Editorial Alaire

José Manuel F. Febles escribió:"Óscar Distéfano" Mis felicitaciones a este merecido homenaje. El poema trasunta humanismo y belleza poética a raudales. Un obra de altura, necesaria que, en su momento, ya he aplaudido con emoción.

Un gran abrazo, querido amigo.
Óscar

Leer tus hermosas palabras, querido amigo Óscar, es sentirse uno más que recompensado. Me siento orgulloso de saberme incluido en tus sabios y honrados comentarios en este Foro, al menos en cuanto a mis versos se refiere. Desde México, recibe mi más caluroso abrazo de sincera amistad. Mi agradecimiento ilimitado.

José Manuel F. Febles

José Manuel F. Febles escribió: MEDITACIÓN TARDÍA



Estoy solo, como cualquier tarde,
y nunca se me olvida que estar sin nadie
puede llegar a ser una manera de sentir la vida por su nombre,
oculto a su sombra, rumbo al anochecer,
acercándome al mar para sentirme libre dentro de mí,
lo más hondo.

Estoy sentado frente a la eternidad de mi presente donde ahonda el recuerdo
de un pasado, igualmente eterno, volando siempre entre las manos como blancas
gaviotas que anidan en mi otoño. El camino descubre nostalgias aceptando sus años
cuando el alma se hace aire en cada mañana, en cada historia, y el amor cae como
una flor en el huerto que la envuelve para entender su muerte.

Todo existió en su mayor belleza, en medio de la lluvia y de la bruma,
mas debes preguntarte a qué sombra te acogiste para deshacer el reino de una vida.
Has detenido mi tarde, como cualquier tarde, un otoño amarillo que tuvo vientos de luz,
deshabitando la esperanza, despeinando palabras de tu propia memoria.

Tu mano fue generosamente amarga, la extendiste para dar limosnas, para rozar por un
instante, el dorado espacio de un amanecer hirientemente inventado por ti, como un naufragio dormido.

Con la fuerza de la costumbre contemplaste desatenta el resplandor de cada momento, en la última hora de mi ocaso.

Ahora sé que los años pasaron solitarios, el uno tras del otro, hasta la historia que llegamos a ser: una tarde cualquiera.

Yo viví mis sueños con la claridad que ofrece la luz de toda una vida, hacia una mar remota de agua cristalina, de agua descansada y suave.

Tú, como una niebla desolada, estéril de confianza, con noches sin miradas, hundiendo el corazón en el olvido.