Rafel Calle escribió:Ardían los límites en los prados
y el sol escudriñaba las raíces,
caían luceros sobre tus hombros
y reposaba el río clandestino.
-Era el perfil de tu cuerpo
y sin miedo a los cíclopes viajamos a Ítaca-
¡Qué aliento aquel del maíz jamás herido!
Luz, silencio y en la penumbra, tú,
(mi nuberu de brazos largos)
vindicando la renuncia del frío en las sienes;
entonces amarte era inventar lugares nuevos,
aislarse en el hórreo la vida que soñábamos,
hacer ristras de amor en tardes de tormentas
en el recinto tibio de tu pecho
con manzanas, dulce miel y boroña.
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Hermoso poema, querida amiga Isabel, trufado de imágenes deliciosas y salpimentadas con ese elegante erotismo que te caracteriza.
Por otra parte, noto ciertos ajustes métricos, empezando por los endecasílabos en la primera estrofa; después combinas versos largos que rítmicamente me parecen bastante bien construidos.
Hasido un placer leerte. Felicidades.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Rafel. La verdad me cuesta ajustarme, me cuesta, sí. Será que algo se aprende y se va quedando de leeros y de vuestras oabservaciones y valoraciones que tanto tengo en cuenta.
Un fuerte abrazo, amigo mío.