Óscar Distéfano escribió:Evidentemente no nos encontramos frente a una poesía de la dulzura, o del simbolismo, o del surrealismo, o de la exuberancia de metáforas y alegorías que muchos buscamos por estos tiempos, sino frente a esa otra poesía, no menos admirable y ardua, de lo conceptual, de la conjetura y la sentencia, buscando deliberadamente la misteriosa poesía de la erudición, de la reflexión lógica. Es una ardua tarea, que tantas veces me ha hecho saborear la aspereza y el caos y el fracaso.
El poema es denso. Cada palabra es insustituible y ninguna coma está demás. Justamente, estos versos, que a mí me resultan determinantes:
Por eso, la abstracción
se concentra en las rectas que conforman los círculos.
son los que nos abren el camino hacia la aprehensión intelectiva del poema (No es muy complicado aceptar que un círculo está conformado por infinitas rectas). Sólo en una soledad de meditación, de arrobo, de contemplación, podríamos alcanzar los aires necesarios para nuestra realización.
Se siente, ciertamente, algunos indicios de metapoesía; pero, más bien, creo que se trata de una observación de la vida misma; es decir, destellos de existencialismo puro.
En cuanto al ritmo, resalta la pulcritud del verso acentual imparisílabo, con unos eneasílabos que proporcionan ese carácter áspero, que neutraliza la musicalidad de los heptas y endecasílabos, y que ayudan poderosamente a la atmósfera del poema. Y encuentro dos versos “raros”
La paradoja es una curva intencionada (13 o 7+8 sílabas)
inequívoca semblanza del eclecticismo (14)
En el primero, si forzamos una sinalefa en la 5ª sílaba, el verso puede considerarse un tridecasílabo (aunque de carácter dudoso, por el peso del verbo "ser" y la frágil entonación del artículo "una"; y si lo entonamos libremente, podríamos leerlo cómodamente como un 7+8. El segundo es un verso sin sinalefas; sólo puede ser leído como 8+6, distorsionando la naturaleza de la familia imparisílaba; aunque, aclaremos, estos versos, de ninguna manera podrían ser cuestionados en un verso libre (y pensándolo bien, ni siquiera en un soneto), ya que, suponemos, fueron ubicados ahí por una cuestión de concordancia formal-semántica.
Como siempre, es muy edificante y grato leer un poema tuyo, estimado Roberto.
Un abrazo.
Óscar
Gracias, Óscar, por diseccionar tan pedagógicamente lo que ni yo mismo hubiera sabido hacer, porque escribo como vomito, sin más. Agradezco tu infinita paciencia y el afán que pones en tus comentarios. Un abrazo.