
TENGO SED...
(Cuartetos)
Esos labios se abrieron en un grito,
con angustia y dolor agonizante:
“TENGO SED” en un tono suplicante,
con un ruego mortal, triste, infinito.
Por tu gran sed, bebiste ácido vino,
profanando tu boca tan divina,
moribunda tu voz tan cristalina;
¡Ingrato, infame, cruel, fue tu asesino!.
El cielo trepidó con mil centellas
por el hijo de Dios tan ultrajado,
mi Jesús amoroso y bien amado,
que del amor legaste hermosas huellas.
Sobrellevaste escarnios y tormento,
escindieron tu carne tan preciosa
y una lanza asesina muy filosa,
mancilló tu costado, cruel momento.
Luz eterna que nunca será extinta,
nacimiento perpetuo en este mundo,
un legado perfecto y tan profundo...
...que dejaste tu firma en roja tinta. ´
(Escrito en el 2006)