Lourdes Spin escribió:*
Qué belleza! Qué fuerza! Eres poeta compañera, de las grandes.
Felicidades
Spin
Y vos muy generosa, Lourdes, muchas gracias.
Un besote.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Hallie Hernández Alfaro escribió:Un poema lleno de fuerza y de espasmos líricos impecables.El estado de tu poesía es siempre perfecto en su respiración semántica y significante.
Avanti siempre hermana-ángel,
Te amamos mucho
Hallie
Alonso de Molina escribió:Viví Flores Massares escribió:Alonso de Molina escribió:sensual, salvaje y erótico de principio a fin,
versos donde lujuria, pasión y deseo erigen
al sexo como centro de la atracción física sin limites
bravo por decirlo de la forma elegante como lo haces
un abrazo
.
Gracias, Alonso, por tu presencia. Tiene, sí, erotismo y sensualidad, pero también es, al menos lo siento así, muy espiritual, quizá más que físico, mucho más, pues habla de ser transparente en y con el otro, al punto de no reconocer fronteras naturales como el género, y habla de la censura interna a que estamos aferrados, culturalmente, pues, naturalmente, como animales, sólo somos monogámicos, no santos y es dentro del amor, del buen amor, donde todo es lícito entre dos, y no debe existir el tabú si ambos estan de acuerdo en cuanto a dónde o cuando van a poner sus límites, y eso, no, no es salvaje, amigo, bien puede verse en las cartas de Joyce a su mujer, que lejos de ser pornográficas o sucias, resultan una delicia, tienen esa naturalidad que da la confianza en la pareja y que difícilmente pueda saberse fuera de las paredes de una habitación.
Un fuerte abrazo, amigo.
Yo querría,
dentro de esos silencios sollozantes,
engañar al deber con las palabras:
llamarte Nora entre sudor y espasmos
y firmar como Jim
al pie de cada beso rojo o sucio.
Estos versos, en su contexto arrolladores (o a mi me lo parece),
sugieren una firmeza natural y consciente que procede de su propia fuerza interior, latido espiritual, como no, que se recrea sin censuras, aún más, en la siguiente estrofa:
Decir, naturalmente, el deseo que brota
al roce de mi espíritu y tu voz
y confunde tus dientes con mi espalda,
o me hace un hombre fuerte
capaz de contenerte en lo sensible
y a vos una mujer, una muy mía,
como yo me presiento entre tus muslos;
si al fin, belleza y fuego (vos y yo),
jamás sabrán de número, de género,
o de tabúes con tijera en mano.
un gusto querida amiga regresar a tus versos
un beso para tí
Viví Flores Massares escribió:Pero, a su lado y dentro de este amor espiritual que siento por ti, hay también una bestia salvaje que explora cada parte secreta y vergonzosa de él, cada uno de sus actos y olores.
De James Joyce a Nora Barnacle
Hay noches como manchas de pudor
en medio de los senos.
Tienen un dedo triste que se afila
y se enrosca oprimiendo la garganta
hasta cortar los sueños y quemarlos,
y alguna vez,
si hay suerte y casi muertos,
sólo huyen del calvario los suspiros…
Yo querría,
dentro de esos silencios sollozantes,
engañar al deber con las palabras:
llamarte Nora entre sudor y espasmos
y firmar como Jim
al pie de cada beso rojo o sucio.
Decir, naturalmente, el deseo que brota
al roce de mi espíritu y tu voz
y confunde tus dientes con mi espalda,
o me hace un hombre fuerte
capaz de contenerte en lo sensible
y a vos una mujer, una muy mía,
como yo me presiento entre tus muslos;
si al fin, belleza y fuego (vos y yo),
jamás sabrán de número, de género,
o de tabúes con tijera en mano.
Hay noches como látigos de hielo,
y también hay poemas como cárceles
que arden entre mis manos
y son tuyos.
Amiga Viví:Viví Flores Massares escribió: Hay noches como manchas de pudor
en medio de los senos.
Tienen un dedo triste que se afila
y se enrosca oprimiendo la garganta
hasta cortar los sueños y quemarlos,
y alguna vez,
si hay suerte y casi muertos,
sólo huyen del calvario los suspiros…
Yo querría,
dentro de esos silencios sollozantes,
engañar al deber con las palabras:
llamarte Nora entre sudor y espasmos
y firmar como Jim
al pie de cada beso rojo o sucio.
Decir, naturalmente, el deseo que brota
al roce de mi espíritu y tu voz
y confunde tus dientes con mi espalda,
o me hace un hombre fuerte
capaz de contenerte en lo sensible
y a vos una mujer, una muy mía,
como yo me presiento entre tus muslos;
si al fin, belleza y fuego (vos y yo),
jamás sabrán de número, de género,
o de tabúes con tijera en mano.
Hay noches como látigos de hielo,
y también hay poemas como cárceles
que arden entre mis manos
y son tuyos.