Liz Barrio escribió:Espléndidos versos de armoniosa y fina elocuencia, llegan.
Besos poeta, un gran placer leerte,
El placer es mío, Liz. Muchas gracias por venir.
Un beso,
Carmen
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Liz Barrio escribió:Espléndidos versos de armoniosa y fina elocuencia, llegan.
Besos poeta, un gran placer leerte,
carmen iglesia escribió:Vuelvo a secar la gota que escurre en los cristales
pero no existen ni la gota
ni la mano que indaga en el papel
y el lector se impacienta cuando lee tonterías.
Espera que le cuenten la historia de los perros,
por qué ladran y a quién muerde su ruido.
Algo que sí trascienda,
sabio como el borrón que mancha cada nombre,
algo en verdad terrible
como una muerte sin zapatos
o la tumba de un niño.
Y piensan que esta ingenua mujer ríe
mientras fuera sucede la cal como un desastre.
Todos quieren saber por qué no escupe,
por qué no escribe úlceras
y sí cachorros, puentes, labios
o simplemente nada.
Emilio Aparicio escribió:carmen iglesia escribió:Vuelvo a secar la gota que escurre en los cristales
pero no existen ni la gota
ni la mano que indaga en el papel
y el lector se impacienta cuando lee tonterías.
Espera que le cuenten la historia de los perros,
por qué ladran y a quién muerde su ruido.
Algo que sí trascienda,
sabio como el borrón que mancha cada nombre,
algo en verdad terrible
como una muerte sin zapatos
o la tumba de un niño.
Y piensan que esta ingenua mujer ríe
mientras fuera sucede la cal como un desastre.
Todos quieren saber por qué no escupe,
por qué no escribe úlceras
y sí cachorros, puentes, labios
o simplemente nada.
Hola Carmen. Hace mucho que no comento poemas en el foro, es decir, que no escribo mis impresiones sobre los poemas de los otros, lo que si hago, casi a diario, es leeros, sobre todo a ti.
Y es que el silencio no es una opción en esta vida, parece ser: algunos amigos míos ya me han reprochado que deje de hablarles en varios meses, como si de eso debieran deducir, como única posiblidad, una especie de enfado por mi parte, o un desinterés hacia sus vidas. No, mentirusco atao a una piedra (como se dice por aquí en la mancha). En fin, que lo que quiero decirte es que espero no tengas tú esa impresión, porque entonces estarías en un error, como ellos. Simplemente muchas veces no sé que decir. Esto me pasa, sobre todo, a la hora de comentar poemas: soy demasiado escrupuloso a la hora de comentar, porque creo que muy poco puede decirse de lo que sienten otros. Y esto no es desprecio, sino prudencia. Pero, bueno, he pensado al fin -dando un poco de razón a aquellos que se enfandan por mi silencio- que esta inhabilidad para comentar no es justificación para no hablar con los viejos amigos. De modo que entro para saludarte, de esta forma un tanto heterodoxa... y, ahora que lo pienso, en cuanto al poema, en cuanto a este poema espectacular, me doy cuenta, que, en todo lo que llevo dicho desde que comencé este saludo, es decir, en estas palabras sencillas que se dirigen hacia una amiga, para advertirle que la sigo y me gusta su poesía, también se encuentra implícito el comentario hacia el poema, porque creo que la poesía es una forma de saludar sin más al amigo, una forma de decirle: -¡eh! no sé muy bien que decirte, que es lo que tú esperas que te diga - a veces los amigos esperan que abandone mi silencio y les " cuente la historia de los perros/por qué ladran y a quién muerde su ruido. Algo que sí trascienda/ sabio como el borrón que mancha cada nombre/ algo en verdad terrible..." Y yo, como tú, en este poema, les digo que no me pidan que sea capaz de hablarles con magnificencia, que no vean en mí a ese alguien que habrá de alagarlos gratuitamente con palabras vacias de significado. Si el poeta ha de despertar de este silencio y hablar, será tan solo para decir cosas sencillas a traves de las cuales podamos sentir que no estamos solos, que nos acompañamos mutuamente.
Te sigo