Placer

[LEMOINE Y BOSSHARDT Jorge]

Amémonos pequeños míos, disfrutando de nuestras bocas que derraman arropía
lamiendo, en sedienta agonía, los brillosos filamentos
y nos interesen un as las murmuraciones de los hipócritas de turno
que pretenden reprimir nuestros deseos con el fantasma de una dudosa muerte.

Apasionémonos amados míos y conjuguemos todos, estos jugos seminales
en uno y único maravilloso líquido que abarque los enardecidos cuerpos.

Cojamos pequeños míos, besando nuestros culos y colmando esa concha de otros cien besos,
que se abre, roja camelia de fosforescentes estrías, a la sequedad de las gargantas
y nos importe un carajo la imbecilidad que nos rodea.

Garchemos amados míos y que nuestras tiesas y bamboleantes pijas sean los mástiles de briosas naves
prontas a hender en un ponto de convulsa batalla
mientras escupimos sobre los idiotas que procuran acallar los jadeos.

Dejemos pequeños míos que los torsos se doblen de placer y los gemidos se conviertan
en gritos de anhelantes orgasmos
acallando las proclamas que incitan a futuras generaciones a consumir el deseo en la fidelidad.

Vivamos amados míos el frenesí del goce y del dolor
puncemos el espíritu y libremos aquel que está adentro
reventando al boludo mofletudo del arco y la flecha.

Revolquémonos pequeños míos en un mar de secreciones, mierda y semen
riéndonos de las maldiciones que están dispuestas contra nosotros.

Condenémonos a una lujuriosa noche, si es necesario, amados míos
levantando como bandera cuerpos sangrantes
culos, tetas, pijas, brazos, piernas, troncos
y enarbolemos para siempre el reino del PLACER
ese que nos fue negado con engaños, mentiras y perfidias.

Acostemos el cuerpo, amados, sobre la hierba húmeda y que los poros respiren
el privilegio de sentir
lúbrica potencia en celo
para que cabalguen muslos de hembras y machos.

Olvidemos compañeros la inútil conciencia
las repulsivas representaciones del amor
e impulsemos las vértebras a explorar calientes y excitantes lúmenes.

Busquemos amados míos, cálidos sitios donde armonizar la avidez que provoca la orgía
mientras observamos la rítmica danza de los cuerpos en constante movimiento.

Traguemos pequeños míos, toda la dorada lluvia de orín y excrementos que los vientres puedan contener
sintiendo el embriagante aroma que nos electriza
logrando el más sublime de los éxtasis.

Perdámonos amados míos, entre las tersas pieles de las doncellas prontas a ser reventadas
cuando sus frágiles hímenes cedan a la presión de las poderosas vergas
bebiendo sus virginales pérdidas exaltemos el más recóndito de los apetitos.

[LEMOINE Y BOSSHARDT Jorge]

CARTA A MARIO MARTÍNEZ



Bueno Mario, después te contesto por turno, pero esto es una generalidad necesaria, nos dedicamos todos a lo mismo.

La mejor defensa es un buen ataque, pero yo no voy a atacar. Me voy a defender un poco.
Yo soy un poeta de Internet, o sea un aficionado. Internet es una fantasía. Un apagón y no quedó nada. Los poetas famosos no publican en foros, lógico, evidente, yo soy un aficionado. Pero hay cosas inexplicables e incomprensibles, impenetrablemente misteriosas. Así, por ejemplo, tengo dos premios de Suecia. El Jämför y el Hämtar de la Orden de Onsladen de la Administración Pública de Suecia. Poesía, 1996/97. ¿Más misterio? ¿Más misterio inexplicable? Lo hay mi querido Mario, lo hay. Por ejemplo, con mis versitos de Internet, estoy en la Enciclopedia Británica. Fijate. Comprobá. Poné en Google "Enciclopedia Británica". Da clic en Buscar. En Enciclopedia Británica-Wikipedia (en doscientos idiomas) da clic para que abra. De nuevo Buscar. En Buscar poné todos, todos, todos los poetas de Internet. No está ninguno. Ninguno. Ni uno solo. Y yo sí estoy. Yo sí. El único. El único, Mario. ¡Ahí están las celebridades mundiales! Y ojo, ni siquiera está Alberola, que es la poeta máxima del idioma. O sea que el misterio me sobrepasa. Demasiado para mí. Se supondrá que lo que escribo es de un valor inmenso, no sé de qué otra manera puedo estar ahí. Porque ahí no hay ninguno más. Ni uno. Comprobá. Fijate. Ponelos todos. De Internet no hay nadie, nadie. Ni uno, ni uno solo, ninguno, nadie, solamente yo. Soy el único poeta de Internet que está en la Enciclopedia Británica.

Pero vayamos a lo tuyo. No me fijé de qué país sos. Perdón, perdoname. En España había un escritor tan grande que directamente no cabía en España. Camilo José Cela. La izquierda siniestra (si cabe la redundancia) lo humilló todo lo que pudo. Pero la Asamblea del Nobel no. Se movieron frenéticamente las universidades norteamericanas, se movieron frenéticamente los Nobel de Literatura que estaban vivos, y la Academia Sueca le dio el Nobel. A esa gente, los Nobel vivos, a esa gente la Asamblea del Nobel sí que les hace caso. A nadie más.

El Cervantes es un premio insignificante al lado del Nobel, no existe, directamente no existe. Es más, se puede decir sin exagerar demasiado que el Nobel es el único premio que hay. Rafael Alberti era premio Cervantes, y el escritor más grande de España, Cela, no. Pero era Nobel. Te repito que la izquierda siniestra española lo humilló todo lo que pudo. Entonces Cela, ya desde muy alto, demasiado alto, demasiado grande, demasiado intocable, dijo que Alberti era un ganapán del Gobierno, puede ser que no haya mentido para nada. Un ganapán de la izquierda siniestra.

Pero bueno, yo soy un aficionado, un niñito se puede decir, lo que soy escribiendo. Un poeta de Internet. ¿Qué podés pretender? Menos que cero. Pero Cela no. Pero Cela no. Premio Nobel. Más no hay. Es lo máximo. Más no hay. Y Cela escribió la pornografía más escabrosa del mundo en el lenguaje más bajo y más grosero. Porque el poder depende del lenguaje. El lenguaje iguala a los hombres. El control del sexo y del lenguaje cumple una función social como soporte de las ideologías totalitarias. El verdadero arte tiene la particularidad de poner nerviosa a la gente. La única reacción que producen las malas palabras en los cerebros vacíos es asco. En Suecia en las escuelas primarias a las alumnas les dan anticonceptivos. En Estados Unidos está prohibido rezar en las escuelas. El Primer Mundo. Nosotros de todo eso no sabemos nada. La pornografía más escabrosa del mundo es Premio Nobel. Callar y aprender. La pornografía vuelve pacífica a la gente. Así que podés ver mis palotes, esta obra, estos versos, estas niñerías, estos infantilismos de escritor que recién empieza, de poeta mínimo, es decir de poeta de Internet, los podés ver, digo, a mis palotes de principiante, estos versitos, mis ejercicios pornográficos y de lenguaje de pichoncito, los podés ver, digo, comparar, leyendo el "Diccionario secreto" de Camilo José Cela, que más que Nobel no es, hay que repetir. Estaba aprendiendo a escribir. Los grandes autores no se callan nada. A tal fenómeno tal vocabulario. Y entonces sacá tus conclusiones.

Bueno, creo que es todo. Más o menos.
Saludos Mario. Gracias por escribir. Después te contesto por turno. Todo esto son generalidades para cualquiera, sí, para todos, curiosidades se puede decir didácticas, ojalá. Lecciones de literatura, el arte de nosotros, qué sé yo, digo.

[Javier Dicenzo]

Un poema donde el erotismo esta bien tratado y no llega a la exageracion.
un abrazo
javier

[Julio Gonzalez Alonso]

Jorge, exhuberante texto de resonancias literarias que me llevan al Marqués de Sade, tan mal leído como peor interpretado. No me extenderé en un comentario prolijo, lo dejaré en que me ha interesado, y mucho.
Salud.

[LEMOINE Y BOSSHARDT Jorge]

http://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Lemoine