

asegura el paso de lo inerte
una combustiòn
apenas perceptible
un grito que asemeja racimos
desparramàndose en el tiempo.
La mirada interna
insinùa figuras
tal vez imaginariasy la realidad
enferma con sus mentiras
La voz que juega a hablar
perniciosa -mal intencionada-
es la ùnica verdadera.
El sueño
que conspira o inspira
segùn le placeanima o restringe
como le parece
uno
como puede
intenta aferrarse a algo
y a veces, alcanza alguna rama.