Ecos (Serie Mirlos)

[Ramón Castro Méndez]

I.

Por la rugosa corteza de los árboles
corren los años. Mis huellas se pierden
en los ecos de un patio interior.

II.

Las olas regresan al mar y nunca vuelven.
Las palabras dejan ecos sobre el papel
y nos evitan el regreso.

III.

La vejez nos devuelve a la infancia
y a sus ecos, y cada eco es un recuerdo ido.

IV.

Nuestra sombra es el eco de lo que en realidad somos.

V.

La noche no cabe en su propia sombra.
El ojo violeta del relámpago lo ilumina todo con su eco.

VI.

El corazón lleva en cada latido el eco de la sangre.

VII.

No hay peor respuesta que el olvido,
no hay peor muerte que la de los que mueren solos,
no hay peor silencio que el del paisaje que no deja ecos.

VIII.

Los sueños construyen imperios,
el tiempo se encarga de su ruina,
la historia es el eco de su pasado esplendor.

[E. R. Aristy]

I.

Por la rugosa corteza de los árboles
corren los años. Mis huellas se pierden
en los ecos de un patio interior.

II.

Las olas regresan al mar y nunca vuelven.
Las palabras dejan ecos sobre el papel
y nos evitan el regreso.

III.

La vejez nos devuelve a la infancia
y a sus ecos, y cada eco es un recuerdo ido.

IV.

Nuestra sombra es el eco de lo que en realidad somos.

V.

La noche no cabe en su propia sombra.
El ojo violeta del relámpago lo ilumina todo con su eco.

VI.

El corazón lleva en cada latido el eco de la sangre.

VII.

No hay peor respuesta que el olvido,
no hay peor muerte que la de los que mueren solos,
no hay peor silencio que el del paisaje que no deja ecos.

VIII.

Los sueños construyen imperios,
el tiempo se encarga de su ruina,
la historia es el eco de su pasado esplendor.

Ramón, me place leer estos mirlos que son voz y eco a la vez.

[Ramón Castro Méndez]

I.

Por la rugosa corteza de los árboles
corren los años. Mis huellas se pierden
en los ecos de un patio interior.

II.

Las olas regresan al mar y nunca vuelven.
Las palabras dejan ecos sobre el papel
y nos evitan el regreso.

III.

La vejez nos devuelve a la infancia
y a sus ecos, y cada eco es un recuerdo ido.

IV.

Nuestra sombra es el eco de lo que en realidad somos.

V.

La noche no cabe en su propia sombra.
El ojo violeta del relámpago lo ilumina todo con su eco.

VI.

El corazón lleva en cada latido el eco de la sangre.

VII.

No hay peor respuesta que el olvido,
no hay peor muerte que la de los que mueren solos,
no hay peor silencio que el del paisaje que no deja ecos.

VIII.

Los sueños construyen imperios,
el tiempo se encarga de su ruina,
la historia es el eco de su pasado esplendor.

Ramón, me place leer estos mirlos que son voz y eco a la vez.

Muchas gracias, querida E.R.A., por hacerte eco de mis ecos.

Un afectuoso abrazo.

[Ulises C.J.]

Preciosos mirlos multiplicados.
Vibrantes como el eco que los ha traído.
Abrazos.

[Javier Dicenzo]

preciosos poema a los mirlos un placer de lectura.

[Hallie Hernández Alfaro]

Estos mirlos tuyos cantan hacia dentro, van repoblando fibras; también saben renacer en medio de la turbulencia.
Me ha encantado el patio interior que se dibuja en su plumaje...

Felicidades sinceras, querido Ramón.

[Ana García]

Los dos últimos me han impactado.
Un abrazo.

[Pilar Morte]

Me quedo con el Vll
Un placer leerte.
Abrazos

[Ramón Carballal]

Interesantes mirlos que nos hacen pensar sobre las huellas que deja el paso del tiempo en la vida propia y también en la común. Un placer la lectura. Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Preciosos mirlos multiplicados.
Vibrantes como el eco que los ha traído.
Abrazos.

Muchas gracias, Ulises, por acercarte hasta mis ecos.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

preciosos poema a los mirlos un placer de lectura.

Muchas gracias, Javier, por tu atento comentario.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Estos mirlos tuyos cantan hacia dentro, van repoblando fibras; también saben renacer en medio de la turbulencia.
Me ha encantado el patio interior que se dibuja en su plumaje...

Felicidades sinceras, querido Ramón.

Muchas gracias, querida Hallie, por hacerte eco de mis ecos.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Los dos últimos me han impactado.
Un abrazo.

Muy agradecia, Ana, por tu paso y palabras.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

¡Pero si yo oí estos ecos en los Montes de Europa!
Gritaba "árboles" y y era un patio interior lo que me respondía.
"Ola" y el mar me tapaba la boca.
"Noche" y el relámpago abofetaba mi impertinencia.

Mejor mi silencio acompañado de tus versos.
Un abrazote amigo.

Muchas gracias, querido amigo, los patios interiores son lugares de conjuras y confabulaciones, al igual que las trastiendas y las reboticas.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Me quedo con el Vll
Un placer leerte.
Abrazos

Muchas gracias, querida Pilar, siempre un placer contar con tu huella en mis letras.

Un afectuoso abrazo.