Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
agradecido por tus grato comentario, Matilde.Matilde Maisonnave escribió:¡Qué preciosidad de historia! Los recuerdos permanecen vivos cuanto más tiempo pasa. El primer amor y el beso, todo tan mágico...
La vida con éxitos y fracasos, el reloj que no para; un día uno se da cuenta que eso de querer crecer en años y estatura, nos lleva a revivir la juventud, a desearla porque no hay nada más bello.
Abrazos desde mi mar
Matilde
Pues qué puede decir este permanente aprendiz de escribidor de versos ante comentario tan reconfortante.Josefa A. Sánchez escribió:Un hermoso poema de gran altura lírica el que nos ofreces para el disfrute del lector. Un placer venir.
Un abrazo.
Pepa
Vaya mi agradecimiento, Guillermo, por tan grato comentario.Guillermo Cuesta escribió:Buenos recuerdos alimentados de amor con la lírica poesía
fardando de verso y de palabra.
Un placer, amigo, de lectura
Un abrazo
Guillermo
Ante todo decirte que hay imágenes en tu poemaVicente Fernández-Cortés escribió:Jamás podré olvidar nuestra primera cita,
aquel instante mágico y eterno.
Y es que las cosas que suceden por primera vez
pretenden ese rango inmutable de lo definitivo.
Porque el olvido es territorio ruin de una memoria fósil
es por lo que te traigo ahora a este poema.
¿Recuerdas, vida mía?
Tú escapabas de aquel ascensor triste
con la expresión ingenua de la Maga en tu pupila
y la fragilidad de una muñeca de Biscuit.
y yo, que nunca fui de Oliveira por la vida, te presagiaba así,
sin más bagaje que un recato infantil en la mirada
y un volcán a estrenar en la maleta.
Le boulevard Raspail se te rindió, inclinado a tus pies
(y a los secretos de tu minifalda)
como una fortaleza de Verona sin patrias potestades ni prejuicios.
Aún retengo en la memoria viva
la trémula mordaza de tus labios en mi boca
al quite de un te quiero interrumpido.
Lo recuerdo bien, éramos jóvenes apátridas
sobrevivientes de una pizarra negra y opresora
y la carne exigía su cuota inaugural de inédita impudicia.
Créeme lo que afirmo, princesa de mis sueños,
ahora que los tiempos han cambiado no vengo de mendigo
pero deja que te diga en esta madrugada
que ya no me sostiene ni la copa
que este relato cruel que aquí te cuento
fue una historia de amor
y las historias de amor nada tienen que ver con el olvido,
no se pueden morir
porque están hechas de la misma masa gloriosa que los mitos.
Concha Verónica Vidal escribió:ayayayyyy... Vicente, los recuerdos... ¿sabes? siempre he dicho que no debian existir y siempre también después me hago la misma pregunta ¿ o sí debian existir?
Y siempre tambien me quedo sin respuesta.
Abrazos, Vicente, desde aquí.
Tal vez tengas razón, Roberto, pero yo prefiero pensar que dejan huella indeleble. Unas veces tatuaje evocador, otras cicatriz dolorosa.ROBERTO LÓPEZ escribió:Vicente Fernández-Cortés escribió:
Es cierto que las cosas que ocurren por primera vez llevan el título de "para siempre", aunque hay ocasiones que las circunstancias parecen coaligarse para aportar su dosis de caducidad. Un hermosísimo poema, Vicente. Saludos.