Desde árboles
impúdicamente desnudos
miran casas cansadas,
autos anónimos y
violentos,
paredes grises
tan calladas
como tu pelo
pájaros negros.
La luna se quema
en la delgada cuerda del horizonte,
inmensa,
amarilla,
igual a mi angustia.
Libres tornasoladas viajando hacia el mar pasan
pesadas nubes en ovillos silenciosos,
colosos de espuma, livianos trenes con brújula de cielo.
Aún no llueve
en la ciudad simétrica, la gente corre
y yo sin ti.
A Susana.
21/04/2008
GC.
Abril 26 del 2017.