ESPERO…

[Juan Marcos]

Alguien me dijo cierta vez:
“Procura siempre en el camino
avanzar por el mejor paso.
Si no puedes evitar obstáculos y escollos
cuando el trayecto sea del todo malo,
anda despacio, midiendo cada huella,
así tendrás la seguridad de indemne llegar a tu destino.”

Por espíritu de contradicción y rebeldía,
caso omiso he hecho del consejo.
Prudencia y cobardía se igualaron en mi vocabulario,
aun cuando Cervantes me advirtiera
que temeridad es más sinónimo de estupidez
que de valentía.

“En la mesa de la vida
sal y pimienta son las complicaciones
para eludir el insípido sabor de la rutina”,
con el cincel y el martillo de la adolescencia
profundamente inscribí la sentencia en el blasón de la voluntad
y avancé con rigor hacia el pantano de la contrariedad.

Una y otra vez he golpeado con puños y coraje
el indiferente muro de la realidad.
Una y otra vez he dado con la determinación hecha añicos
en el hospicio de la frustración,
con la herida del dolor por los cuatro costados de la existencia,
con la angustia hecha un océano de lágrimas y nudos en el alma.

¿Vale la pena ponerse de pie?
Una y mil veces ha quedado la pregunta en el silencio,
mientras las finalidades me acosan con certezas de la sinrazón,
de la insensatez de oponer resistencia
a la fuerza de lo inevitable.

¿Quién soy yo, tan pequeño,
tan insignificante, para pretenderme gigante,
para arropar mi insuficiencia con las galas de la arrogancia?

Caigo, sí, y me arrastro entre el lodo de la podredumbre.
Adorno el altar del egoísmo
con los oropeles de la vanidad y me encierro en mí.
El mundo deja de tener importancia
y lanzo la moneda de mi vida al aire
para dar lugar a las elecciones de la incertidumbre.

Emergen las tentaciones con el rostro amable de la piedad
y me enamoro.

Del amor me enamoro y cuerpo le doy
en la forma de un anhelo de eternidad
que encarna en los delicados frutos de los senos,
de la miel de los labios,
de la profundidad abismal en los espejos de la correspondencia,
de la humedad que atesoro como avaro perverso
en las noches en que sueño e insomnio me cobijan
en los brazos de la deidad que adoro.
Y la vida fluye portentosa de las profundidades del desconsuelo.

¿Esto es el amor...?

En el vacío de una incurable soledad
la respuesta es silencio,
incógnita insoluble en las ecuaciones del futuro
y espero…

[Luis M]

Un poema inmenso, tanto en su contenido, como en su belleza. Mi sincera felicitación, Juan. Saludos cordiales Poeta.

[Paola Portillo]

Un poema exquisito. Disfrute cada letra. Enhorabuena.

[Juan Marcos]

Un poema inmenso, tanto en su contenido, como en su belleza. Mi sincera felicitación, Juan. Saludos cordiales Poeta.

Gracias, LUIS MARIÑO, por irrumpir en el silencio en este espacio de lectura e interactividad, dejando una huella profunda de la generosidad de tu corazón...

Te abrazo con afecto...

Juan Marcos

[Juan Marcos]

Un poema exquisito. Disfrute cada letra. Enhorabuena.

Diciembre encierra en los timbales de su algarabía la caja de regalos de la nostalgia y la melancolía, envuelta con la cinta de la buena voluntad y adornada con el moño de la esperanza... Fruto es el poema de todo ello...

Dicen que la belleza está en los ojos que miran... está en ti lo que en este poema encuentras... y expresarlo, compartirlo, nos hermana en sentimientos que, de otra manera, quizá morirían en la inanición de miradas hambrientas...

Te abrazo con afecto...

Juan Marcos

[Blanca N. García González]

JUAN MARCOS:

Un poema para leerse despacito y entre
pausas meditarlo:


Alguien me dijo cierta vez:
“Procura siempre en el camino
avanzar por el mejor paso.
Si no puedes evitar obstáculos y escollos
cuando el trayecto sea del todo malo,
anda despacio, midiendo cada huella,
así tendrás la seguridad de llegar indemne a tu destino.”

Una gran verdad, caminar aprisa nos puede llevar
a perder la pisada.

Por espíritu de contradicción y rebeldía,
caso omiso he hecho del consejo.
Prudencia y cobardía se igualaron en mi vocabulario,
aun cuando Cervantes me advirtiera
que temeridad es más sinónimo de estupidez
que de valentía.

Suele suceder, muchos ignoramos los consejos
porque no nos gusta obedecer sino probar y
experimentar por nuestra cuenta aunque luego
nos demos topes en la cabeza.

“En la mesa de la vida
sal y pimienta son las complicaciones
para eludir el insípido sabor de la rutina”,
con el cincel y el martillo de la adolescencia
profundamente inscribí la sentencia en el blasón de la voluntad
y avancé con rigor hacia el pantano de la contradicción.

Si hubiera un sinónimo nuevo de adolescencia
ese sería contradicción sin duda.

Una y otra vez he golpeado con puños y coraje
el indiferente muro de la realidad.
Una y otra vez he dado con la determinación hecha añicos
en el hospicio de la frustración,
con la herida del dolor por los cuatro costados de la existencia,
con la angustia hecha una garganta de lágrimas y nudos en el alma.

Duele esta realidad al grado de llorar anudando el alma...

¿Vale la pena ponerse de pie?
Una y mil veces ha quedado la pregunta en el silencio,
mientras las finalidades me acosan con certezas de la sinrazón,
de la insensatez de oponer resistencia
a la fuerza de lo inevitable.

Siempre debe valer la pena seguir,
siempre debe prevalecer ese anhelo de continuar
y no decaer...

¿Quién soy yo, tan pequeño,
tan insignificante, para pretenderme gigante,
para arropar mi insuficiencia con las galas de la arrogancia?

Caigo, sí, y me arrastro entre el lodo de la podredumbre.
Adorno el altar del egoísmo
con los oropeles de la vanidad y me encierro en mí.
El mundo deja de tener importancia
y lanzo la moneda de mi vida al aire
para dar lugar a las elecciones de la incertidumbre.

Emergen las tentaciones con el rostro amable de la piedad
y me enamoro.

A veces los pequeños son gigantes de corazón
y pensamiento, son mas valientes sin importar
las caídas, luego de ahí surge la paz.

Del amor me enamoro y cuerpo le doy
en la forma de un anhelo de eternidad
que encarna en los delicados frutos de los senos,
de la miel de los labios,
de la profundidad en los espejos de la correspondencia,
de la humedad que atesoro como avaro perverso
en las noches en que sueño e insomnio me cobijan
en los brazos de la deidad que adoro.
Y la vida fluye portentosa de las profundidades del desconsuelo.

¿Esto es el amor?, pregunto.
En el vacío de una incurable soledad
la respuesta es silencio,
incógnita insoluble en las ecuaciones del futuro
y espero…

Vale la pena ponerse de pie entonces
y esperar la visión del amor a cuestas,
a veces está presente y es invisible
a los ojos del corazón y del alma.


............................


Le dejo mis saludos cordiales, ha sido un placer visitar
su obra, le felicito.

[Juan Marcos]

JUAN MARCOS:

Un poema para leerse despacito y entre
pausas meditarlo:


Alguien me dijo cierta vez:
“Procura siempre en el camino
avanzar por el mejor paso.
Si no puedes evitar obstáculos y escollos
cuando el trayecto sea del todo malo,
anda despacio, midiendo cada huella,
así tendrás la seguridad de llegar indemne a tu destino.”

Una gran verdad, caminar aprisa nos puede llevar
a perder la pisada.

Por espíritu de contradicción y rebeldía,
caso omiso he hecho del consejo.
Prudencia y cobardía se igualaron en mi vocabulario,
aun cuando Cervantes me advirtiera
que temeridad es más sinónimo de estupidez
que de valentía.

Suele suceder, muchos ignoramos los consejos
porque no nos gusta obedecer sino probar y
experimentar por nuestra cuenta aunque luego
nos demos topes en la cabeza.

“En la mesa de la vida
sal y pimienta son las complicaciones
para eludir el insípido sabor de la rutina”,
con el cincel y el martillo de la adolescencia
profundamente inscribí la sentencia en el blasón de la voluntad
y avancé con rigor hacia el pantano de la contradicción.

Si hubiera un sinónimo nuevo de adolescencia
ese sería contradicción sin duda.

Una y otra vez he golpeado con puños y coraje
el indiferente muro de la realidad.
Una y otra vez he dado con la determinación hecha añicos
en el hospicio de la frustración,
con la herida del dolor por los cuatro costados de la existencia,
con la angustia hecha una garganta de lágrimas y nudos en el alma.

Duele esta realidad al grado de llorar anudando el alma...

¿Vale la pena ponerse de pie?
Una y mil veces ha quedado la pregunta en el silencio,
mientras las finalidades me acosan con certezas de la sinrazón,
de la insensatez de oponer resistencia
a la fuerza de lo inevitable.

Siempre debe valer la pena seguir,
siempre debe prevalecer ese anhelo de continuar
y no decaer...

¿Quién soy yo, tan pequeño,
tan insignificante, para pretenderme gigante,
para arropar mi insuficiencia con las galas de la arrogancia?

Caigo, sí, y me arrastro entre el lodo de la podredumbre.
Adorno el altar del egoísmo
con los oropeles de la vanidad y me encierro en mí.
El mundo deja de tener importancia
y lanzo la moneda de mi vida al aire
para dar lugar a las elecciones de la incertidumbre.

Emergen las tentaciones con el rostro amable de la piedad
y me enamoro.

A veces los pequeños son gigantes de corazón
y pensamiento, son mas valientes sin importar
las caídas, luego de ahí surge la paz.

Del amor me enamoro y cuerpo le doy
en la forma de un anhelo de eternidad
que encarna en los delicados frutos de los senos,
de la miel de los labios,
de la profundidad en los espejos de la correspondencia,
de la humedad que atesoro como avaro perverso
en las noches en que sueño e insomnio me cobijan
en los brazos de la deidad que adoro.
Y la vida fluye portentosa de las profundidades del desconsuelo.

¿Esto es el amor?, pregunto.
En el vacío de una incurable soledad
la respuesta es silencio,
incógnita insoluble en las ecuaciones del futuro
y espero…

Vale la pena ponerse de pie entonces
y esperar la visión del amor a cuestas,
a veces está presente y es invisible
a los ojos del corazón y del alma.


............................


Le dejo mis saludos cordiales, ha sido un placer visitar
su obra, le felicito.

La vida es Madre, Maestra y Compañía, no sólo Muerte, Soledad y Silencio... En la adolescencia y la juventud en abundancia la tenemos y nos embriagamos de su plenitud con tanto futuro entre las manos... e insatisfechos perennes la prodigamos a diestra y siniestra con el anhelo de un instante de eternidad... de un presente imbricado en sí mismo en el que la perfección es visión y promesa... No cabemos en un mundo que nos resulta pequeño y opresivo en extremo y nos abocamos a ensanchar los límites de la posibilidad más allá de los verdes prados de la probabilidad... Nos sentimos capaces de volar y volamos... sólo para caer pesadamente, con todo nuestro ser, con nuestra ilimitada ignorancia, en el fango de la frustración... A golpes, lentamente labramos un poco de sabiduría que da forma en nuestro ser a la fatalidad, a una cierta conformidad que nos capacita para sobrevivir... Luego llega el amor con sus alas etéreas y la savia vital de la juventud recorre nuestro cuerpo nuevamente, para elevarnos a alturas insospechadas, donde la eternidad y la perfección adquieren formas nuevas y nosotros mismos nos sentimos henchidos de una fuerza capaz de romper las murallas de la realidad... para dar de hocico en la tierra, más heridos, más dolidos, más cansados, en un ciclo que parece más una broma macabra del destino que el bálsamo de nuestra adolorida humanidad... Aprendemos a vivir en el dolor, en la certeza mínima y en la infinita incertidumbre...

Gracias, estimada Blanca N. García González, por estar, por dejar la huella de tu paso generoso en mis reflexiones existenciales...

Te abrazo con afecto...

Juan Marcos

[Hallie Hernández Alfaro]

He decidido ponerme al día en tus magníficos trabajos, Juan Marcos. Este es el segundo manojo de versos poderosos que procedo a inspirar para gozo de mi espíritu.

Hay aqui una saga que devanea con la vulnerable carta de la entrega; los escudos son derribados, el ángel toma los pedazos esparcidos sobre la tierra y el hombre hace caso al corazón infiltrado, al paso tambaleante, a a la isla inacabable.

Aplausos y felicitaciones para tus buenas letras,

Hallie

[Guillermo Cumar.]

Un lección de valentía dando al verso la emoción de confesar lo bueno
del deseo y lo real del fallo humano en lo que se convierte.

Mi aplauso y felicitación.

Y un abrazo

[Quinteño de Greda]

Si me gusta pasar tanto por tus obras como por tu comentarios, es para aprender, y mucho....
La primera glosa, muy acertada, y ésta que te dejo, la que más para mí.
Un abrazo.



“En la mesa de la vida
sal y pimienta son las complicaciones
para eludir el insípido sabor de la rutina”,
con el cincel y el martillo de la adolescencia
profundamente inscribí la sentencia en el blasón de la voluntad
y avancé con rigor hacia el pantano de la contrariedad.

[Juan Marcos]

He decidido ponerme al día en tus magníficos trabajos, Juan Marcos. Este es el segundo manojo de versos poderosos que procedo a inspirar para gozo de mi espíritu.

Hay aqui una saga que devanea con la vulnerable carta de la entrega; los escudos son derribados, el ángel toma los pedazos esparcidos sobre la tierra y el hombre hace caso al corazón infiltrado, al paso tambaleante, a a la isla inacabable.

Aplausos y felicitaciones para tus buenas letras,

Hallie

Abundancia de originalidad
tapiza los verdes prados de la esencia.

Alas al aire,
@laire se agita en el vuelo
de una entrañable inspiración de alas...

Etéreas y sublimes,
como el velo translúcido y pequeño
de la arrobada impaciencia nupcial de la termita
a la tornasolada luz que la aniquila...

Dinámicas,
ligeras y veloces,
como el blanco grisaseo de saeta
del albatros de océanos infinitos...

Solemnes,
majestuosas,
como el magno crepúsculo del cóndor
que sustenta las andinas columnas de los cielos...

Sombra apenas,
como estas,
de oscuridad y de silencio,
que instala la sorpresa de la muerte
en las garras noctívagas del búho...

Todas posibles,
necesarias,
criaturas que engendrando nos engendran.

Con afecto te abrazo...

Juan Marcos

[Hallie Hernández Alfaro]

Juan Marcos, enormes tus palabras de poesía , vida, tránsito y humanidad brillante.

Salud y gracias por esta respuesta a mi comentario.


Hallie

[Roberto López]

[quote="Juan Marcos"]

Amigo Juan, la contrariedad, la frustración, el desafío a la prudencia, son signos de la vida, que sigue caminos de escollos y peñascales de incertidumbres. No hay sendero llano. Hay que caer y levantarse. Y así hasta el final de este breve paso que es la vida. Un saludo afectuoso.

[Juan Marcos]

Un lección de valentía dando al verso la emoción de confesar lo bueno
del deseo y lo real del fallo humano en lo que se convierte.

Mi aplauso y felicitación.

Y un abrazo

Tienes razón, estimado Guillermo Cuesta. La vida es una lección de valentía, casi siempre mal entendida y peor aprehendida. O, mejor, casi nunca escuchada ni atendida... La vemos pasarnos por encima, arrollándonos con la poderosa fuerza de su inercia, arrastrándonos como despojos del desbordamiento y la inundación tsunámica que lame la tierra con la potencia plutónica de las profundidades marinas, dando tumbos a diestra y siniestra y chocando con el resto de los desechos arrastrados, para terminar en el abismo oscuro de la oceánica inconsciencia del remanso... Si algo queda de nosotros será porque algo aprendimos...

La huella generosa de tu paso agradezco con mi abrazo afectuoso....

Juan Marcos

[Gerardo Mont]

De gran belleza y sabiduría cada trazo. La poesía y el verbo se conjugan para armar una profunda realidad con gran riqueza poética. En poemas como este el ser se desnuda y es...en sentido amplio, es. Mis abrazos de amigo.