Si no me esperas
donde las ilusiones se forjan con súplicas delirantes,
señor que me niegas tu presencia,
¿dónde purificaré mi vanidad y esta letal utopía?
¿dónde tanto frenesí hallará deleite para su certeza sojuzgada?
Si no estás allí
o más allá escondido,
acurrucado en la innegable realidad en la que yaceremos,
¿quién agitará el destino si desertas?
¿quién dejará su huella en el dolor y el regocijo?
¿quién me dará valor y confianza?
Si no eres tú la mágica luz
que me mantiene protegida y me proyecta con energía,
¿a qué me acogeré para salvarme en tu ausencia?
¿a qué para guardar nuestro reino sin ti?
¿a qué me asiré para vivir sin tu amor?
¿sin nosotros?
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©MAR