Palacio Los Alfaro.

[José Manuel Sáiz]

PALACIO LOS ALFARO

Las casas se construyen para ser
útiles y habitadas. Pero llegada su ruina, algunas adquieren
por desgracia una injusta decadencia.

Mi ciudad conserva éste singular edificio:
“Palacio Los Alfaro. s. XIX. Vitoria” –así reza, al menos,
un regio escudo en su fachada-.

Como constructor, ésta en particular me duele.
Aún retiene aquel pasado glorioso y noble
que ya nadie recuerda.
Todavía parece percibirse tras sus miradores románticas
imágenes de otra época: señoritas paseando del brazo
alegremente y serios caballeros tocando al paso
el ala del sombrero. Este palacio vivió sin duda,
un tiempo mejor. Tiempo de retratos
de barbados bisabuelos y generales en paredes
de las que cuelgan hoy la sombra
y el silencio.
En el exterior, sobre la maleza de un huerto que ya no es,
hoy día solo crece la ortiga y el espino.
La zarza brota anárquica por senderos que serpean
hacia patios y estanques encantados, donde años antes,
medraban a sus anchas las rosas y el romero. A un lado,
el esqueleto oscuro de un invernadero agoniza huérfano
de puertas y cristales. Todo a su alrededor
sucumbe a los encantos de una triste
decadencia.

No siempre esto fue así. No siempre la hiedra y el lagarto
medraron a sus anchas por piedras y escalinatas. Tuvo,
como no, sus momentos de gloria y esplendor,
sus tiempos de doncellas y de nueras bebiendo ponche
bajo la sombra fresca de un almendro; tiempos de huelgas,
y revueltas, de tiempos de aventureros con bigote
contando sus historias a la luz de los cenadores; tiempos
de jóvenes y niños jugando al pañuelo y al escondite
entre los laberintos de una tarde de primavera.

Hoy volví a pasar frente a los muros de este viejo
y olvidado palacio. He vuelto para contemplar, por última vez,
la silenciosa y triste decadencia de su edificio.

Sobre la ruina de una puerta de hierro y de madera
cuelga firme la hoja de un impreso:
“Bando Municipal: próximo derribo. Vitoria-Gasteiz
25 de Enero de 2008. El Ayuntamiento.”

Escribo con tristeza estos versos
antes de que la grúa del Municipio derribe también este recuerdo.

El proyecto de una casa nueva
espera en mi oficina y en un archivo de mi ordenador
su tiempo. Ojala, en otro siglo, cuando le llegue
su triste e inevitable decadencia
alguien nos deje para la historia algún escrito
que evoque la romántica historia de su ruina.

--oOo--

[Hallie Hernández Alfaro]

Palacio de Los Alfaro.


Las casas se construyen
para ser habitadas.
Pero llegada su ruina, algunas conservan
para siempre, la hermosura de su decadencia.

Mi ciudad guarda en el centro de su corazón
este singular abandono:
“Palacio de Los Alfaro. s. XIX. Vitoria”
–así reza el escudo de su alero-.

En mi condición de constructor de casas, ésta
en particular, me duele. Retiene aún en sus estructuras
aquel pasado glorioso que ya nadie evoca.
A veces veo tras sus miradores, gente de otra época
saludarse con elegancia tocando el ala de sus sombreros.

Este palacio conoció sin duda, un tiempo más feliz.
Un tiempo de bisabuelos y de retratos de generales
en paredes donde ahora habita la sombra y el silencio.
Sobre la maleza de su huerto se alza hoy libre
el cardo y el espino. La zarza brota anárquica por senderos
que conducen a patios desdibujados donde antes crecía airosa
la rosa y el olivo. A su lado agoniza el férrico esqueleto
de un invernadero, huérfano ya, de cristales y de puertas.
Todo vive envuelto en una romántica decadencia.

Pero no siempre fue así. No siempre la hiedra y el lagarto
medraron por sus piedras y escalinatas.
Hubo momentos de gloria y de verbena: tiempos de nueras
y aventureros bebiendo ponche de anís en los cenadores;
tiempo de niños jugando al pañuelo y al escondite
en laberintos de jardines exuberantes de primavera.

Esta tarde volví a pasar ante la verja de este palacio solariego.
He vuelto para contemplar, por última vez,
la regia decadencia de este singular edificio.

Sobre la ruina de su puerta de madera, cuelga hoy,
la hoja de un impreso:
“Bando Municipal: próximo derribo.
Vitoria, 5 de Marzo de 2008.
El Ayuntamiento.”

Hoy escribo con tristeza los trazos de estos versos
antes de que la grúa y el Municipio arruinen,
de mi corazón, también este recuerdo.

En mi despacho,
el proyecto de una casa nueva
espera, en el ordenador, su tiempo.
Ojala dentro de un siglo alguien se conmueva
y deje para la memoria, aquel escrito
que evoque la hermosura y la leyenda
de su digna decadencia.

--oOo--


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Ay este poema tuyo me toca muy de cerca;tengo el honor de llevar este apellido impreso en la sangre, como una estrella de hojalata y anis.

Gracias por sentirlo así !!!!


Un abrazo emocionado

Hallie

[Ana Villalobos Carballo]

En tu poema la denuncia de algo que sucede con frecuencia y que es una pena. Un placer leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

[José Manuel Sáiz]

Vaya, Hallie, tienes razón, no reparé en ello. Me alegra sobremanera el haberte emocionado positivamente. Te mando un fuerte abrazo desde este lugar cercano a tu apellido.
J. Manuel

[Noemi Sánchez]

Pero no siempre fue así. No siempre la hiedra y el lagarto
medraron por sus piedras y escalinatas.
Hubo momentos de gloria y de verbena: tiempos de nueras
en cenadores y aventureros bebiendo ponche de anisette
contando sus historias; tiempo de niños jugando al pañuelo
y al escondite en laberintos de jardines exuberantes de primavera.

Me encanta poder aprender de tu letra, a veces desconozco cosas pero leyendo me digo... hoy aprendiste algo!!! ... jajajaja… me encanta poder leerte.

Un beso y un abrazo de corazón para ti.

P.D. regrese a decirte que lei en lick que dejaste, y entiendo muchas un poco mas
tu letra... que lastima que este tipo de casas, con historias las tiren...
es lamentable....

En fin.... que hermoso que tú escribas esto pues quedara como un recuerdo...

[Juan Cruz Bordoy]

Para qué quieren tirar el palacio abajo,si lo pueden remodelar. Le pueden hacer dobles las paredes. Nunca harán nada tan bello como lo que había.
Un abrazo y un beso.

[Selene]

Estoy de acuerdo con las palabras de Juan, todo se puede remodelar, aunque muchos piensen que para construir hay que destruir primero....duele soltar, desprenderse, de obras con gran valor social/cultural, porque son reminiscencia de nuestro pasado, pero tristemente vivimos esas destrucciones cada dia, y otras muchas más... p.e. un árbol milenario que adornaba la plaza de un pueblo, fue talado sin escrúpulos...para levantar un local ......La vida nos enseña que nada es para siempre por muy doloroso que sea, todo seguirá siendo efímero...muy a nuestro pesar.

Uisssssssss me entristeció enormemente tu poema, aunque lleno de intrínsecas verdades.

Saludos amigo, buena reivindicación la tuya

[Susana Palma]

Precioso poema, J. Manuel. Aunque el palacio esté deteriorado siempre guarda la gloria de otra época. Tus versos han sabido evocarla a la perfección. Todas esas imágenes tan entrañables me han hecho viajar atrás en el tiempo. Una delicia de poema y una noble denuncia la que nos dejas. Si hubiera vuelta atrás... Es una lástima que el palacio acabe por desaparecer.

Te felicito, me ha encantado tu poema. Mi abrazo fuerte.

Susana

[José Manuel Sáiz]

En tu poema la denuncia de algo que sucede con frecuencia y que es una pena. Un placer leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Gracias querida Ana por leerme. Me gusta poetizar todo tipo de sentimientos... incluido los urbanos.
Otro beso para tu corazón.
J. manuel

[José Manuel Sáiz]

Pero no siempre fue así. No siempre la hiedra y el lagarto
medraron por sus piedras y escalinatas.
Hubo momentos de gloria y de verbena: tiempos de nueras
en cenadores y aventureros bebiendo ponche de anisette
contando sus historias; tiempo de niños jugando al pañuelo
y al escondite en laberintos de jardines exuberantes de primavera.

Me encanta poder aprender de tu letra, a veces desconozco cosas pero leyendo me digo... hoy aprendiste algo!!! ... jajajaja… me encanta poder leerte.

Un beso y un abrazo de corazón para ti.

P.D. regrese a decirte que lei en lick que dejaste, y entiendo muchas un poco mas
tu letra... que lastima que este tipo de casas, con historias las tiren...
es lamentable....

En fin.... que hermoso que tú escribas esto pues quedara como un recuerdo...

Gracias querida amiga por tu comentario y por volver a pasar de nuevo por mi escrito. Más que una denuncia es un canto triste por algo que sucede a menudo por culpa de las especulaciones en el sector de la construcción.
Un beso para ti.
J. Manuel

[Pilar Morte]

Palacio de Los Alfaro.


Las casas se construyen
para ser habitadas.
Pero llegada su ruina, algunas adquieren
afortunadamente, una hermosa decadencia.

Mi ciudad guarda en el centro de su corazón
este singular abandono:
“Palacio de Los Alfaro. s. XIX. Vitoria”
–así reza, al menos, un escudo bajo su alero-.

En mi condición de constructor de casas, ésta
en particular, me duele. Retiene aún en sus estructuras
aquel pasado glorioso que ya nadie recuerda.
A veces percibo tras sus miradores, románticas imágenes
de otra época: veo señoritas paseando del brazo y caballeros
elegantes tocando a su paso el ala de los sombreros.

Este palacio conoció sin duda, un tiempo mejor.
Un tiempo de bisabuelos y retratos de generales sobre paredes
en las que ahora cuelga la sombra y el silencio.
Sobre la maleza de un huerto, que ya no es, se alza hoy libre,
la maraña del espino. La zarza brota anárquica por senderos
que serpean hacia patios donde antes crecía airosa la rosa
y el romero. A su lado agoniza el férreo esqueleto
de un invernadero, huérfano ya, de cristales y de puertas.
Todo sucumbe al encanto de su romántica decadencia.

Pero no siempre fue así. No siempre la hiedra y el lagarto
medraron a sus anchas por piedras y escalinatas.
Hubo momentos de gloria: tiempos de nueras en cenadores;
tiempos de aventureros de gomina y bigote
bebiendo ponche al calor de sus historias; tiempos de niños
jugando al pañuelo y al escondite en laberintos de jardines
exuberantes de primavera.

Esta tarde he vuelto a pasar ante este viejo palacio.
He vuelto para contemplar, por última vez,
la solariega decadencia de su edificio.

Sobre la ruina de una puerta de madera, cuelga hoy,
la hoja de un impreso:
“Bando Municipal: próximo derribo.
Vitoria, 25 de Enero de 2008.
El Ayuntamiento.”

Hoy escribo con tristeza los trazos de estos versos
antes de que la grúa y el Municipio derriben,
de mi corazón, también este recuerdo.

En mi despacho,
el proyecto de una casa nueva
espera, en el ordenador, su tiempo.
Ojala dentro de un siglo, alguien se conmueva
y deje para la memoria, aquel escrito que evoque
la hermosura y la leyenda de su digna decadencia.


Me identifico totalmente con tu poema. A mi también me han arrancado del corazón algunos recuerdos arquitectónicos. Muy bonito.
Un abrazo Pilar
--oOo--


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[Rosario Alonso]

No conozoco ese palacio, pero es una pena que los dejen en el abandono y que los años vayan dejando su mella. A mí también me producen fascinación los palacios y castillos de siglos atrás, sus piedras guardan mucha historia, y si paseamos por ellos, con un poco de imaginación, nos podemos trasportar al pasado, como tú has hecho tan bien en tu poema. Te felicito amigo Txopo

Un beso

[Ricardo Serna G]

TXOPO,

Extraodinario poema, querido amigo
mensaje y forma

te felicito

un abrazo fuerte

[José Manuel Sáiz]

Para qué quieren tirar el palacio abajo,si lo pueden remodelar. Le pueden hacer dobles las paredes. Nunca harán nada tan bello como lo que había.
Un abrazo y un beso.

En efecto mi pequeño amigo... soluciones simples como esa siempre son en verdad posibles. Pero en el mundo extraño de los adultos las cosas simples no sirven. Pueden más otras cosas... el dinero, la especulación, por ejemplo... en fin, ya te darás cuenta con el tiempo lo extraño del comportamiento de los mayores. Como siempre, tu visión de las cosas es la acertada, ojala pudiéramos conservar siempre la fácil perspectiva que se tiene cuando niños.
Te dejo a ti también un abrazo y un besote muy grande.
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

Estoy de acuerdo con las palabras de Juan, todo se puede remodelar, aunque muchos piensen que para construir hay que destruir primero....duele soltar, desprenderse, de obras con gran valor social/cultural, porque son reminiscencia de nuestro pasado, pero tristemente vivimos esas destrucciones cada dia, y otras muchas más... p.e. un árbol milenario que adornaba la plaza de un pueblo, fue talado sin escrúpulos...para levantar un local ......La vida nos enseña que nada es para siempre por muy doloroso que sea, todo seguirá siendo efímero...muy a nuestro pesar.

Uisssssssss me entristeció enormemente tu poema, aunque lleno de intrínsecas verdades.

Saludos amigo, buena reivindicación la tuya

Muchas gracias querida Selene por estar ahí. Tienes mucha razón también tú en tu comentario.
Un abrazo amiga.
J. Manuel