
Es dulce el amor a la patria.
Cervantes
Sin nada.
Me he quedado sin piel, de tanta entrega
por apagar los fuegos
de la guerra,
me he quedado sin voz por advertirles
que han perdido sus raíces,
me he quedado sin coraje,
de vivir en tanto miedo como un necio,
me he quedado sin manos
por tanta culpa que dejamos de lavarnos,
me he quedado sin piernas
por correr entre desiertos
imaginando selvas,
me he quedado sin ojos
por mirar tanta rutina que aglutinan
los escombros.
Me he quedado sin patria,
sin historia,
sin mis héroes de niño,
sin los huesos de mis muertos
que reclaman venganza,
sin una mano amiga que me diga
estamos cerca del fin de esta dinastía
de castros y burdeles,
de amos y fideles.
Entre una tumba y una sombra
ha crecido un cúmulo de piedras,
bajo un volcán
de látigos y cárceles.
De la tierra ha brotado la sangre porque la infamia
ha reemplazado la vergüenza.
Los muertos de ahora son los muertos de siempre,
aunque ahora
el silencio
tiene nuevos cómplices.
Lázaro