AQUELLA NIÑA (Para Ignacio)

[Sara Melisa Suarez]

Hermosos y dicentes versos, un gusto leerlos, Josefa.
Saludos.

[Mari Cruz Agüera]

Querida, cuando la poesía me llama no hay nada que pueda impedir que yo venga a buscarla. ¡puñetera maestra!, no digo más, que hablen las noches en vela y las lágrimas compartidas.

[Marisa Peral]

[quote="Josefa A. Sánchez"]Este poema nació de una conversación con Ignacio Mincholed y por tanto es suyo.
Aquella niña



Precioso recorrido por todas las etapas que, casi todos, vivimos.
Me ha gustado mucho, Pepa, felicidades y un abrazo.

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Mar, Por pararte a leerme y contarmelo.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Ramon, por pasarte por mis humildes letras.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Juan, por tu siempre generoso comentario. Así nos sentimos poetas, es cierto.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Era, tu presencia siempre es un placer para mi.
Un abrazo.
Pepa

[Víctor F. Mallada]

Precioso poema, Pepa. Delicado como la flor del cerezo en primavera. Un placer para la vida misma. Enhorabuena y gracias por ponerlo aquí, verso a verso..., como quien no quiere la cosa...

Víctor

[Gustavo Ledesma]

Me ha gustado mucho este poema, Josefa. Felicitaciones y un saludo.

[Pablo Ibáñez]

Nostalgia de la infancia y adolescencia. Ay! me toca muy adentro. La adultez llega, desgraciadamente, y la muerte, y el olvido.

Un abrazo.

[Carmen Cid]

Que bonito recorrido de la poesia a través de la vida, ¿o de la vida a través de la poesia?. La he disfrutado con esa melancolía que parece tan necesaria para evocar sentimientos profundos.
Muy bonito Pepa, un beso.

[Ana Muela Sopeña]

Pepa, tu poema es hermoso y magnífico. Hace reflexionar sobre todas esas etapas donde los sueños presiden todo.

Me encantó
Enhorabuena
Ana

[Begoña Egüen]

Este poema nació de una conversación con Ignacio Mincholed y por tanto es suyo.
Aquella niña




Era una niña que escribía poemas.
Tenia ocho años, nueve años, diez años
y escribía poemas.
Infantiles. Ingenuos.
Saturados de lugares comunes.
Habitados de flores y de pájaros. De extraños misticismos.
Era un tiempo
en el que aun volvían las golondrinas.
En el que las palomas
aun no eran prostitutas.
En que el albatros volaba majestuoso
y aun no había caído,
derrotado,
en la sucia cubierta de algún barco.
Luego dieron los quince
y el primer gran amor, jamás correspondido,
sembró de lagrimas los ojos niños,
sembró de versos niños los cuadernos.
En los versos había besos soñados bajo el tupido almendro.
Ocasos en la playa.
Pero nadie quiso hacer conmigo
lo que la primavera hace con los cerezos.
Dieciocho, diecinueve.
La adolescencia se alejó a grandes saltos,
verso tras verso cargados en su espalda desnuda,
en dirección a la tumba donde habita el olvido.
Entonces, cualquier día, cuando estás distraída
intentando recordar un verso de Salinas
es cuando la vida te alcanza.
Y tienes que vivirla, no escribir sobre ella




Pepa


Bizkaia 29-4-2011

Enhorabuena estimada amiga por la belleza de tu poema.... me ha conmovido, es hermoso en esencia.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Alejandra Goerne]

Preciosoooo Pepa, de principio a fin. Con esa tierna melancolía de la niña y la sabiduria de la adulta que hoy eres. Me encantó, un abrazo bien grande.

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Concha, por tu precioso comentario. Yo a menudo me desayuno con alguno de tus poemas y el pelo me huele a sal el resto del día.
Un abrazo.
Pepa