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Re: Un gesto
Publicado: Mar, 06 Oct 2015 4:17
por E. R. Aristy
Rosa Marzal escribió:Hizo falta un gesto tan solo
y la negrura se nos cayó de las manos,
y la palabra salió de su trinchera
y arrojó su fusil de suicidios.
Tan solo un gesto mío, un gesto tuyo
unidos para un único destierro:
y yo que negaba el alma de las piedras,
y tú, que maldecías la vida, sus amargas escamas,
tuvimos que arrojar nuestro luto
y vestirnos de río
y dejarnos fluir en el hilo de un gesto de plata.
“He aquí las venas de mi silencio
míralas, ya no sangran,
ahora pregunto por el niño perdido
de tu Nombre”
Y las máscaras dejaron de pegarse a tu piel, a la mía,
y un latido ciego despertó de su eterno letargo:
el latido de un animal casi muerto,
casi descuartizado
por las manos doloridas del miedo.
Hizo falta mirarnos a los ojos más hondo,
más en verde,
más hondo,
hasta hacernos de vidrio.
Me conmueve la intensidad de este poema, Rosa. Me hizo imaginar como se funden esos ojos! ERA
Re: Un gesto
Publicado: Mar, 06 Oct 2015 13:44
por Javier Dicenzo
Paso por tu obra, con heridas, un placer estar en tus letras.
Re: Un gesto
Publicado: Mié, 07 Oct 2015 15:24
por Rosa Marzal
Pilar Morte escribió:Qué hermoso acercamiento en verso. Lirismo y acierto en el poema. Me gustó.
Besos
Pilar
Gracias por tu amable huella, Pilar. Un fuerte abrazo.
Re: Un gesto
Publicado: Mié, 07 Oct 2015 15:25
por Rosa Marzal
Ramón Carballal escribió:Excelente. Felicidades y un abrazo.
Muchas gracias, Ramón. Un abrazo.
Re: Un gesto
Publicado: Mié, 07 Oct 2015 15:26
por Rosa Marzal
Manuel Alonso escribió:Ese gesto que nos hace de vidrio, amiga, me ha gustado mucho, un placer y un abrazo.
Me alegra tu paso por mis versos, amigo. Un abrazo.
Re: Un gesto
Publicado: Mié, 07 Oct 2015 15:28
por Rosa Marzal
Carmen López escribió:Rosa Marzal escribió:Hizo falta un gesto tan solo
y la negrura se nos cayó de las manos,
y la palabra salió de su trinchera
y arrojó su fusil de suicidios.
Tan solo un gesto mío, un gesto tuyo
unidos para un único destierro:
y yo que negaba el alma de las piedras,
y tú, que maldecías la vida, sus amargas escamas,
tuvimos que arrojar nuestro luto
y vestirnos de río
y dejarnos fluir en el hilo de un gesto de plata.
“He aquí las venas de mi silencio
míralas, ya no sangran,
ahora pregunto por el niño perdido
de tu Nombre”
Y las máscaras dejaron de pegarse a tu piel, a la mía,
y un latido ciego despertó de su eterno letargo:
el latido de un animal casi muerto,
casi descuartizado
por las manos doloridas del miedo.
Hizo falta mirarnos a los ojos más hondo,
más en verde,
más hondo,
hasta hacernos de vidrio.
Bellísimos versos, Rosa. Me encanta tu poesía y la manera de ir bordeando el discurso, para llegar a un todo, el lenguaje lírico de tus composiones, el mensaje que deviene, la sensación real de que aquí uno se acerca a la verdadera poesía, que la toca y la siente, que la huele y se percibe real, ains...es un lujo leerte, me has alegrado la mañana...y te doy las gracias por escribir así de bien. Mis felicitaciones, amiga.
Un abrazo, grande.
Carmen
Gracias a ti, Carmen, por ser tan generosa conmigo y dejarme este precioso comentario. Un placer encontrar tu huella, amiga.
Un fuerte abrazo.
Re: Un gesto
Publicado: Mié, 07 Oct 2015 16:06
por jose manuel saiz
Tu poesía siempre envuelve, lo hace con esa delicadeza que te nombra y te caracteriza. Un hermoso poema que no puedo dejar pasar sin felicitarte.
Un fuerte abrazo.
J. Manuel
Re: Un gesto
Publicado: Jue, 08 Oct 2015 6:35
por Rafel Calle
Muy bello poema de Rosa.
Re: Un gesto
Publicado: Vie, 09 Oct 2015 2:28
por Josefa A. Sánchez
Me sumo a los comentarios que me preceden. Un poema de los que se recuerdan con un pálpito. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Pepa
Re: Un gesto
Publicado: Vie, 09 Oct 2015 10:56
por xaime oroza carballo
"vestirse de río" y el brillante rastro transparente de los "gestos de plata", suena muy cerca en mis sueños.
Re: Un gesto
Publicado: Vie, 09 Oct 2015 22:40
por Hallie Hernández Alfaro
Excelencia a más no poder, Rosa.
De pie para los aplausos.
Abrazos y felices horas.
Re: Un gesto
Publicado: Vie, 09 Oct 2015 23:43
por Mitsy Grey
Un hermoso gesto transparente, Rosa. Indudablemente, tu estilo. Felicidades, poetisa.
Un beso.
Mitsy
Re: Un gesto
Publicado: Sab, 10 Oct 2015 2:58
por Ricardo José Lascano
Rosa Marzal escribió:Hizo falta un gesto tan solo
y la negrura se nos cayó de las manos,
y la palabra salió de su trinchera
y arrojó su fusil de suicidios.
Tan solo un gesto mío, un gesto tuyo
unidos para un único destierro:
y yo que negaba el alma de las piedras,
y tú, que maldecías la vida, sus amargas escamas,
tuvimos que arrojar nuestro luto
y vestirnos de río
y dejarnos fluir en el hilo de un gesto de plata.
“He aquí las venas de mi silencio
míralas, ya no sangran,
ahora pregunto por el niño perdido
de tu Nombre”
Y las máscaras dejaron de pegarse a tu piel, a la mía,
y un latido ciego despertó de su eterno letargo:
el latido de un animal casi muerto,
casi descuartizado
por las manos doloridas del miedo.
Hizo falta mirarnos a los ojos más hondo,
más en verde,
más hondo,
hasta hacernos de vidrio.
Cuánta intensidad que logras resolviendo la templanza luego de la extenuación, pareciera restaurarse detrás del descenso como un amanecer. Hay fe y esperanzas disueltas en las letras.
Gracias por tanto arte.
Amiga.
RJL
Re: Un gesto
Publicado: Sab, 10 Oct 2015 18:46
por Gerardo Mont
Un poema bellísimo, cercano, rico en sentimiento y creatividad...¿qué más pedir?. Me queda sólo aplaudirte, poeta. Un lujo pasar por aquí, Un gran abrazo.
Re: Un gesto
Publicado: Lun, 19 Oct 2015 11:07
por Felipe Fuentes García
Rosa Marzal escribió:Hizo falta un gesto tan solo
y la negrura se nos cayó de las manos,
y la palabra salió de su trinchera
y arrojó su fusil de suicidios.
Tan solo un gesto mío, un gesto tuyo
unidos para un único destierro:
y yo que negaba el alma de las piedras,
y tú, que maldecías la vida, sus amargas escamas,
tuvimos que arrojar nuestro luto
y vestirnos de río
y dejarnos fluir en el hilo de un gesto de plata.
“He aquí las venas de mi silencio
míralas, ya no sangran,
ahora pregunto por el niño perdido
de tu Nombre”
Y las máscaras dejaron de pegarse a tu piel, a la mía,
y un latido ciego despertó de su eterno letargo:
el latido de un animal casi muerto,
casi descuartizado
por las manos doloridas del miedo.
Hizo falta mirarnos a los ojos más hondo,
más en verde,
más hondo,
hasta hacernos de vidrio.
Espléndido, Rosa, de calado y con la palabra justa.
Ha sido un placer leerte, amiga.
Recibe un abrazo.
Felipe.