carmen iglesia escribió:El tenía paraguas en los dedos.
Y yo, que estaba loca por sus manos,
pretendía mojar con mi lengua su voz,
salvarme de la vida tras su espalda.
Quería darle besos en el miedo.
Explicarle que dentro de mis cosas
hay duendes que vigilan el planeta
(para que nadie pueda hacerte daño,
mi amor).
Yo quería cuidarle de lo negro,
ser parque en sus domingos.
Llenarle los zapatos de tormentas.
Y enseñarle que todo es de mentira
menos este momento que llueve en las ventanas.
Simplemente precioso.