Guillermo Cuesta escribió:Has abierto la colmena
de los enjambres encantados.
Para libar las mieles
por detrás de los labios rojos
desparramas los vítores que aroman.
Desenredo las sombras que me ciegan
y llevo tu reflejo inmejorable
al cristal que me magnetiza.
Libo el incienso de tus flores,
los racimos de uva preñada
que son ontología
de la honda reverencia que te debo.
Tengo visto
en los panales que te ensalzan
la pervivencia cuidadosa.
En tu celo,
deshabitado de hambre,
reposa mi mirada clandestina.
Hermoso poema, Guillermo, engalanado con sugerentes y eróticas imágenes que avivan los sentidos. Ha sido un placer, un abrazo.