó. Mis felicitaciones sinceras. Un abrazo.

[Liz Barrio.]

Conmovedora y magnífica prosa, Liz, de gran calidad narrativa y verdaderamente bella, ...me encantó. Mis felicitaciones sinceras. Un abrazo.

Luis, de todo corazón aprecio y valoro tu bondadoso comentario a mi relato, me alegra mucho el que hayas acudido a este espacio.
Gracias y un abrazo grande y fuerte

[Maria Pilar Gonzalo]

He leido tu dolo Liz. Un dolor sereno en medio de la locura que es la muerte.

Me ha impresionado la conversación tan certera de quien sabe que su tiempo ha terminado, y lo asume sin más.

Un trabajo espléndido y desgarrado.

Te mando un fuerte abrazo y mucho ánimo, para superar la pérdida de quien tanto quieres.

[Marius Gabureanu]

Sentido relato, Elizabeth, de esos que dejan un vació, que solamente se siente cuando se pierde a un ser amado. Mis abrazos, amiga.

[Liz Barrio.]

He leido tu dolo Liz. Un dolor sereno en medio de la locura que es la muerte.

Me ha impresionado la conversación tan certera de quien sabe que su tiempo ha terminado, y lo asume sin más.

Un trabajo espléndido y desgarrado.

Te mando un fuerte abrazo y mucho ánimo, para superar la pérdida de quien tanto quieres.

Muchísimas gracias, María Pilar. Ciertamente el duelo tiene diferentes tiempos y formas de manifestarse en cada uno de nosotros, lo que sí es verdad es que lleva bien puesto su nombre, vaya que duele profundamente la muerte de quien sólo nos dio demostraciones constantes de amor y cuidado.
Gracias nuevamente por acudir a este relato mío y por tus bellas palabras.
Un beso

[Liz Barrio.]

Sentido relato, Elizabeth, de esos que dejan un vació, que solamente se siente cuando se pierde a un ser amado. Mis abrazos, amiga.

Un gusto recibir tu bondadoso comentario, Marius. Muchas gracias por leerme.
Abrazos

[Fran Ríos.]

El crescendo (he tenido que consultar si realmente se escribía así) es fabuloso, máxime porque lo consigues en apenas cinco párrafos, me has ido llevando, casi que con más angustia que el protagonista, por cierto sin género evidente. Un saludo.

[Liz Barrio.]

El crescendo (he tenido que consultar si realmente se escribía así) es fabuloso, máxime porque lo consigues en apenas cinco párrafos, me has ido llevando, casi que con más angustia que el protagonista, por cierto sin género evidente. Un saludo.

Gracias, Fran por este comentario tuyo puntual y sincero. Me emociona saber tu sentir al leer mi relato, muchas gracias, otra vez.
Un abrazo para ti