" Mi mar no tiene horizonte "
y Gaviota
voló hasta el fin de los fines,
se acostó sobre él como una ofrenda,
abrio sus alas de norte a sur,
hasta el fin de los fines,
sobre sus plumas, todo el rayajo incoloro
que desmide cielo y tierra.
Y al fin de todos los fines,
rota y casi ahogada
con el rayajo incoloro al borde del mundo,
llegó al bies de la roca.
Y aún pudo balbucear su pico naranjapuestadesol :
Toma mi horizonte y cóselo al fin
del fin de tus quimeras.
Ladeó despacio su cabeza ,
siempre al fin de los infinitos fines
del mar.
A la espera de otro horizonte,
Gaviota.
(La veréis allí, si sabéis mirar aquí, donde nacen los sueños. dos de Mayo y 2011 en un Alicante que sigue plenito de nubes y a la espera)