La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Rafel Calle escribió:
Es el don del lenguaje, se desboca cuando tomas en tus manos versos alejandrinos, amigo Ferreiro. Tu habilidad con los tetradecasílabos simétricos, consigue facturar obras de alta calidad rítmica, estilística y semántica.
Y, claro, qué otra cosa podíamos esperar de este poema, sino una cúspide de tu poesía.
(Por cierto, en la cuarta estrofa: su tránsito puro -verso corto-.)
Ha sido un placer leerte. Volveré a este gran poema. Iba para Catedrales, cuando me he quedado enredado aquí, disfrutanto de un trabajo eminentemente bellísimo.
Un fuerte abrazo.
Gracias, colega, sé como te gustan a ti ese ritmo de los alejandrinos. Gracias por ese apunte del verso corto; ya "etá amañao"
J. J. M. Ferreiro escribió:Lograrás extender un milagro radiante,
tornar al forjador de la tierra en el viento
fraguando la semilla bajo cielos de trigo.
Serás ruido... maestro sobre las estampidas
de la hora primera. Subsistirás diluido
en la templada savia del bosque de laurel
―penumbra de resinas y de excitados troncos.
Serás la tierra joven de humus negro y fecundo.
Germinando a través del ojo de las garzas,
verás la combustión de oxígeno en las células.
Tibio te besará el labio del verano.
Un elixir carnal brotará en tu pletórica
morada, rebosante de fragancia y bullicio
―el sudor cristalino que clama en el aliento
de los vientres y huevos cuajados de criaturas.
El ocaso serás en la enlunada sien,
en el color febril que en las jaras delira.
Serás la palidez de un lago rico en aves,
lienzo que nutrirá los ojos de los niños,
el avizor silencio de su cuerpo espontáneo.
Sentirás el murmullo en todas las riberas
allí donde la fronda cela tu desnudez
y reluce la hierba apretada en tus muslos.
Serás un corazón de veloces latidos,
curvando como cimbras la mañana pimienta,
la revuelta marina ―flanco añil del abismo.
Serás la negra chova y el fantasma del Castro,
convocado en salitre, tormenta y aguacero.
Serás agua salvaje, su inmaculado tránsito.
Hundiras luz con piedra en un mar desmedido.
Tu destino será la sed de las estirpes
forjadas en la tierra ―mineral del olvido.
Pero regresarás divulgado en la sangre,
en relente de bruma, deshonrando Las Moiras.
Guillermo Cuesta escribió:Ganarás el pan con el sudor de tu frente y lucharás de sol a sol
para que la tierra te devuelva lo que a tí poeta te devuelve la palabra.
Esa palabra que cala a través de la imagen para poner raiz y vida
en la sensación de cada esfuerzo.
Un abrazo
Gracias Guillermo por tan hermosísimo comentario. Es todo un honor.
J. J. M. Ferreiro escribió:Lograrás extender un milagro radiante,
tornar al forjador de la tierra en el viento
fraguando la semilla bajo cielos de trigo.
Serás ruido... maestro sobre las estampidas
de la hora primera. Subsistirás diluido
en la templada savia del bosque de laurel
―penumbra de resinas y de excitados troncos.
Serás la tierra joven de humus negro y fecundo.
Germinando a través del ojo de las garzas,
verás la combustión de oxígeno en las células.
Tibio te besará el labio del verano.
Un elixir carnal brotará en tu pletórica
morada, rebosante de fragancia y bullicio
―el sudor cristalino que clama en el aliento
de los vientres y huevos cuajados de criaturas.
El ocaso serás en la enlunada sien,
en el color febril que en las jaras delira.
Serás la palidez de un lago rico en aves,
lienzo que nutrirá los ojos de los niños,
el avizor silencio de su cuerpo espontáneo.
Sentirás el murmullo en todas las riberas
allí donde la fronda cela tu desnudez
y reluce la hierba apretada en tus muslos.
Serás un corazón de veloces latidos,
curvando como cimbras la mañana pimienta,
la revuelta marina ―flanco añil del abismo.
Serás la negra chova y el fantasma del Castro,
convocado en salitre, tormenta y aguacero.
Serás agua salvaje, su inmaculado tránsito.
Hundiras luz con piedra en un mar desmedido.
Tu destino será la sed de las estirpes
forjadas en la tierra ―mineral del olvido.
Pero regresarás divulgado en la sangre,
en relente de bruma, deshonrando Las Moiras.
Tu alcance y perspectiva poetica crea un
ambiente conceptual de gran envergadura y significados. Bello y poderoso poema. Me maravillas, Ferreiro. Abrazos, ERA
esta voz tuya tan personal, orgánica, telúrica, esencial, es la que más me gusta de ti. En esta vena es como consigues, en mi opinión, tus más logrados versos. La bruma marina, el bosque Atlántico, la húmeda tierra de la que brota la vegetación, la vida microscópica que inunda la mañana de aromas milenarios. Todo tan bien ensamblado y desarrollado como no puede ser menos en alguien que, de verdad, sabe de esto.
Un abrazo, amigo.
Es un gran honor tenerte pora aquí amigo Pablo; gracias por tan "telúrico" comentario. El poema lleva esas intencios; la de regreso a dónde verdaderamente pertenecemos a la "Naturaleza", celebrando sus esplendores.
"En el haz áureo de tu faro están mis pasos
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
J. J. M. Ferreiro escribió:Lograrás extender un milagro radiante,
tornar al forjador de la tierra en el viento
fraguando la semilla bajo cielos de trigo.
Serás ruido... maestro sobre las estampidas
de la hora primera. Subsistirás diluido
en la templada savia del bosque de laurel
―penumbra de resinas y de excitados troncos.
Serás la tierra joven de humus negro y fecundo.
Germinando a través del ojo de las garzas,
verás la combustión de oxígeno en las células.
Tibio te besará el labio del verano.
Un elixir carnal brotará en tu pletórica
morada, rebosante de fragancia y bullicio
―el sudor cristalino que clama en el aliento
de los vientres y huevos cuajados de criaturas.
El ocaso serás en la enlunada sien,
en el color febril que en las jaras delira.
Serás la palidez de un lago rico en aves,
lienzo que nutrirá los ojos de los niños,
el avizor silencio de su cuerpo espontáneo.
Sentirás el murmullo en todas las riberas
allí donde la fronda cela tu desnudez
y reluce la hierba apretada en tus muslos.
Serás un corazón de veloces latidos,
curvando como cimbras la mañana pimienta,
la revuelta marina ―flanco añil del abismo.
Serás la negra chova y el fantasma del Castro,
convocado en salitre, tormenta y aguacero.
Serás agua salvaje, su inmaculado tránsito.
Hundiras luz con piedra en un mar desmedido.
Tu destino será la sed de las estirpes
forjadas en la tierra ―mineral del olvido.
Pero regresarás divulgado en la sangre,
en relente de bruma, deshonrando Las Moiras.
Vibrante canto sobre el paisaje gallego de tu alma, amigo Ferreiro. Todo es promesa de futuro y afirmación desgarrada. Todo es deseo y anhelo. Todo es necesidad de que así sea. Y será.
Con un abrazo.
Salud.