Cuando bailan, bailamos sin tristeza,
con caricia de música y rocío,
despertando la vida si sonrío
sin abrir los recuerdos de pereza.
Anunciando el lenguaje en la proeza
de los cuerpos bebiendo señorío,
el refugio del aire y vocerío
abren paso en el baile con fineza.
Nuevamente la música alborota
con los ritmos que tocan en la radio
y abren sueños, momentos de alegría.
Risa y canto es la fuerza que denota
sensación de rugir en un estadio
disfrutando la gente en armonía.