La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Estás debajo del puente, esperando
que mi mano te alcance y duele
el ser ilota en tierra de ausencias
y la imposibilidad de ararlas
con la conformidad de la amapola
floreciendo sólo a la orilla del camino.
Te encuentras ahí, y si te pienso…
calas hasta las entrañas en mis huesos abatidos,
empolvados del destiempo de tanto aguarde.
¡Carajo!
Cómo dueles debajo del puente
siendo fiel mendigo de lo amoroso
de la palabra.
Flores y personas, con un interesante ese nexo de unión, ese exilio que bien podría ser exilio humano.
Porque la soledad es un bien común a todo ser vivo,
solo hay que saber administrarlo.
Alejandra Goerne escribió:
Estás debajo del puente, esperando
que mi mano te alcance y duele
el ser ilota en tierra de ausencias
y la imposibilidad de ararlas
con la conformidad de la amapola
floreciendo sólo a la orilla del camino.
Te encuentras ahí, y si te pienso…
calas hasta las entrañas en mis huesos abatidos,
empolvados del destiempo de tanto aguarde.
¡Carajo!
Cómo dueles debajo del puente
siendo fiel mendigo de lo amoroso
de la palabra.
Y yo, que callo olvidada de mí misma.
Soy sólo amorfa sombra que te extraña.
Sombra desleída en una madrugada
como esta.
Tan igual.
Tan dispareja.
Estimada Alejandra:
En esa conformidad de la violeta
que tan bellamente cantas
hay un tremendo y audaz gesto de rebeldía,
como todos lo tenemos alguna vez;
pero hay que tenerlo
igual que la violeta
en un momento clave de su existencia.
Cuando la flor se seca
queda una cápsula dura rellena de semillas fértiles,
y en un momento dado
esa cápsula explota
y las semillas salen como proyectiles
en todas direcciones
a varios metros de distancia.
Así la violeta,
la humilde violeta,
asegura su existencia y coloniza el territorio.
Un gesto oportuno de rebeldía
dentro de esa apacible humildad
y aparente conformidad con ella.
¿Podríamos aprender de la violeta?
Un abrazo.
* * *
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Aún estoy buscándome
aunque no me conozco;
pero sigo intentando
un encuentro conmigo.
******************** www.poesiaviva.com
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qué poema tan bello he encontrado debajo de un puente, si es que la soledad es gran inspiradora Alejandra, si no fuera tan desesperante la espera del que espera....
enhorabuena, me ha encantado.
Luis Oroz escribió:Flores y personas, con un interesante ese nexo de unión, ese exilio que bien podría ser exilio humano.
Porque la soledad es un bien común a todo ser vivo,
solo hay que saber administrarlo.
Un abrazo, Alejandra.
Luis Oroz.
Cierto, flores y personas(metafora tal vez muy intimista). Y sí también el exilio impuesto, por la imposibilidad de dar respuesta. Muchas gracias por entrar en el poema Luis. Un besazo de vuelta.
Los puentes siempre fueron y son motivo de reflexión; se cruzan por arriba, unen dos orillas; por debajo corren las aguas de ríos a veces calmos, a veces impetuosos, a veces secos. El puente como metáfora. Y el camino que sostiene.
Salud.
Antonietta Valentina escribió:Ale, que poema tan bello...la violeta, la mujer poeta...la soledad buscada y esa conformidad de estar allí, simple y sencilla, pero nunca ausente.
Me encanto, besos niña y feliz fin de semana
Y a mi me ha encantado tu comentario Antonieta. De verdad. Un abrazo grande.
En esa conformidad de la violetaque tan bellamente cantas
hay un tremendo y audaz gesto de rebeldía,
como todos lo tenemos alguna vez;
pero hay que tenerlo
igual que la violeta
en un momento clave de su existencia.
Cuando la flor se seca
queda una cápsula dura rellena de semillas fértiles,
y en un momento dado
esa cápsula explota
y las semillas salen como proyectiles
en todas direcciones
a varios metros de distancia.
Así la violeta,
la humilde violeta,
asegura su existencia y coloniza el territorio.
Un gesto oportuno de rebeldía
dentro de esa apacible humildad
y aparente conformidad con ella.
¿Podríamos aprender de la violeta?
Un abrazo.
* * *
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Juan Pablo que belleza de comentario me regalas... y sí que razón tienes, no había reparado en ello. Gracias por esta bella reflexión. Me voy a dormir violetas bajo el brazo y una estrella...gracias. Un beso bien grande.