Rafael Zambrano Vargas escribió:Inspirados y bellos versos, merecedores de tan gentil distinción
Enhorabuena
Abrazos . Rafael
Muchas gracias, Rafael.
Un abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Rafael Zambrano Vargas escribió:Inspirados y bellos versos, merecedores de tan gentil distinción
Enhorabuena
Abrazos . Rafael
Pablo Ibáñez escribió:Ramón,
enhorabuena por la merecida distinción, paisano. Un poema rebosante de lirismo y buen hacer, de aire modernista, donde ha sabido atrapar esos instantes íntimos de la noche. Me gusta mucho.
Un abrazo.
Espectacular, y como tal, merecidísimo galardón.Ramón Castro Méndez escribió:Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.
Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.
Hermoso poema, Ramón. Recibe mi felicitación y aplauso.Ramón Castro Méndez escribió:Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.
Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.
Alejandro Costa escribió:Espectacular, y como tal, merecidísimo galardón.Ramón Castro Méndez escribió:Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.
Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.
Un abrazo.
Felipe Fuentes García escribió:Hermoso poema, Ramón. Recibe mi felicitación y aplauso.Ramón Castro Méndez escribió:Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.
Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.
Un abrazo.
Felipe.