Ataúdes descendiendo anarquías al fondo de los infiernos,
madre tierra que vomita sus entrañas desgajadas sin piedad,
carbón, herrumbre...
Y mil hombres que sin nombres,
santifican sus cabezas con coronas,
(luciérnagas mortecinas)
horadando las ideas, rebeldía,
hambre de pan... miseria..
La indignidad clama en el temblor de la tierra un atisbo,
una mueca, un harapo de sol que caldee las quimeras.
Y en la disputa, la danza durmio al infierno
enloqueciendo luceros valses de puntas blancas,
zapatillas anudadas por cometas.
Llegó el sueño.

(Billy Elliot, pasó de todo tipo de comentarios, sobrevivió al mundo rudo y mísero que le rodeaba, su fuerza, es ejemplo, el apoyo familiar, pese a todo, lo acunó, por tí Billy, por tu tremenda fuerza, este poema en Alicante, año de gracia de 2006)