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[pedro arguedas ibáñez]

Ya ves preciosa. Cuántas veces habremos trascendido ese afable atributo de la empatía, para darle también carne, no para representar, no, para ser, Uno. Te amo, preciosa.

[Raúl Pozo Madrid]

El paisaje salía de tu voz
y las nubes dormían en la yema de tus dedos

Carlos Oquendo de Amat


No es despertar
cuando tu voz me alza desde el sueño
y vuelvo a mí soñada por tu voz.

Del viento que engendrado por la espada de oro me rizó los cabellos, llega el susurro: no comerás del fruto puesto que eres el árbol, ni tus raíces herirán la tierra, porque en tu vientre he ocultado el barro que permanece puro y en ti mi luz dará el primer vagido. No andarás por el mundo: me lo darás en ti.
Elemento.
Voluntad de mi diestra.

Me acunas modelándome,
y en el vaivén del nombre suspirado
niña y mujer se encuentran
sensualmente
y de la mano danzan en tu mano.

Traigo dos rostros. El del dolor eterno caldeará tus entrañas y de ellas un río de mi nombre dividirá las aguas de la sangre. Amarás en dos lenguas indistintas, macho y hembra serás para mi boca y en ti la muerte rendirá su trono. El de la caridad te endulzará los ojos, y en sus cuencas vacías parirás hijo e hija que soy para tu sexo.
Infinito.
Signo de mi siniestra.


Cuánto de piel inexplorada, amor,
encontrada en su espíritu
traes armónica al retorno.
Canta.





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Esta estructura me desconcierta un poco, pero el poema es hermoso de principio a fin que es lo importante.
He disfrutado con su lectura.

Un abrazo, Vivi.