Tam-tam

[enrique sanmol]

Lo mismo que los muebles
en un cuarto trastero,
igual que las gaviotas
tras los barcos de pesca,
persiste el otoño como solía
antes, como si aún fuera posible
entrar ahora en otra casa
distinta, y de esa forma,
desorientados y tambaleantes,
pudiéramos aventurarnos
a envenenar un último poema.

Persiste también esta gravedad,
este seguir aquí y ahora
cosidos a la materia del orbe,
disolviéndonos a tientas, latiendo
muertos; himno silente de la muerte
que tiene aún algo encendido
para decir la noche

cuando todas las palabras
se arrastran, sin excusas,
en el confín del papel y la pluma
y agazapado —sombra que discute,
himno silente de la vida—
con tu pequeño atrio envuelto en celofán
desciendes, campana, sin atreverte
siquiera a horadar la arena.

Como solía, persiste el otoño.

En el radar se anuncia otro verso vacío.

El corazón es un tambor de guerra
en la noche africana.

[E. R. Aristy]

Lo mismo que los muebles
en un cuarto trastero
persiste el otoño como solía
antes, como si aún fuera posible
entrar ahora en otra casa
distinta, y así,
desorientados y tambaleantes,
pudiéramos aventurarnos
a envenenar un último poema.

Persiste también esta gravedad,
este seguir aquí y ahora
cosidos a la materia del orbe,
disolviéndonos a tientas, latiendo
muertos; himno silente de la muerte
que tiene aún algo encendido
para decir la noche

cuando todas las palabras
se arrastran, sin excusas,
en el confín del papel y la pluma
y agazapado —sombra que discute,
himno silente de la vida—
con tu pequeño atrio envuelto en celofán
desciendes, campana, sin atreverte
siquiera a horadar la arena.

Como solía, persiste el otoño.

En el radar se anuncia otro verso vacío.

El corazón es un tambor de guerra
en la noche africana.

El corazon humano es traicionero. Tu poema es oscuro pero ilumina ese cuadro humano que enmarca nuestras patologias. Ninguna estacion ni ninguna estructura lo contiene ni lo define.
Digo que es un poema fatalista y oscuro porque parece ser que somos nosotros los que llenamos o vaciamos de bienaventuranza a la tierra (el paraiso perdido). El cierre de tu poema es poderoso, arrollador!

Felicidades por tus exitos Enrique!

Abrazos,

ERA

[MarRevuelta]

No sé si entiendo tu poema pero me acerca a ese otoño que nos nace de dentro y se instala en las palabras y los hechos. Me ha gustado leerte, mucho.
Abrazos

[Luna de Nos]

Lo mismo que los muebles
en un cuarto trastero
persiste el otoño como solía
antes, como si aún fuera posible
entrar ahora en otra casa
distinta, y así,
desorientados y tambaleantes,
pudiéramos aventurarnos
a envenenar un último poema.

Persiste también esta gravedad,
este seguir aquí y ahora
cosidos a la materia del orbe,
disolviéndonos a tientas, latiendo
muertos; himno silente de la muerte
que tiene aún algo encendido
para decir la noche

cuando todas las palabras
se arrastran, sin excusas,
en el confín del papel y la pluma
y agazapado —sombra que discute,
himno silente de la vida—
con tu pequeño atrio envuelto en celofán
desciendes, campana, sin atreverte
siquiera a horadar la arena.

Como solía, persiste el otoño.

En el radar se anuncia otro verso vacío.

El corazón es un tambor de guerra
en la noche africana.

Enrique hace unos minutos en la respuesta a tu saludo, te puse cuàndo ibas a subir algo por aquì, y me encuentro una vez màs -me repito- con esa voz poètica que siento tan cercana.
Este poema ha de 'persistir' como su latido.
Un abrazo, Luna.-

[Guillermo Cumar.]

Una bella llamada al corazón, que por nocturna y otoñal ronda en derredor de la muerte pero con ritmo y celofán.

Un abrazo

Guillermo

[Josefa A. Sánchez]

Magnifico poema, con versos de u8na potencia demoledora. Un placer leerte. Aprovecho la circunstancsa para felicitarte por tu triunfo en el Certamen Blanca Sandino.
Un abrazo.
Pepa

[Gerardo Mont]

Un poema de gran fuerza que se dibuja entre otoños y el trepidante gritar de los tambores del pecho... Gran quehacer el de tu pluma, poeta. Felicitaciones también, por el merecido premio a tu magistral trabajo. Abrazos de amigo.

[Cecilia Martos]

Como solía, persiste el otoño.

En el radar se anuncia otro verso vacío.


Un hermosísimo poema, no sé porque, siempre busco en tus poemas esa magia que se siente entre tus versos, todo un placer leerte amigo, por cierto, no te he felicitado por haber sido el ganador del premio de poesía de nuestra querida Blanca, decirte que es un POEMAZO, para enmarcarse. Mi enhorabuena POETA, no dejes de escribir nunca.

Un fuerte abrazo.

Cecilia