Belleza de poesía. Muy sensorial... Me ha encantado. Gracias, por compartir.José Manuel Sáiz escribió:SU PAZ AQUELLA TARDE
Recuerdo aún la tarde en la que ningún amigo
llamó a mi puerta.
Yo tenía doce años, el cielo estaba azul y el sol
ardía en los cristales.
Mi abuela puso sobre la mesa dulce de membrillo y algo
aún más grande y dulce que un verano, algo que yo no pude
o supe interpretar entonces. Yo pensaba que la amistad estaba
por encima del mundo y de las cosas.
Mi abuela acariciaba con ternura
mi nuca con sus manos, y me hablaba
para que no pudiera sentir la anchura exacta y la medida justa
de la desilusión.
Ahora
que ya no importa si alguien llama
o no a la puerta,
ahora que mi abuela ya no puede
hablar ni poner sobre la mesa dulce de membrillo,
ahora que me esfuerzo en recordar
sus manos en mi nuca y sentir la anchura y la medida exacta
de aquella desazón, ahora que he conseguido
interpretar bajo otro prisma lo que pensaba estaba encima
del mundo y de las cosas, ahora que arde en otra casa
el sol en los cristales, ahora solo quiero
dejar constancia, al fin, de lo que importa, agradecer así
su paz aquella tarde.
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Un abrazo.
BEGOÑA.