gris como el expreso de la navidad

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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Esteban Granado
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gris como el expreso de la navidad

Mensaje por Esteban Granado »

En las rebajas, entre los mostradores, el sufrimiento adquiere una monotonía gris,
es una sudadera gris barata y gris como una nube ahijada de tormenta, rizada de tormenta,
un nubarrón tormentoso y ajeno, volante y volador, en vuelo hacia la guerra de debajo.
El sufrimiento grita un poco para cubrir el expediente. Se sufre hasta en domingo
cuando descansan y meditan los perros. El sufrimiento del domingo es un tanto así de gris,
definitivamente no sabe de colores (ahora es neutro). Los niños son los más entendidos:
aunque no lo parezca, nadie conoce el sufrimiento en su dimensión patética
mejor que un niño en una tarde de domingo.

Suave es el aire. Ni padece. El aire no experimenta un dolor, ni la ingratitud.
Es surcado, respirado, expirado. El aire expira en contacto con el cielo (dicen que sí),
aspira a la potencia de uno, hace guantes con el viento si es del norte. La niña sopla
e hincha un globo de color beis que es un color bien raro para un globo,
que luego se hace pasar por un juguete siendo un artefacto adulto y demasiado viejo (y qué).
Las estelas, los aviones. El aeropuerto juega con las naves. Muy arriba
ya no hay (aire), puede haber un gas nervioso que se eleva por su propio peso
y va volviéndose también y nuevamente gris.

Los árboles caminan sin mover un músculo: es su travesura a campo abierto.
Están tan aburridos que lanzan flechas de goma por las ramas. La hierba es su frontera,
el agua, su alimento. Duermen el sueño de los justos que dura una eternidad a medias
(casi entera). Despiertan cada noche a la hora del vermut, que es una hora magnífica
para adosarse al prado y convencer a la lluvia. De madrugada significan más
y alguna otra cosa más importante. Será por la sonrisa de la sombra.

Los coches han volado. Los conductores naufragan inseguros. Tenemos carreteras
interminables, una sola carretera global que serpentea como un virus de encargo.
Las rayas discontinuas continúan a mayor gloria del motor gigante que no para,
que no para y discurre, traquetea como el tren del dinero, como el expreso de la navidad.
Un coche burla la vigilancia de los escarabajos de suerte que atropella a unos cuantos.
Ah, pero los escarabajos no vigilan a nadie. Hay un policía de tráfico que no se los come,
todavía. El agente actúa en representación del estado de las cosas, que es un estado
muy poco sólido para estar de pie tanto tiempo. Detiene y se detiene. Se detiene
y olisquea el aire que huele a quemado desde hace unos años. Detiene a una pareja
que ha cometido el crimen de quererse después del toque de queda.

Todo el mundo efectúa sus trámites. Incluso las hormigas tramitan su permiso de plaga
en cierto juzgado de los suburbios. Las chicas presentan sus instancias en el ministerio
y llevan el pelo como quieren. Nadie sabe por qué presentan sus instancias
si ya llevan el pelo como quieren. Unos que interceden y otros que suplican. La sociedad
es una máquina sumamente ruidosa a la que le huele el aliento. La sociedad viste mal,
combina los colores con escasa elegancia y a veces lleva calcetines blancos.
Bullen las oficinas, se hacen a la mar. El capitán de navío bombardea una patera.
El funcionario registra los óbitos y tira por la borda un flotador oscuro que recuerda
a una corona funeraria.

La vida cansa. Cansa a su manera. Al parecer, es una vida gris. Se trata de una vida así de gris.
Hallie Hernández Alfaro
Mensajes: 19451
Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20

Re: gris como el expreso de la navidad

Mensaje por Hallie Hernández Alfaro »

Esteban Granado escribió:
Es una responsabilidad enorme comentar un poema tan magno; desde ya mil perdones si mis palabras no alcanzan la justicia que merece.

En las rebajas, entre los mostradores, el sufrimiento adquiere una monotonía gris,
es una sudadera gris barata y gris como una nube ahijada de tormenta, rizada de tormenta,
un nubarrón tormentoso y ajeno, volante y volador, en vuelo hacia la guerra de debajo.
El sufrimiento grita un poco para cubrir el expediente. Se sufre hasta en domingo
cuando descansan y meditan los perros. El sufrimiento del domingo es un tanto así de gris,
definitivamente no sabe de colores (ahora es neutro). Los niños son los más entendidos:
aunque no lo parezca, nadie conoce el sufrimiento en su dimensión patética
mejor que un niño en una tarde de domingo.


Desarrollo poético avanzadísimo, como si todo recaudara una hondura que no mitiga el pálpito gris. Miro y la luz en tu palabra ha vencido a todos los enemigos. Ahora mismo hace un guiño de algo parecido a un muñón verde que promete, vaya si promete.

Suave es el aire. Ni padece. El aire no experimenta un dolor, ni la ingratitud.
Es surcado, respirado, expirado. El aire expira en contacto con el cielo (dicen que sí),
aspira a la potencia de uno, hace guantes con el viento si es del norte. La niña sopla
e hincha un globo de color beis que es un color bien raro para un globo,
que luego se hace pasar por un juguete siendo un artefacto adulto y demasiado viejo (y qué).
Las estelas, los aviones. El aeropuerto juega con las naves. Muy arriba
ya no hay (aire), puede haber un gas nervioso que se eleva por su propio peso
y va volviéndose también y nuevamente gris.


Tan invisible, tan compartido, tan enhiesto en su devaneo infraganti; el aire es desde ahora un cetro de poesía (te lo debemos a ti, que lo sepas). Yo diría que el aire se enamora; hay un lugar en el mundo que no respiro pero que amo. Es una calle incierta, gloriosa, algo antigua. Sus exhalaciones me albergan.

Los árboles caminan sin mover un músculo: es su travesura a campo abierto.
Están tan aburridos que lanzan flechas de goma por las ramas. La hierba es su frontera,
el agua, su alimento. Duermen el sueño de los justos que dura una eternidad a medias
(casi entera). Despiertan cada noche a la hora del vermut, que es una hora magnífica
para adosarse al prado y convencer a la lluvia. De madrugada significan más
y alguna otra cosa más importante. Será por la sonrisa de la sombra.


Estas líneas son una fortaleza en sí mismas. La simbología que nace del corazón y el cerebro de un gran poeta. La clorofila se ha cristalizado y parece lluvia de bosque nuevo por tu culpa, por tu poética culpa, compañero. Uff, un acierto inolvidavle la hora del vermut y los dos últimos versos.

Los coches han volado. Los conductores naufragan inseguros. Tenemos carreteras
interminables, una sola carretera global que serpentea como un virus de encargo.
Las rayas discontinuas continúan a mayor gloria del motor gigante que no para,
que no para y discurre, traquetea como el tren del dinero, como el expreso de la navidad.
Un coche burla la vigilancia de los escarabajos de suerte que atropella a unos cuantos.
Ah, pero los escarabajos no vigilan a nadie. Hay un policía de tráfico que no se los come,
todavía. El agente actúa en representación del estado de las cosas, que es un estado
muy poco sólido para estar de pie tanto tiempo. Detiene y se detiene. Se detiene
y olisquea el aire que huele a quemado desde hace unos años. Detiene a una pareja
que ha cometido el crimen de quererse después del toque de queda.

La belleza se eleva sobre el impuro manoseo del caduco pero persistente establishment; se escapan la emoción y la lección por las rendijas de tu voz. Arrivan a destino limpio y hacen hogar en la sensibilidad de tus lectores. Ah, el último verso es oro hecho palabra.

Todo el mundo efectúa sus trámites. Incluso las hormigas tramitan su permiso de plaga
en cierto juzgado de los suburbios. Las chicas presentan sus instancias en el ministerio
y llevan el pelo como quieren. Nadie sabe por qué presentan sus instancias
si ya llevan el pelo como quieren. Unos que interceden y otros que suplican. La sociedad
es una máquina sumamente ruidosa a la que le huele el aliento. La sociedad viste mal,
combina los colores con escasa elegancia y a veces lleva calcetines blancos.
Bullen las oficinas, se hacen a la mar. El capitán de navío bombardea una patera.
El funcionario registra los óbitos y tira por la borda un flotador oscuro que recuerda
a una corona funeraria.


La vida cansa. Cansa a su manera. Al parecer, es una vida gris. Se trata de una vida así de gris.

Aquí se puede mirar desde fuera la interioridad sofocante de la ventana podrida. Te derramas en fuerza trasmisora, Esteban.

Tu poesía ha de nombrarte, querido amigo. Va camino a la más apabullante inmortalidad.

De pie para los aplausos.

Beso grande.
"En el haz áureo de tu faro están mis pasos
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."

El faro, Ramón Carballal
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Marius Gabureanu
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Mensaje por Marius Gabureanu »

Esteban, me ha gustado mucho el poema. Su estrella, lo que le hace brillar es la mímica sorprendida, gestos que hablan. Solo tres elementos sufren de inercia: los perros,

Se sufre hasta en domingo
cuando descansan y meditan los perros.


los arboles,

Duermen el sueño de los justos que dura una eternidad a medias
(casi entera).

y el agente

Se detiene
y olisquea el aire que huele a quemado desde hace unos años.


Es por eso que tus poemas me gustan, porque a una atenta lectura uno descubre
conexiones de las que se aprende sobre la vida.

Aprovecho para desearte Feliz Navidad. Abrazos.
E. R. Aristy
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Mensaje por E. R. Aristy »

Estado de guerra.

Esteban, nos recuerdas que hay millones de gente sufriendo horror en diferentes guerras.

Es un escrito que describe muy bien el patetismo de la guerra. Conmueve y nos desinfla. Me recuerda una cita anonima "as long as there is another man enslaved, I won't be free" .

Un fuerte abrazo, ERA
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Pablo Ibáñez
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Mensaje por Pablo Ibáñez »

Esteban,

decía una canción del gran Morrisey: "todos los días son como domingos; todos los días son grises y silenciosos". Debajo de la calma de los barrios hay una tristeza que oprime, que ahoga, que cansa. La navidad incrementa esa sensación en algunas personas y en otras les alivia.
Me gusta mucho como discurre el texto, entre la reflexión melancólico/mordaz, la columna periodística y la descripción costumbrista.

Feliz Navidad, amigo. Intentemos disfrutar.

Un abrazo.
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Luna de Nos
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Registrado: Vie, 18 Ene 2008 2:00

Re: gris como el expreso de la navidad

Mensaje por Luna de Nos »

Esteban Granado escribió:En las rebajas, entre los mostradores, el sufrimiento adquiere una monotonía gris,
es una sudadera gris barata y gris como una nube ahijada de tormenta, rizada de tormenta,
un nubarrón tormentoso y ajeno, volante y volador, en vuelo hacia la guerra de debajo.
El sufrimiento grita un poco para cubrir el expediente. Se sufre hasta en domingo
cuando descansan y meditan los perros. El sufrimiento del domingo es un tanto así de gris,
definitivamente no sabe de colores (ahora es neutro). Los niños son los más entendidos:
aunque no lo parezca, nadie conoce el sufrimiento en su dimensión patética
mejor que un niño en una tarde de domingo.

Suave es el aire. Ni padece. El aire no experimenta un dolor, ni la ingratitud.
Es surcado, respirado, expirado. El aire expira en contacto con el cielo (dicen que sí),
aspira a la potencia de uno, hace guantes con el viento si es del norte. La niña sopla
e hincha un globo de color beis que es un color bien raro para un globo,
que luego se hace pasar por un juguete siendo un artefacto adulto y demasiado viejo (y qué).
Las estelas, los aviones. El aeropuerto juega con las naves. Muy arriba
ya no hay (aire), puede haber un gas nervioso que se eleva por su propio peso
y va volviéndose también y nuevamente gris.

Los árboles caminan sin mover un músculo: es su travesura a campo abierto.
Están tan aburridos que lanzan flechas de goma por las ramas. La hierba es su frontera,
el agua, su alimento. Duermen el sueño de los justos que dura una eternidad a medias
(casi entera). Despiertan cada noche a la hora del vermut, que es una hora magnífica
para adosarse al prado y convencer a la lluvia. De madrugada significan más
y alguna otra cosa más importante. Será por la sonrisa de la sombra.

Los coches han volado. Los conductores naufragan inseguros. Tenemos carreteras
interminables, una sola carretera global que serpentea como un virus de encargo.
Las rayas discontinuas continúan a mayor gloria del motor gigante que no para,
que no para y discurre, traquetea como el tren del dinero, como el expreso de la navidad.
Un coche burla la vigilancia de los escarabajos de suerte que atropella a unos cuantos.
Ah, pero los escarabajos no vigilan a nadie. Hay un policía de tráfico que no se los come,
todavía. El agente actúa en representación del estado de las cosas, que es un estado
muy poco sólido para estar de pie tanto tiempo. Detiene y se detiene. Se detiene
y olisquea el aire que huele a quemado desde hace unos años. Detiene a una pareja
que ha cometido el crimen de quererse después del toque de queda.

Todo el mundo efectúa sus trámites. Incluso las hormigas tramitan su permiso de plaga
en cierto juzgado de los suburbios. Las chicas presentan sus instancias en el ministerio
y llevan el pelo como quieren. Nadie sabe por qué presentan sus instancias
si ya llevan el pelo como quieren. Unos que interceden y otros que suplican. La sociedad
es una máquina sumamente ruidosa a la que le huele el aliento. La sociedad viste mal,
combina los colores con escasa elegancia y a veces lleva calcetines blancos.
Bullen las oficinas, se hacen a la mar. El capitán de navío bombardea una patera.
El funcionario registra los óbitos y tira por la borda un flotador oscuro que recuerda
a una corona funeraria.

La vida cansa. Cansa a su manera. Al parecer, es una vida gris. Se trata de una vida así de gris.


El gris es un color neutro, sin embargo para nada neutro es lo que en tu poema representa o describe o señaliza, debería decir me encantó. Saludos Esteban, Luna.-
De hecho todos, ningùn poema se concluye ni comprende del todo.
José Chapa

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Esteban Granado
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Re: gris como el expreso de la navidad

Mensaje por Esteban Granado »

Gracias, querida amiga Hallie. Desde luego el poema no merece ese pormenorizado comentario que le dedicas. No obstante, te agradezco enormemente el esfuerzo, el tiempo y el cariño. Muchos besos y Feliz Navidad Imagen

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Muy aguda observación, amigo Marius. Felices Fiestas también para ti. Un abrazo.

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Pues tampoco había pensado expresamente en un estado de guerra, amiga ERA, pero ahora que lo dices... Felices Fiestas, gracias por el comentario y un abrazo.

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Amigo Pablo: está bien la letra de esa canción de Morrisey, como yo, un gran optimista Imagen Celebro que te haya gustado este poema que tan bien defines. Un fuerte abrazo y Felices Fiestas.

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Gracias, Luna. Desafortunadamente, he tenido pocas oportunidades de charlar contigo, pero siempre he admirado tu poesía visual. Un fuerte abrazo y Feliz Navidad.

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Felices Fiestas para todos los compañeros del foro. Abrazos.

Esteban
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Josefa A. Sánchez
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Mensaje por Josefa A. Sánchez »

Felices Fiestas. Más fiestas despues de esta borrachera de poesía. Un lujo.
Un abrazo.
Pepa
Prefiero ser verbal
y no adjetiva.
Perfecta ¿para qué?
si no es amandote.
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Esteban Granado
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Mensaje por Esteban Granado »

Muchas gracias por la deferencia, Pepa. Un abrazo y Felices Fiestas.

Esteban
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