AZUL ENVENENADO

[Miguel Alcantud]

En estas horas tristes
de azul envenenado,
recorro el aire mentiroso de tu olvido
y te maldigo adormecida
entre mis dedos vacíos de octubre.

Se me agotan las quimeras
poco a poco,
como milagros mentidos,
como olvidos lastimeros...,
como relojes muertos.

Y los ojos del otoño se deslizan
entre las páginas tierra
de dolores enmohecidos,
entre los mares ahogados
de los sentidos livianos,
entre las manos vacías
y los días moribundos de mi mañana silencio.

Y yo,
multipliqué los días
buscando eternidades donde volar contigo,
y te escribí la sangre en el rojo intenso
del descarnado amor
desprotegido y vivo en la insolencia del deseo.

Y ahora, que apenas nos soñamos,
maldigo las manos que te buscan,
el verso que te escribe y el rumbo de tu boca,
el lecho que nos duerme
y la vigilia inútil de este pensamiento
que se ha hecho verso
en contra de mi cordura,
locura una vez más
taladrando esta razón que se me muere
exhausta de intentar que no regreses.

Siempre acabo hablando de ti…
siempre…

[Manuela Ramírez]

Me identifico en la asfixia de este desamor. El poema me ha gustado.

[Miguel Alcantud]

Me identifico en la asfixia de este desamor. El poema me ha gustado.

Muchas gracias por tu comentario Manuela, un abrazo

[Roberto López]

[quote="Miguel Alcantud"]

También me identifico en esta muerte asfixiante del amor, amigo. Me encantan estos versos. Saludos.

[Miguel Alcantud]

También me identifico en esta muerte asfixiante del amor, amigo. Me encantan estos versos. Saludos.

Muchas gracias por detenerte en mis versos. Un saludo

[Blanca N. García González]

La nostalgia se apodera de mi pensamiento
al leer su poema, sus letras me llegan y el
cierre, sobre todo el cierre, conmueve.
A veces no se puede sin duda dejar de
hablar de ese ser siempre.

Un saludo cordial.

[Miguel Alcantud]

La nostalgia se apodera de mi pensamiento
al leer su poema, sus letras me llegan y el
cierre, sobre todo el cierre, conmueve.
A veces no se puede sin duda dejar de
hablar de ese ser siempre.

Un saludo cordial.

A veces el dolor es el mayor de los acicates para seguir escribiendo. Muchas gracias por tu comentario