Esperando a la diosa Cibeles

[Alejandro Costa López]

Me hago un lio cada vez que quiero hablaros,
será porque el viento huele a podrido
y en las techumbres crece musgo negruzco.
Es cierto, no sé cómo hablaros,
cada vez que lo intento,
me nacen ostras con sabor a odisea
y los testigos lloran tinta incolora.
Los cielos, disputan aún su reino,
y en la noche, apoyada sobre tul de terciopelo,
la diosa Cibeles depila sus cejas de color dorado,
mientras permanezco en la inopia,
perdido entra la densa niebla de las serpientes.
Escribo el guión, a la vez que veo niños sonrientes,
patrones en busca de esclavos,
y algún que otro perdido buscando sexo en oferta.
Es el momento en que la orquesta explota
en sinfonía de orgullo y respuestas de cobardía,
llenando la copa de alquitrán y alcohol de curar heridas,
regando sangre de perdedor y besos de tristeza.
Todo me indica que a lo que llamo lio,
no es más que cobardía enquistada
en mi bípeda lengua.
Abriré la cortina de la niebla,
en espera de encontrar el instante
que la diosa Cibeles me rescate de la inopia.
Entonces sabré si el lio es cobardía,
o si la cobardía es el virus del lio.

[Lila Manrique]

Versos que dejas en cada lamento, en cada instante de
reflexión, sentimientos que arropan tu inspiración.
Me encantó leerlos.