Un gesto

[Rosa Marzal]

Hizo falta un gesto tan solo
y la negrura se nos cayó de las manos,
y la palabra salió de su trinchera
y arrojó su fusil de suicidios.

Tan solo un gesto mío, un gesto tuyo
unidos para un único destierro:
y yo que negaba el alma de las piedras,
y tú, que maldecías la vida, sus amargas escamas,
tuvimos que arrojar nuestro luto
y vestirnos de río
y dejarnos fluir en el hilo de un gesto de plata.

“He aquí las venas de mi silencio
míralas, ya no sangran,
ahora pregunto por el niño perdido
de tu Nombre”
Y las máscaras dejaron de pegarse a tu piel, a la mía,
y un latido ciego despertó de su eterno letargo:
el latido de un animal casi muerto,
casi descuartizado
por las manos doloridas del miedo.

Hizo falta mirarnos a los ojos más hondo,
más en verde,
más hondo,
hasta hacernos de vidrio.

[Pilar Morte]

Qué hermoso acercamiento en verso. Lirismo y acierto en el poema. Me gustó.
Besos
Pilar

[Ramón Carballal]

Excelente. Felicidades y un abrazo.

[Manuel Alonso]

Ese gesto que nos hace de vidrio, amiga, me ha gustado mucho, un placer y un abrazo.

[Carmen López]

Hizo falta un gesto tan solo
y la negrura se nos cayó de las manos,
y la palabra salió de su trinchera
y arrojó su fusil de suicidios.

Tan solo un gesto mío, un gesto tuyo
unidos para un único destierro:
y yo que negaba el alma de las piedras,
y tú, que maldecías la vida, sus amargas escamas,
tuvimos que arrojar nuestro luto
y vestirnos de río
y dejarnos fluir en el hilo de un gesto de plata.

“He aquí las venas de mi silencio
míralas, ya no sangran,
ahora pregunto por el niño perdido
de tu Nombre”
Y las máscaras dejaron de pegarse a tu piel, a la mía,
y un latido ciego despertó de su eterno letargo:
el latido de un animal casi muerto,
casi descuartizado
por las manos doloridas del miedo.

Hizo falta mirarnos a los ojos más hondo,
más en verde,
más hondo,
hasta hacernos de vidrio.

Bellísimos versos, Rosa. Me encanta tu poesía y la manera de ir bordeando el discurso, para llegar a un todo, el lenguaje lírico de tus composiones, el mensaje que deviene, la sensación real de que aquí uno se acerca a la verdadera poesía, que la toca y la siente, que la huele y se percibe real, ains...es un lujo leerte, me has alegrado la mañana...y te doy las gracias por escribir así de bien. Mis felicitaciones, amiga.

Un abrazo, grande.

Carmen

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un excelente poema, amiga Rosa. En él demuestra la autora la madurez personal y poética, entregándonos un obra de gran fuerza sugestiva.

Un bico.

[Bruno Laja]

Es bellísimo. Es un ejemplo de cómo la poesía es la única vía para manifestar esa lógica interna de la sensibilidad. ¿No parece más lógico que después del gesto, del desplome de la costra, de la ropa caída, nada sea ya continuidad?. ¿No es lo más lógico que todo sea ya transparencia, luz atravesando la desnudez, ninguna sombra?. Yo creo que sí. Creo que hay caminar hacia eso. Impresionante, Rosa. Abrazos.

[Lunamar Solano]

Belleza sensible que conmueve querida amiga...
Siempre un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Raul Muñoz]

Un poema que va a la raíz, sin rodeos. Rezuma la frescura de quien está en la posición de redención y paz con uno mismo y los demás. Totalmente profiláctico.

Mi enhorabuena, Rosa, por este gran poema que nos dejas.

Un abrazo, amiga.

[Pablo Ibáñez]

Rosa,

me ha gustado mucho el poema, amiga. Me gusta la manera de llevarlo, cómo lo has desarrollado. Late una revelación, un despojamiento común de "lo negro", de un luto que proviene de algún secreto oscuro que necesita hacerse transparente, hacerse vidrio para liberarse. Palabras muy bien elegidas, de mucho contenido y muy bien dispuestas.

Me ha encantado.

Un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

Mucha fortaleza de amor desprende este poema. La animosidad, bien entendida, de tu inspiración se ofrece fidedigna y clarividente .

un abrazo

[Marisa Peral]

Hizo falta un gesto tan solo
y la negrura se nos cayó de las manos,
y la palabra salió de su trinchera
y arrojó su fusil de suicidios.

Tan solo un gesto mío, un gesto tuyo
unidos para un único destierro:
y yo que negaba el alma de las piedras,
y tú, que maldecías la vida, sus amargas escamas,
tuvimos que arrojar nuestro luto
y vestirnos de río
y dejarnos fluir en el hilo de un gesto de plata.

“He aquí las venas de mi silencio
míralas, ya no sangran,
ahora pregunto por el niño perdido
de tu Nombre”
Y las máscaras dejaron de pegarse a tu piel, a la mía,
y un latido ciego despertó de su eterno letargo:
el latido de un animal casi muerto,
casi descuartizado
por las manos doloridas del miedo.

Hizo falta mirarnos a los ojos más hondo,
más en verde,
más hondo,
hasta hacernos de vidrio.

Inmenso poema, Rosa!!
Me quedo sin palabras y me siento chiquitita cuando te leo porque tu poesía es pura y llena de matices que me van llevando, verso a verso, hasta el final de poema y entonces... vuelvo a empezar para disfrutar lentamente de todo lujo de detalles.
En serio, es un placer auténtico, felicidades.
Un abrazo.

[Ricardo Serna G]

Rosa


Sentimiento y corazón
bello poema


te felicito, querida amiga


Un abrazo fuerte

[Ana Muela Sopeña]

Ay, ay, Rosa, cómo lo dices todo. Con sentimiento y maestría.

Un poema que cala muy hondo. ¿Quién no se ha hecho de vidrio con el amado? Miradas frías que llevan a la crisis o a la ruptura. A veces qué difícil es salir de esa absurda espiral.

Aplausos por tanta belleza y verdad
Un fuerte abrazo
Ana

[Armilo Brotón]

Unos versos que emocionan.
Buen poema Rosa.

Recibe un cordial saludo.

emPerro