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El imaginario etílico, corto, desapegado de la creación.
El místico preso de la materia artificiosamente alegre,
un beso de amor condenado al vacío...

Gracias por estar, querido compañero.
Abrazo y feliz semana.

Llegas con los ojos colmados de órbitas que desconozco desplegando tus mundos con un tumulto de lluvia e incandescente clamor de laberintos, como único refugio a la nostalgia llegas, a lo hondo del reflejo a zurcir quizás qué heridas, como un gorrión aturdido por la bruma como un liquen abriéndose ...

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Sube para deleite de todos.

Te echamos mucho de menos, amiguísimo.
Hoy he releído muchos poemas tuyos; parece que ganan vida con el tiempo, son jóvenes maduros, invictos, fuertes y luminosos.

. Este es, sin duda alguna, uno de los poemas más cercanos al afecto, en la obra de Rafel Calle. Al afecto fundamental, al origen, al padre ausente. Un viaje que incluye el camino subterráneo, donde las raíces son el pan nuestro de cada día... Ha ganado la Esencia, amigo del alma, ha ganado. Abrazos.

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Sube para deleite de los exigentes lectores de Alaire.

Un beso grande, querida poeta.

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Joyas de nuestra biblioteca reciente.

Gracias mil por estar, querido amigo.
Un abrazo.

.Vuelve para deleite de todos.

Abrazos, querido poeta.

Sube para deleite de todos.

Un abrazo.

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Finísimo, con la hondura inteligente de Carmela Viñas.
Hermoso y muy pulcto también.

Abrazo enorme, querida compañera.
Mil gracias por estar.

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De esas maravillas, a las que no podemos evitar volver.

Abrazo enorme, querido poeta.

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Muy buena esta saga de los días, querido hermano león.
El poema se extiende y resuena en las estaciones o en los coches casi en marcha. En campo abierto, su afán promueve flores, luces y aromas.
Qué bueno es contar contigo en Alaire, qué bueno.

Abrazo enorme.

… en la limpidez íntima en que ardían, se oía el mar; iban en la noche como en resplandor de nimbos, cual si en oro que escapase de un templo de corales y anémonas del sur, y altos el talle y la mirada: la flor del corazón; … cual tímpano de lirio y sílice de rosa, emitían luz; ¡ah, entonces, el có...

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¡Qué maravilla!
Ejercicio de alta poesía; hermoso, dignísimo, apabullante.

Ovación sin descanso, querido amigo.
Abrazos.

Nunca amaneció, pero tú no podías saberlo. No podías saberlo porque todo sucede golpe a golpe y es tan breve la vida que todavía pudiera estar naciendo. Tú que desconocías los designios de la aurora, venías de desempolvar estrellas y de atrapar al vuelo una taranta. ¡Qué dulce el aguacero que corrí...

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Imposible de creer la ausencia, tan fiera cuando los ojos pueden sentirla...
Un breve que vuela alto, querida Marisa.

Abrazo enorme.
Te quiero mucho, lo sabes.