salobre gota, rocío encintando pielagos
al quiebre menguante de luna,
a mí, niña de agua.
Al - ¡ay ! - de la mañana
nimbaron borbollones las manos al filo de los labios,
despacio,
así
como si nada.
Y fui,
así
como si todo
transida azul de ola
a tí,
en goce creciente del solsticio,
a tí
guijarro
- yo -
de roca
niña de agua.
(En hoy y mi Alicante, un día cualquiera de 2008, retomo hoy otro dia precioso de 2011 y mi Alicante amaneciendo ilusiones y alboradas, me voy al mar)