Árboles sonoros

[Felipe Fuentes García]

Te aguardo, amor. El bosque está que bulle;
pueblan los ciervos el verdor del claro
y urgen las aves árboles sonoros
a un lado y otro del sendero en llamas.

No temas que tus pasos dejen huella
en el sigilo de la noche íntima,
que la entrada está oculta y sólo tú
sabes la voz de las sutiles llaves.

Ardo en la luz tras la floresta ungida,
allá donde el camino se abre mudo.
¡Mi corazón anhela que amanezcas!

¡Qué cosecha en los ojos, cuando llegues,
qué bullicio de brotes y palomas,
qué alud del blanco en la raíz del alma!

[E. R. Aristy]

Te aguardo, amor. El bosque está que bulle;
pueblan los ciervos el verdor del claro
y urgen las aves árboles sonoros
a un lado y otro del sendero en llamas.

No temas que tus pasos dejen huella
en el sigilo de la noche íntima,
que la entrada está oculta y sólo tú
sabes la voz de las sutiles llaves.

Ardo en la luz tras la floresta ungida,
allá donde el camino se abre mudo.
¡Mi corazón anhela que amanezcas!

¡Qué cosecha en los ojos, cuando llegues,
qué bullicio de brotes y palomas,
qué alud del blanco en la raíz del alma!

Oh! Felipe, cuan dulce es este pan de vida y de esperanza. La poesia es tuya, amigo.

[Ramón Castro Méndez]

Un delicioso poema, que respira alma por todos sus poros. Todo un placer de lectura.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Felipe.
Felicidades.
Abrazos.

[Felipe Fuentes García]

Oh! Felipe, cuan dulce es este pan de vida y de esperanza. La poesia es tuya, amigo.

Gracias, amiga, por tu generoso comentario.

Abrazos, compañera.
Felipe.