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[Matute, Juan Pablo]

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Alemania tiene la filosofía,
Francia tiene la poesía,
España tiene el orden y las estructuras.
El asombro, la duda y la finitud
trazan nos
órbitas
alrededor del Sol.

¿Qué pasaría con un teorema válido debido a una
singularidad o un agente externo y circunstancial?
Cae un meteorito a nuestro planeta, su corteza destellada
introduce un nuevo mineral, o cambia levemente la gravedad
en determinado lugar. ¿El teorema seguiría siendo válido
al utilizar la singularidad? ¿Seguiría siendo un ente ideal?

Todo esta maraña cognitiva aquejaba a John Pig
mientras descansaba en la montura de su nuevo covallo.
El sombrero cortaba el sol sobre su cara, una paja en su boca mondada,
los pies entre las orejas oblongas reposaba.
¡John Pig!, ¡revela tus pensamientos!:

“Pírrico Pirrón, tú que no hablabas, Descartes dijo, “Pienso, luego
Existo”, y de eso no se podía dudar. Epicteto sacudiendo sus cadenas estoicas, y sin
haber pensado ni una sola vez en poseer la espada lignaria, arguyó: “tratando de cosas
que no dependen de mí, sobra las cuales no tengo influencia alguna,
es insensato que me preocupe”.

San Martín leyó a Epicteto cuando enfermo, cruzando las altas cumbres,
desdentaba su orgullo
soliviantado en la carroza.


pero el Sol era múltiple, falso y mortal

la metafísica, la gneosología y la ética
aún no han sido descubiertas.
______________-_______________Y nunca serán.-

[Rafael Merida Cruz-Lascan]

Muy buena prosa poética, Saludos y felicitaciones.