Pan duro. (Orígenes I)
Moderador: Webmaster
Pan duro. (Orígenes I)
Dedicado a dos indigentes que conocí en Sevilla, hace ya muchas lunas. Él había sido panadero. Ella siempre fue de pasta fina (y hambruna por oficio conocido).
En un incierto lugar
del país de los remiendos,
dos erráticas destrezas, dos migajas de pan duro,
supervivientes sin tiempo,
mitigan sus inclemencias
rescatando los presagios que parecían sin dueño.
Son panes aminorados de panadero menor
y pasta fina de hambruna, en el horno del invierno.
Se conocieron ajados en el rincón de un suspiro,
un vapor de ambulatorio, seguramente deshielo,
y con el paso al revés
de cuanto habían supuesto.
Ahora sangre del río,
ahora dos recovecos,
ahora son la vereda
del frío conocimiento.
Su morada es una alfombra de periódicos que abundan
en agravios del carácter y en lo grave del suceso.
No me queda más aliño
que la camisa que llevo,
era de blanco azucena, tibio de rosa apurada,
con listas de rojo y negro;
negro de azar ignorado,
rojo que hierve en la sangre, sangre que grita al silencio.
Así le hablaba la hembra, cabello de plata ahíta,
al macho de pelo simple, escaso y amarillento.
Dama del Guadalquivir, el grito de tu inocencia
retumba en la orilla noble de la pobreza del viento.
Me venció la vertical al paso de mis andanzas,
la fuerza gravitatoria del sino que da en el suelo.
Soy vigía de la luna en las cavernas más lúgubres
de un monte de sentimientos.
Al principio fui cincel de un ingrato cartón piedra,
martillo del pendenciero,
sonámbulo porvenir, tedio de leve carisma,
la materia que seduce los sustratos de un salero
que nació para sentir lo que sienten los gañanes,
perdido todo resuello,
perdida la magnitud de los actos infantiles
cuando el adulto es incierto.
Yo también he sido anciana, ahora niña y deslices,
solo gratitud en celo
con una pequeña dote que son dos manos calientes
para amasar el consuelo.
He llegado de la harina que se fugó de algún saco
cuando cargaban el miedo.
Somos dos niños sin casa,
una pubertad sin tiempo,
simpatía de la estirpe
que tiene un fin panadero.
Mas no somos el perfil de la vocación que amasa
el azúcar del ocaso, pero quizá mal ejemplo.
Y tú, una rebelión de lo juguetes ancianos
y tal vez solo por eso
o por tu mirada larga,
la cuestión es que te quiero.
Ven aquí labio del norte, sobre la vida en la hierba,
habrás de contarme cuentos,
historias de rebeldías, personajes, siempre niños
que terminan entre besos.
Pues sintamos junto al río el horno de las leyendas,
porque yo también te quiero
en la dureza del pan
que tu boca ha de sentir como la miga del cielo.
En un incierto lugar
del país de los remiendos,
dos erráticas destrezas, dos migajas de pan duro,
supervivientes sin tiempo,
mitigan sus inclemencias
rescatando los presagios que parecían sin dueño.
Son panes aminorados de panadero menor
y pasta fina de hambruna, en el horno del invierno.
Se conocieron ajados en el rincón de un suspiro,
un vapor de ambulatorio, seguramente deshielo,
y con el paso al revés
de cuanto habían supuesto.
Ahora sangre del río,
ahora dos recovecos,
ahora son la vereda
del frío conocimiento.
Su morada es una alfombra de periódicos que abundan
en agravios del carácter y en lo grave del suceso.
No me queda más aliño
que la camisa que llevo,
era de blanco azucena, tibio de rosa apurada,
con listas de rojo y negro;
negro de azar ignorado,
rojo que hierve en la sangre, sangre que grita al silencio.
Así le hablaba la hembra, cabello de plata ahíta,
al macho de pelo simple, escaso y amarillento.
Dama del Guadalquivir, el grito de tu inocencia
retumba en la orilla noble de la pobreza del viento.
Me venció la vertical al paso de mis andanzas,
la fuerza gravitatoria del sino que da en el suelo.
Soy vigía de la luna en las cavernas más lúgubres
de un monte de sentimientos.
Al principio fui cincel de un ingrato cartón piedra,
martillo del pendenciero,
sonámbulo porvenir, tedio de leve carisma,
la materia que seduce los sustratos de un salero
que nació para sentir lo que sienten los gañanes,
perdido todo resuello,
perdida la magnitud de los actos infantiles
cuando el adulto es incierto.
Yo también he sido anciana, ahora niña y deslices,
solo gratitud en celo
con una pequeña dote que son dos manos calientes
para amasar el consuelo.
He llegado de la harina que se fugó de algún saco
cuando cargaban el miedo.
Somos dos niños sin casa,
una pubertad sin tiempo,
simpatía de la estirpe
que tiene un fin panadero.
Mas no somos el perfil de la vocación que amasa
el azúcar del ocaso, pero quizá mal ejemplo.
Y tú, una rebelión de lo juguetes ancianos
y tal vez solo por eso
o por tu mirada larga,
la cuestión es que te quiero.
Ven aquí labio del norte, sobre la vida en la hierba,
habrás de contarme cuentos,
historias de rebeldías, personajes, siempre niños
que terminan entre besos.
Pues sintamos junto al río el horno de las leyendas,
porque yo también te quiero
en la dureza del pan
que tu boca ha de sentir como la miga del cielo.
Última edición por Rafel Calle el Sab, 27 Ago 2011 7:58, editado 1 vez en total
Detrás de cada indigente hay una historia. Detrás de cada pareja de indigentes
más historias. Todas ellas contempladas desde el prisma ajeno parecen más sencillas. Contempladas más de cerca se arraigan en la esperanza entre un trozo de pan y un poco de vino. Y la mano abierta por si acoso.
Tú abriste la caja de sus migas y escribiste un buen poema.
Un abrazo
Guillermo
más historias. Todas ellas contempladas desde el prisma ajeno parecen más sencillas. Contempladas más de cerca se arraigan en la esperanza entre un trozo de pan y un poco de vino. Y la mano abierta por si acoso.
Tú abriste la caja de sus migas y escribiste un buen poema.
Un abrazo
Guillermo
Cuanto más alto subes
más dura es la caída.
más dura es la caída.
- Mensajes: 14139
- Registrado: Sab, 25 Jun 2011 17:21
- Ubicación: Madrid
re: Pan duro
Me encanta y me emociona. Poema exquisito que he degustado en cada verso. Has escrito un buen poema.
Abrazos
Pilar
Abrazos
Pilar
- Mensajes: 26138
- Registrado: Mié, 09 Abr 2008 10:21
re: Pan duro
Un tema que no deja a nadie indiferente, Rafael. Un poema extenso en el que hay muchas imágenes pero en el que yo resalto dos versos finales con una fuerte carga semántica, muy sencillos pero no por ello menos bellos:
"Porque yo también te quiero / en la dureza del pan /...
Un placer compartir este amar la poesía.
"Porque yo también te quiero / en la dureza del pan /...
Un placer compartir este amar la poesía.
- Mensajes: 40
- Registrado: Mié, 10 Ago 2011 12:25
re: Pan duro
Qué decir...que me ha emocionado leer la historia; que me descubro ante vos por la soberbia poesía, y que sigo aprendiendo, gracias.
Las circunstancias de la vida que nos dejan solos, a veces, dramáticamente solos, quizá el atajo para seguir sean los recuerdos, ese volver a la niñez a lo que se fue, tú lo has contado de una forma entrañable, Rafael, como el pan del día, aunque a ellos les llegue ya duro, un pasisaje herido el desamparo. Somos materia del devenir.
Leerte siempre es un placer, un abrazo.
Leerte siempre es un placer, un abrazo.
Última edición por Isabel Moncayo el Dom, 28 Ago 2011 13:34, editado 1 vez en total
Palabra:
Ya está callada la Luna y quieta sobre el lago, clara en todos los caminos. Tú, eres el verso, amado mío, yo, sólo palabra.
Ya está callada la Luna y quieta sobre el lago, clara en todos los caminos. Tú, eres el verso, amado mío, yo, sólo palabra.
- Mensajes: 145
- Registrado: Mié, 21 Abr 2010 16:15
re: Pan duro
Seré corto con esta obra. Casi seguro ganaría el premio Blanca Sandino, porque tiene todas la virtudes que debemos apreciar en un buen poema: cuidada estructura técnica, y que además no resulta demasiado evidente, con esas rimas suaves que hace fluir al poema sin las molestas estridencias que hacen otras rimas más "machaconas"; y lo más importante, esa fuerza póetica entrañable con que se trata un tema tan peliagudo como es el de la indigencia.
Felicidades por tan formidable expresión de madurez poética.
Un abrazo.
Felicidades por tan formidable expresión de madurez poética.
Un abrazo.
Última edición por J. J. Martínez Ferreiro el Dom, 28 Ago 2011 7:32, editado 1 vez en total
"Yo es otro" (Arthur Rimbaud)
- Mensajes: 278
- Registrado: Mar, 20 Nov 2007 7:53
re: Pan duro
Hola Rafel.
Pues sí que te dejaron huella, amigo mío.
Un hermoso y musical romance aliñado con tu buen hacer habitual. Me ha encantado. Un placer leerte. Abrazos.
Mario.
Pues sí que te dejaron huella, amigo mío.
Un hermoso y musical romance aliñado con tu buen hacer habitual. Me ha encantado. Un placer leerte. Abrazos.
Mario.
"La poesía es una límpida gota de emoción sobre la sucia e insensible cara del mundo"
- Mensajes: 7693
- Registrado: Sab, 20 Sep 2008 18:59
Muchas gracias, amiga Cecilia, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Siempre he sentido algo especial hacia los indigentes, en realidad me gustaría que no lo fueran.
Por cierto, no me llames de usted, porfa, ahora ya tengo demasiados años para eso, jajaja.
Un cordial abrazo.
Siempre he sentido algo especial hacia los indigentes, en realidad me gustaría que no lo fueran.
Por cierto, no me llames de usted, porfa, ahora ya tengo demasiados años para eso, jajaja.
Un cordial abrazo.
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