Verso

[Alejandro Costa López]

Cae una hoja al viento,
una gota de lluvia perdida en una tormenta,
dos pétalos anaranjados en cualquier charco de otoño,
una lágrima con hechizo y magia,
una voz amasando un discurso,
y, algún que otro verso, decorando un poema.
Un verso,
ese logaritmo minúsculo esculpido por los labios,
tallado en hojas de papel arrugado,
envuelto como regalo sin adorno,
inyectado en las venas de la belleza y su entorno.
Versos,
una gota cristalina resbalando por una verde hoja,
un pájaro, en su frío nido,
y un corazón que no se moja,
que nunca de querer, fue querido.
Una sonrisa en la boca,
el canto de un valiente herido,
el agua que fluye por su caminar y su río,
una sombra que no se ahoga.
Un canto color trigo,
el llanto de un recién nacido,
y hasta la angustia forzosa, al perder un ser querido.
Verso,
de una noche dormida,
de un candil sin aceite y fuego,
de dolor de un pañuelo incierto
escondido en las nieves de invierno,
una cola de lacio pelo,
unos ojos que miran y miran,
un perfil que te envuelve en su lecho,
y hasta la sonrisa del pobre en una esquina.
Todo es verso,
dos minutos sin segundos,
dos segundos, sin te quiero,
unas manos que tiemblan a solas
aún cuando esconden el miedo.
Todo es verso,
una palabra no dicha,
un botón caído del cielo,
un abrazo con sudor de camisa,
tres mentiras y un delicado beso.
Verso es belleza,
capa de caballero,
alfombra de tierra y pobreza,
el rústico rebaño del ovejero,
un rostro castigado de tristeza.
Verso es naturaleza,
el sol cuando amanece,
una gota de sudor en la mejilla,
la mar cuando se adormece,
e incluso,
el bravo viento que la encorajina
y la espuma que la embellece.
Un verso es vida,
dos labios que se retuercen,
la tímida luz de una bombilla,
el amor sudoroso de quienes se quieren,
es paisaje otoñal,
un sendero entre hojas caducas,
una voz que sin hablar
disuelve los ecos dormidos,
es Cupido de seres queridos,
capataz de ladrones y enfermos,
es mano tendida al olvido,
sangre de risas e infiernos,
es aquello que todos vemos,
ecos convertidos en belleza,
es pura riqueza,
donada por unos cuantos versos.
El verso es delicadeza,
alma de vida, amor y unas gotas de esencia,
es parte de un ejército,
de una vasta simpleza,
un verso, es tinta de poeta,
parte de la composición
de un poema en la niebla.
Verso eres tú,
¡de los pies, a la cabeza!

[José Manuel Sáiz]

Un precioso homenaje al verso. A la esencia visual de la poesía. Versos clásicos los tuyos escritos con sapiencia y elegancia. Mi aplauso.
Y un abrazo.
J. manuel