Del amor.

[Alberto Madariaga]

Honestamente ni yo lo entiendo,
porque no trato,
ni me divierte la idea,
ni la sangre se revuelve con la sombra en el oído.
Todo se pasa,
se despierta una tarde,
con el collar de las almejas rayadas,
sobre la boca del cuello,
y se van volviendo aceitunas las horas
y esas horas paren gritos de angustia
y la angustia pasa a ser,
una inflexión voraz entre la cama.
Pero no lo entiendo.
Yo no sé todavía,
como la luz se autodevora,
cuando cambia el cantar sus colores,
no por magia,
no por impulso agreste,
sino es que por lo mórbido del caso,
que se cuela a las venas,
hasta volverlas de plomo
y ya pesadas,
y ya volviéndose un enjambre de sueños,
todo,
pasa de luz a sombra,
de punto a línea.
Habla incluso el tiempo.
Tiene la luna olfato de mercurio
y hasta las aguas mansas,
son espejos encontrados del aire...
¿Y la sangre?
¡Ah la divina aurora que hierve dormida!
Incluso hasta la sangre,
se vuelve un nido de alondras,
callando cuervos por dentro.
No lo entiendo, pero lo hablo
y hasta cuando como de las ramas del musgo,
suelo decir ese extinguido verbo,
que no nació sino en la flor de la conciencia.
¿Y el alma?
¡Ay que ya me acuerdo!
Todo es con el alma,
mas no su tuétano de arena
besa la última concha de la noche,
cuando se cuela el desvelo,
para parir los versos en medio de cigarros.
Honestamente, yo no lo entiendo...
Y no, pero lo digo.

[Rafel Calle]

Hermoso poema, amigo Alberto. No me extraña que no lo entiendas, hablando de amor es difícil llegar a entender.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial saludo.

[Roberto López]

[quote="Alberto Madariaga"]

¿Quién puede entenderlo, Alberto? Todos nadamos en esa confusión. Bellas metáforas en tu poema. Saludos.