DIARIO DE CIUDAD.

[Leonor pastor]

Ciudad

Se levantas altas hasta estrellas
frías de almas grises,
invaden como cigarrillos
los pulmones del cielo,
matan los verdes prados
tumbas de hormigón
del verde paraíso y libre canto,
solo hay hormigueros a la
doctrina de reloj y pan,
ratoncitos en su jaula a la rueda
una y otra vez ruedan,
con armadura de desconfianza,
caminos grises caminan,

en caballos sin corazón
de corazas de hierro
donde encierran sus pasos.


Hoy caminé hasta el trabajo y caminando entre los coches de la ciudad solo respiraba el aire de los tubos de escape, entre la fábricas pasaba pensando, entonces me di cuenta que tenía los pulmones llenos de humo de cigarros, fábricas, coches etc. que estaba pálida como el cielo de la ciudad sin brillo, que el hormigón de la calle era frío como mi cuerpo, que el asfalto era duro como el corazón de la ciudad, donde yo, solo soy la chica del segundo, y vivo rodeada de mil desconocidos que no saben nada de mi, porque la ciudad los hizo desconfiados, y unos a otros se miran con desconfianzas y dudas y miedos y se esconden en sus casa como el caracol en su caparazón, yo solo soy la chica triste, que no alcanza su vuelo, tengo las manos frías y los pies, como el alma de la ciudad intente mirar al cielo pero era plomo al igual que el suelo una gran tumba de hormigón, quise subir a la montaña mas alta, gritar mi nombre y decirle al mundo que no soy la del segundo, que me llamo Leonor, que me siento sola que en la ciudad, donde el bueno es desconfiado , quise subir a la montaña ver el cielo azul, de cuando era niña, quise oler a rosa y jazmín a hierbabuena, no a polvo, asfalto y cigarro y desconfianza, quise columpiarme con el viento entre el verde fugaz, quise soñar mirando alguna estrella de las que en la ciudad mueren, y quise dormirme entre el abrazo cálido del rey de los cielos, y la canción infinita del agua cascabel, es el sonajero donde cuando era niña me arrullaba ese sonido, con el abrazo cálido de los cielos entre el techo azul de mi infinita habitación y el manto verde fugaz que mecía el viento, pero la ciudad me atrapa con sus trampas de silicona postiza, de felicidad fingida, de anuncios de felicidad en televisión, de gastos inútiles de peluquerías para gente que vive de imágenes no de realidades, de ropas y objetos inútiles, que se compran y no sirven, y facturas, como una marioneta en un escenario diseñado para ella, o mejor aun como esos roedores que dan vueltas y vueltas alrededor de una noria o rueda que jira y marea y jira y el animalito come duerme, quise huir lejos a las montañas donde nací en los campos, entre cielos limpios, donde limpiar mi alma, y no tener asfalto en mis pies jamás, solo sueños.




METÁFORAS

Ciudad metáforas.

Se levantas altas hasta estrellas (fábricas, edificios)
frías de almas grises,
invaden como cigarrillos
los pulmones del cielo,
matan los verdes prados
tumbas de hormigón (edificios)
del verde paraíso y libre canto,
solo hay hormigueros a la (gente trabajadora)
doctrina de reloj y pan,
ratoncitos en su jaula a la rueda (gente con rutina)
una y otra vez ruedan,
con armadura de desconfianza,
caminos grises caminan, (carreteras)

en caballos sin corazón ( coches)
de corazas de hierro
donde encierran sus pasos.


_________________
Soy cántaro roto que jamas se llena
soy el ave sin alas que no alcanza volar
la flor sin perfume desojada
la luna por nubes tapada
pies descalzos heridos por piedras
hoja arrastrada por vientos
sol proyecta mi sombra.

[Pilar Morte]

Hay mucho sentimiento y análisis de la realidad en el poema. Gracias por compartirlo
Abrazos
Pilar

[jose junco]

Es un buen poema, Leonor. Si me permites el comentario te díré que, en mi opnión, el poema se sotiene solo, no necesita de aclaraciones. Saludos cordiales.

[Leonor pastor]

Hay mucho sentimiento y análisis de la realidad en el poema. Gracias por compartirlo
Abrazos
Pilar

Gracias por leerme.

[Leonor pastor]

Es un buen poema, Leonor. Si me permites el comentario te díré que, en mi opnión, el poema se sotiene solo, no necesita de aclaraciones. Saludos cordiales.

Gracias por leerme, siempre tengo miedo que mi manera de escribir no se entienda.

[Luna de Nos]

Ciudad

Se levantas altas hasta estrellas
frías de almas grises,
invaden como cigarrillos
los pulmones del cielo,
matan los verdes prados
tumbas de hormigón
del verde paraíso y libre canto,
solo hay hormigueros a la
doctrina de reloj y pan,
ratoncitos en su jaula a la rueda
una y otra vez ruedan,
con armadura de desconfianza,
caminos grises caminan,

en caballos sin corazón
de corazas de hierro
donde encierran sus pasos.


Hoy caminé hasta el trabajo y caminando entre los coches de la ciudad solo respiraba el aire de los tubos de escape, entre la fábricas pasaba pensando, entonces me di cuenta que tenía los pulmones llenos de humo de cigarros, fábricas, coches etc. que estaba pálida como el cielo de la ciudad sin brillo, que el hormigón de la calle era frío como mi cuerpo, que el asfalto era duro como el corazón de la ciudad, donde yo, solo soy la chica del segundo, y vivo rodeada de mil desconocidos que no saben nada de mi, porque la ciudad los hizo desconfiados, y unos a otros se miran con desconfianzas y dudas y miedos y se esconden en sus casa como el caracol en su caparazón, yo solo soy la chica triste, que no alcanza su vuelo, tengo las manos frías y los pies, como el alma de la ciudad intente mirar al cielo pero era plomo al igual que el suelo una gran tumba de hormigón, quise subir a la montaña mas alta, gritar mi nombre y decirle al mundo que no soy la del segundo, que me llamo Leonor, que me siento sola que en la ciudad, donde el bueno es desconfiado , quise subir a la montaña ver el cielo azul, de cuando era niña, quise oler a rosa y jazmín a hierbabuena, no a polvo, asfalto y cigarro y desconfianza, quise columpiarme con el viento entre el verde fugaz, quise soñar mirando alguna estrella de las que en la ciudad mueren, y quise dormirme entre el abrazo cálido del rey de los cielos, y la canción infinita del agua cascabel, es el sonajero donde cuando era niña me arrullaba ese sonido, con el abrazo cálido de los cielos entre el techo azul de mi infinita habitación y el manto verde fugaz que mecía el viento, pero la ciudad me atrapa con sus trampas de silicona postiza, de felicidad fingida, de anuncios de felicidad en televisión, de gastos inútiles de peluquerías para gente que vive de imágenes no de realidades, de ropas y objetos inútiles, que se compran y no sirven, y facturas, como una marioneta en un escenario diseñado para ella, o mejor aun como esos roedores que dan vueltas y vueltas alrededor de una noria o rueda que jira y marea y jira y el animalito come duerme, quise huir lejos a las montañas donde nací en los campos, entre cielos limpios, donde limpiar mi alma, y no tener asfalto en mis pies jamás, solo sueños.




METÁFORAS

Ciudad metáforas.

Se levantas altas hasta estrellas (fábricas, edificios)
frías de almas grises,
invaden como cigarrillos
los pulmones del cielo,
matan los verdes prados
tumbas de hormigón (edificios)
del verde paraíso y libre canto,
solo hay hormigueros a la (gente trabajadora)
doctrina de reloj y pan,
ratoncitos en su jaula a la rueda (gente con rutina)
una y otra vez ruedan,
con armadura de desconfianza,
caminos grises caminan, (carreteras)

en caballos sin corazón ( coches)
de corazas de hierro
donde encierran sus pasos.


_________________
Soy cántaro roto que jamas se llena
soy el ave sin alas que no alcanza volar
la flor sin perfume desojada
la luna por nubes tapada
pies descalzos heridos por piedras
hoja arrastrada por vientos
sol proyecta mi sombra.

Hola Leonor, comparto lo que dice Josè, el poema se sostiene solo, y las metàforas las siento muy claras.
Si me permites te dirè que en realidad no importa si no entendemos lo que escribes, porque las interpretaciones no son màs que eso, pensamientos subjetivos acerca de algo, que puede o no, coincidir con lo que tù quisiste decir y que -aùn coincidiendo- puede que lo que deja en quien lee, difiera de tu sentir.
Lo màs importante, me parece, es si eso que escribiste, o aquello que el pintor pintò, o la mùsica que el mùsico compuso, tocan de alguna manera el alma de quien los recibe.
Las ciudades no hacen màs que multiplicar esa parte tan animal que tenemos, eso que supuestamente a lo largo de la historia hemos intentado comprender y dominar, pero asì como la rueda de ese ratoncito, se nos vuelve encima.
El poema me gustò y disfrutè del texto que pusiste debajo, es muy dulce. Supongo que uno tiene que hacerse su mundo interno, y no dejar que el de afuera, nos lo quite, porque en definitiva, eso que se es, se deja ver y con suerte, hace bien a los demàs.
Un saludo afectuoso para ti, Luna.-

[Israel Liñán]

Hola vecina del segundo, me gustó la sinceridad de tus palabras, lo que dices es cierto, en las grandes ciudades es difícil encontrarse, las personas se cierran en sus círculos y se olvidan de que existen otras realidades.
El conjunto que creas con el poema y la explicación en prosa me parece original, interesante, es cierto que la explicación de las metáforas no es necesaria.
Espero encontrarme más poemas tuyos.

Un saludo chica triste.

[Isabel Moncayo]

Yo no podría vivir en una ciudad, al menos creo que me sentiría muy triste también, entiendo tu poema, Leonor, la verdad es que cada vez nos comunicamos menos y nos hacemos mecánicos, ¿acabaremos siendo robots?

Un abrazo.

[Josefa A. Sánchez]

Un poema intenso y sentido que he leído con agrado. Coincido con los compañeros en lo de las metáforas. Un gusto venir.
Un abrazo.
Pepa.

[Leonor pastor]

Ciudad

Se levantas altas hasta estrellas
frías de almas grises,
invaden como cigarrillos
los pulmones del cielo,
matan los verdes prados
tumbas de hormigón
del verde paraíso y libre canto,
solo hay hormigueros a la
doctrina de reloj y pan,
ratoncitos en su jaula a la rueda
una y otra vez ruedan,
con armadura de desconfianza,
caminos grises caminan,

en caballos sin corazón
de corazas de hierro
donde encierran sus pasos.


Hoy caminé hasta el trabajo y caminando entre los coches de la ciudad solo respiraba el aire de los tubos de escape, entre la fábricas pasaba pensando, entonces me di cuenta que tenía los pulmones llenos de humo de cigarros, fábricas, coches etc. que estaba pálida como el cielo de la ciudad sin brillo, que el hormigón de la calle era frío como mi cuerpo, que el asfalto era duro como el corazón de la ciudad, donde yo, solo soy la chica del segundo, y vivo rodeada de mil desconocidos que no saben nada de mi, porque la ciudad los hizo desconfiados, y unos a otros se miran con desconfianzas y dudas y miedos y se esconden en sus casa como el caracol en su caparazón, yo solo soy la chica triste, que no alcanza su vuelo, tengo las manos frías y los pies, como el alma de la ciudad intente mirar al cielo pero era plomo al igual que el suelo una gran tumba de hormigón, quise subir a la montaña mas alta, gritar mi nombre y decirle al mundo que no soy la del segundo, que me llamo Leonor, que me siento sola que en la ciudad, donde el bueno es desconfiado , quise subir a la montaña ver el cielo azul, de cuando era niña, quise oler a rosa y jazmín a hierbabuena, no a polvo, asfalto y cigarro y desconfianza, quise columpiarme con el viento entre el verde fugaz, quise soñar mirando alguna estrella de las que en la ciudad mueren, y quise dormirme entre el abrazo cálido del rey de los cielos, y la canción infinita del agua cascabel, es el sonajero donde cuando era niña me arrullaba ese sonido, con el abrazo cálido de los cielos entre el techo azul de mi infinita habitación y el manto verde fugaz que mecía el viento, pero la ciudad me atrapa con sus trampas de silicona postiza, de felicidad fingida, de anuncios de felicidad en televisión, de gastos inútiles de peluquerías para gente que vive de imágenes no de realidades, de ropas y objetos inútiles, que se compran y no sirven, y facturas, como una marioneta en un escenario diseñado para ella, o mejor aun como esos roedores que dan vueltas y vueltas alrededor de una noria o rueda que jira y marea y jira y el animalito come duerme, quise huir lejos a las montañas donde nací en los campos, entre cielos limpios, donde limpiar mi alma, y no tener asfalto en mis pies jamás, solo sueños.




METÁFORAS

Ciudad metáforas.

Se levantas altas hasta estrellas (fábricas, edificios)
frías de almas grises,
invaden como cigarrillos
los pulmones del cielo,
matan los verdes prados
tumbas de hormigón (edificios)
del verde paraíso y libre canto,
solo hay hormigueros a la (gente trabajadora)
doctrina de reloj y pan,
ratoncitos en su jaula a la rueda (gente con rutina)
una y otra vez ruedan,
con armadura de desconfianza,
caminos grises caminan, (carreteras)

en caballos sin corazón ( coches)
de corazas de hierro
donde encierran sus pasos.


_________________
Soy cántaro roto que jamas se llena
soy el ave sin alas que no alcanza volar
la flor sin perfume desojada
la luna por nubes tapada
pies descalzos heridos por piedras
hoja arrastrada por vientos
sol proyecta mi sombra.

Hola Leonor, comparto lo que dice Josè, el poema se sostiene solo, y las metàforas las siento muy claras.
Si me permites te dirè que en realidad no importa si no entendemos lo que escribes, porque las interpretaciones no son màs que eso, pensamientos subjetivos acerca de algo, que puede o no, coincidir con lo que tù quisiste decir y que -aùn coincidiendo- puede que lo que deja en quien lee, difiera de tu sentir.
Lo màs importante, me parece, es si eso que escribiste, o aquello que el pintor pintò, o la mùsica que el mùsico compuso, tocan de alguna manera el alma de quien los recibe.
Las ciudades no hacen màs que multiplicar esa parte tan animal que tenemos, eso que supuestamente a lo largo de la historia hemos intentado comprender y dominar, pero asì como la rueda de ese ratoncito, se nos vuelve encima.
El poema me gustò y disfrutè del texto que pusiste debajo, es muy dulce. Supongo que uno tiene que hacerse su mundo interno, y no dejar que el de afuera, nos lo quite, porque en definitiva, eso que se es, se deja ver y con suerte, hace bien a los demàs.
Un saludo afectuoso para ti, Luna.-

Gracias por leerme, un abrazo

[Leonor pastor]

Hola vecina del segundo, me gustó la sinceridad de tus palabras, lo que dices es cierto, en las grandes ciudades es difícil encontrarse, las personas se cierran en sus círculos y se olvidan de que existen otras realidades.
El conjunto que creas con el poema y la explicación en prosa me parece original, interesante, es cierto que la explicación de las metáforas no es necesaria.
Espero encontrarme más poemas tuyos.

Un saludo chica triste.

Gracias por leerme, un abrazo

[Leonor pastor]

Un poema intenso y sentido que he leído con agrado. Coincido con los compañeros en lo de las metáforas. Un gusto venir.
Un abrazo.
Pepa.

Gracias por leerme, un abrazo

[Roberto López]

Amiga Leonor, tus versos son valientes, no sólo por la denuncia de la artificialidad de la vida en la urbe, de la contaminación, de la desconfianza de la gente bien pensante, sino también y sobre todo porque te desnudas interiormente, te entregas y nos muestras tu enorme corazón de niña que aún late y grita y llora. Me he emocionado leyéndote. Besos.

[Leonor pastor]

Amiga Leonor, tus versos son valientes, no sólo por la denuncia de la artificialidad de la vida en la urbe, de la contaminación, de la desconfianza de la gente bien pensante, sino también y sobre todo porque te desnudas interiormente, te entregas y nos muestras tu enorme corazón de niña que aún late y grita y llora. Me he emocionado leyéndote. Besos.

Dios tus palabras dan en la diana, creo que soy como una niña grande, gracias por leerme creo que tienes mucha sicologia.