Fue la luna

[Alejandro Costa López]

Fue la luna o acaso el contexto inexpugnable
lo que martirizó el tic-tac del reloj,
la convergencia de los vientos, el tiempo zurcido que ya pasó
o los pocos ciclos enrabietados que aún esperan.
Los acuerdos, no tienen cita ni hora de consumo,
y, aunque consideremos que una rúbrica vale por la verdad,
no hay más legitimidad que los pensamientos sin tumor
y las palabras que no tiemblan al citarse,
ni ofrecen el cáncer de la duda al escucharse.
Pero, todo se convierte en vago e impreciso,
cuando los gavilanes se ciernen a nuestro alrededor
y una colonia de buitres, con corbata y trajes bien planchados,
acosa nuestra débil y frágil estructura.
La luna, iluminada en toda su plenitud,
aviva el brillo de los colmillos del poder,
insaciables ante la vorágine de corderos sumisos
y el temor de las palabras con lápidas de silencio.
Todo, es tal cual es, barato, deshilachado, deforme,
todo, es ceniza con restos de lana humillada,
agua intoxicada con la extinta naturaleza a flote,
una brújula sin coordenadas,
reloj sin tic-tac, con la maquinaria en desorden.

El aire es oscuro y gris, el sol borroso,
más, donde se mira, donde la mirada se atreve a llegar,
existen paraísos de hormigón,
animales mecánicos con vapor tóxico,
estrellas con ampollas de gas
y algún que otro lago con peces de plástico,
pero, no se escucha el tic-tac de los relojes.

[Josefa A. Sánchez]

En mi mente queda flotando ese tic-tac de relojes.
Un abrazo.
Pepa

[Angel Valles]

Muy buen poema. Buenas la imágenes. Un cordial saludo
angel