Pasiones lejanas (Orígenes IV)
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Rafel Calle
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Pasiones lejanas (Orígenes IV)
Seductores y orgullo como el cuello de un cisne,
brevemente calor y urgencias solidarias,
eran lago y eran vuelo de un presagio que envuelve
dos historias de luces desterradas.
Parecían especies de un crepúsculo rojo,
arrebol en la umbra cuando ciegan su vano,
la distancia más corta al coraje desnudo;
dimensiones que fluyen en los destellos tardos.
Eran el origen de la distancia en los cuerpos de gran similitud.
Orígenes que se juntan y repelen en virtud de sus pecados.
Ella.
Recoveco de luz, te habla la imprudencia
o un fluido de bengala, laberinto de sol enamorado,
rescatas la costumbre de mirar a los ojos
y la fusión del hierro entre las manos.
Veo magia; y nace de las cosas sencillas.
Son cosas del amor o es un milagro.
Él.
Qué cosas dices, pólvora tú, maravilla. ¿Sabes?
luzco poco en los lánguidos litigios del carácter,
haz corajudo, haz eminentemente aciago,
ni frío, ni calor, algo quejoso, inoperante,
vestigio de un candil, también enamorado.
Ella.
Qué duro es el amor en la estancia furiosa
de un grafismo velado,
un desorden albino en la distancia,
un paisaje nublado,
la mortandad del rojo por el gris,
la imposición del negro sobre el blanco.
Él.
Qué duro es el amor si habita la consciencia del todo por la nada,
horizonte vacío de los desanimados;
qué duro si comprende que no es fácil rescatar
en la distancia, la parte de energía que ha tratado de asir entre los brazos.
Ella.
Qué duro es el amor si tú no estás o estás ausente
cuando hierve el calor desconcertado
en la sombra que huye de su materia hostil.
Así, qué duro es el amor, ¿es un rayo de luz? No. Es solamente un rayo.
Off
Eran la condición del encanto del río
que baja por derecho de alguna lejanía,
eran cruces y lastres y meandros sedientos,
densa jovialidad que amamanta los cauces.
Alarde y redención de presencia virtual,
querían ser caudales poderosos
y eran una escasez de luz y dos pasiones.
Él
Es pronto para saber si he vuelto sano y salvo, aunque quizá las transgresiones
no fueron capitales, otoño pedigüeño, la fábula fetal de la memoria
o todas las pasiones animales, en el pozo más frío de un castillo de naipes
donde el tiempo parece una flor inasible, una almena medrosa, musgo y piedra insolente.
Luego, un jardín ocupado con las rosas febriles.
Ella.
Es más verdad la piedra de una choza que un palacio de naipes,
ayer fue una estrategia del todo improcedente, inconsciente, indecente, partida demencial.
El as a quien le pesa lo mucho que no ha sido, así sería el futuro,
si no fuera el presente una baza en las manos de un amable destino.
Off.
Habiten la inconsciencia del todo por la nada,
no sientan el vacío de los desanimados,
que les quede costumbre de mirar a los ojos
y conserven la fuerza del calor en las manos.
Que sepan evaluar la parte de energía resbalada
que han tratado de asir entre los brazos; es ahora,
que les da por pensar que su ciclo es incierto,
cuando el alma es un clon desabrigado,
una sombra que se agarra a su materia.
Él.
Fui atributo del encanto pendenciero y casi en guerra primordial reconvertido,
tic tac ambivalente; ahora, del ámbito que soy, tan solo queda un niño.
Es más cierto el mañana que un origen desalmado.
Ella.
Es más cierta que yo la costumbre del pétalo,
se aglutina en la yema de la palabra tibia,
diáspora de las flores cardinales,
el hogar del edén es un ánfora anfibia
o sirenas de lujo y mujeres capaces.
La certeza es la paz en la guerra del norte.
Y el origen no puede ser la lejanía.
Él.
Es más cierto ser frío, Antártida de los ascetas,
si el calor es el pacto de dos llamas confusas.
Y más cierto rendirse a una promesa
cuando vencen los senos que son dos travesuras.
Ella.
Es más cierta la costumbre del beso en la casa o el sur de la piel que nos habla.
Ella y él.
Y tan cierta como nosotros, la luz que besa en las llagas del invierno.
La luz que besa.
Llagas.
Invierno.
-
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re: Pasiones lejanas (Orígenes III)
Te felicito por esta hermosísima entrega
Abrazos
Pilar
- Luna de Nos
- Mensajes: 4114
- Registrado: Vie, 18 Ene 2008 2:00
Re: Pasiones lejanas (Orígenes III)
Luego los puntos cardinales tocados de manera casi imperceptible, en lo que veo màs de una lectura.
En fin, es difìcil asir todo lo que deja el texto, y ademàs tal vez sea impropio sacar conclusiones que probablemente difieran del orìgen del mismo, en todo caso, sòlo decir 'me llegò' y dejar librado a mi subjetividad què fue lo que vì, y a la tuya suponerlo.
Un saludo afectuso, Luna.-
Rafel Calle escribió:Off.
Seductores y orgullo como el cuello de un cisne,
brevemente calor y urgencias solidarias,
eran vértigo, brío, un presagio que envuelve
dos historias de luces desterradas.
Parecían especies de un crepúsculo rojo,
arrebol en la umbra que ha perdido su vano,
la distancia más corta al coraje desnudo;
dimensiones que fluyen en los fanales tardos.
Ella.
Recoveco de luz, te habla la imprudencia
del sino disconforme, laberinto de sol enamorado,
rescatas la costumbre de mirar a los ojos
y la fusión del hierro entre las manos.
Veo magia; y nace de las cosas sencillas.
Son cosas del amor o es un milagro.
Él.
Qué cosas dices, maravilla. ¿Sabes?
vuelvo de los grandes litigios del carácter,
haz corajudo, haz eminentemente aciago,
ni frío, ni calor, algo ignorante,
vestigio del sentir, también enamorado.
Ella.
Qué duro es el amor en la estancia furiosa
de un grafismo nublado,
un desorden albino en la distancia,
un paisaje celado,
la mortandad del rojo por el gris,
la imposición del negro sobre el blanco.
Él.
Qué duro es el amor si habita la consciencia del todo por la nada,
horizonte vacío de los desanimados;
qué duro si comprende que no es fácil rescatar
en la distancia, la parte de energía que ha tratado de asir entre los brazos.
Ella.
Qué duro es el amor si tú no estás, de estar ausente,
cuando hierve el calor desconcertado
en la sombra que huye de su materia hostil.
Así, qué duro es el amor, es un rayo sin luz, es solamente un rayo.
Off
Eran la condición del encanto del río
que baja por derecho de alguna lejanía,
eran cruces y lastres y meandros sedientos,
la inmensa gratitud que alimenta los cauces.
Alarde y redención, frugal concupiscencia
de libre lealtad a las lagunas nobles,
dos límites de un rastro poderoso,
en la similitud de las pasiones.
Él
Es pronto para saber si he vuelto sano y salvo, aunque quizá las transgresiones
no fueron capitales, otoño pedigüeño, la fábula fetal de la memoria
o todas las pasiones animales, en el pozo más frío de un castillo de naipes
donde el tiempo parece una flor inasible, una almena medrosa, musgo y piedra insolente.
Luego, un jardín ocupado con las rosas febriles.
Ella.
Es más verdad la piedra de una choza que un palacio de naipes,
ayer fue una estrategia del todo improcedente;
el as a quien le pesa lo mucho que no ha sido, así será el futuro,
si no fuera el presente una baza en las manos de un amable destino.
Off.
Habiten la inconsciencia del todo por la nada,
no sientan el vacío de los desanimados,
que les quede costumbre de mirar a los ojos
y conserven la pizca de calor en las manos.
Que sepan evaluar la parte de energía resbalada
que han tratado de asir entre los brazos; es ahora,
que les da por pensar que su ciclo es incierto,
cuando el alma es un clon desabrigado,
una sombra que se agarra a su materia.
Él.
Fui atributo del encanto pendenciero y casi en guerra primordial reconvertido,
tic tac ambivalente; ahora, del ámbito que soy, tan solo queda un niño.
Es más cierto el mañana que un cariño sin rumbo.
Ella.
Es más cierta que yo la costumbre del pétalo,
se aglutina en la yema de la palabra tibia,
diáspora de las flores cardinales,
el olor del edén es un ánfora anfibia
o sirenas de lujo y mujeres sociales.
La certeza es la paz en la guerra del norte.
Él.
Es más cierto ser frío, Antártida de los ascetas,
si el calor es el pacto de dos llamas confusas.
Y más cierto rendirse a una promesa
cuando vencen los senos que son dos travesuras.
Ella.
Es más cierta la costumbre del beso en la casa o el mar de la piel que nos habla.
Ella y él.
Y tan cierta como nosotros, la luz que besa en las llagas del invierno.
José Chapa
http://www.karikanfibolia.blogspot.com
http://www.elsolyanoeselsol.blogspot.com
-
- Mensajes: 19451
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
Re: Pasiones lejanas (Orígenes III)
Rafel Calle escribió:Off.
Seductores y orgullo como el cuello de un cisne,
brevemente calor y urgencias solidarias,
eran vértigo, brío, un presagio que envuelve
dos historias de luces desterradas.
Parecían especies de un crepúsculo rojo,
arrebol en la umbra que ha perdido su vano,
la distancia más corta al coraje desnudo;
dimensiones que fluyen en los fanales tardos.
Ella.
Recoveco de luz, te habla la imprudencia
del sino disconforme, laberinto de sol enamorado,
rescatas la costumbre de mirar a los ojos
y la fusión del hierro entre las manos.
Veo magia; y nace de las cosas sencillas.
Son cosas del amor o es un milagro.
Él.
Qué cosas dices, maravilla. ¿Sabes?
vuelvo de los grandes litigios del carácter,
haz corajudo, haz eminentemente aciago,
ni frío, ni calor, algo ignorante,
vestigio del sentir, también enamorado.
Ella.
Qué duro es el amor en la estancia furiosa
de un grafismo nublado,
un desorden albino en la distancia,
un paisaje celado,
la mortandad del rojo por el gris,
la imposición del negro sobre el blanco.
Él.
Qué duro es el amor si habita la consciencia del todo por la nada,
horizonte vacío de los desanimados;
qué duro si comprende que no es fácil rescatar
en la distancia, la parte de energía que ha tratado de asir entre los brazos.
Ella.
Qué duro es el amor si tú no estás, de estar ausente,
cuando hierve el calor desconcertado
en la sombra que huye de su materia hostil.
Así, qué duro es el amor, es un rayo sin luz, es solamente un rayo.
Off
Eran la condición del encanto del río
que baja por derecho de alguna lejanía,
eran cruces y lastres y meandros sedientos,
la inmensa gratitud que alimenta los cauces.
Alarde y redención, frugal concupiscencia
de libre lealtad a las lagunas nobles,
dos límites de un rastro poderoso,
en la similitud de las pasiones.
Él
Es pronto para saber si he vuelto sano y salvo, aunque quizá las transgresiones
no fueron capitales, otoño pedigüeño, la fábula fetal de la memoria
o todas las pasiones animales, en el pozo más frío de un castillo de naipes
donde el tiempo parece una flor inasible, una almena medrosa, musgo y piedra insolente.
Luego, un jardín ocupado con las rosas febriles.
Ella.
Es más verdad la piedra de una choza que un palacio de naipes,
ayer fue una estrategia del todo improcedente;
el as a quien le pesa lo mucho que no ha sido, así será el futuro,
si no fuera el presente una baza en las manos de un amable destino.
Off.
Habiten la inconsciencia del todo por la nada,
no sientan el vacío de los desanimados,
que les quede costumbre de mirar a los ojos
y conserven la pizca de calor en las manos.
Que sepan evaluar la parte de energía resbalada
que han tratado de asir entre los brazos; es ahora,
que les da por pensar que su ciclo es incierto,
cuando el alma es un clon desabrigado,
una sombra que se agarra a su materia.
Él.
Fui atributo del encanto pendenciero y casi en guerra primordial reconvertido,
tic tac ambivalente; ahora, del ámbito que soy, tan solo queda un niño.
Es más cierto el mañana que un cariño sin rumbo.
Ella.
Es más cierta que yo la costumbre del pétalo,
se aglutina en la yema de la palabra tibia,
diáspora de las flores cardinales,
el olor del edén es un ánfora anfibia
o sirenas de lujo y mujeres sociales.
La certeza es la paz en la guerra del norte.
Él.
Es más cierto ser frío, Antártida de los ascetas,
si el calor es el pacto de dos llamas confusas.
Y más cierto rendirse a una promesa
cuando vencen los senos que son dos travesuras.
Ella.
Es más cierta la costumbre del beso en la casa o el mar de la piel que nos habla.
Ella y él.
Y tan cierta como nosotros, la luz que besa en las llagas del invierno.
Estamos ante un hermoso trabajo poético, Rafel. Las voces se fusionan y enlazan para Sentir; mientras tanto, los símbolos cruzan puentes semánticos bellísimos y el texto viaja hasta las primeras luces de la evolución bipersonal. Dos que callan, que galopan, que incendian el refugio de los imposibles, dos que alternan las bocas y los apuestas del Vivir.
El verso final es Inmenso. Ovación cerrada y sostenida, amigo.
Un abrazo fuerte,
Hallie
- Rafel Calle
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El poema quiere hablar del amor en la lejanía. Dos seres se aman, pero no pueden estar juntos.
He tratado de establecer un diálogo entre la pareja, añadiendo una voz en off que empieza presentando y termina aconsejando de acuerdo a lo que han dicho ella y él (confesiones, pasado, presente, futuro).
Es una forma de poema que empecé con "Pan duro"; todo se debe a que Luis Oroz y un servidor queremos recitar en público a menudo, así que, en el caso de mis poemas, se recitarán a tres voces y por lo menos una femenina. Ya veremos, mientras que no nos tiren tomates, jajaja. A ver si te atreves a recitarlo con Luis y conmigo en la próxima reunión de Alaire.
Por cierto, este poema no lo doy por terminado, creo que me falta bastante para que sea digerible. Los poemas largos si no son medio regulares..., pues eso. Lo que pasa es que Ferreiro ya va por el cuarto poema, Luis por el tercero, y yo me estaba rezagando. Lo iré rectificando poco a poco, o eso es lo que pretendo.
Un fuerte abrazo.
- Josefa A. Sánchez
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Ver es más que abrir los ojos y apuntar nuestras angustias. Es más que calibrar las agujas del pecho a la rutina.
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- Rafel Calle
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Como le he comentado a Pilar, iré retocando el poema hasta que no vea forma de mejorarlo.
Dado que Hallie y tú habéis copiado la primera versión, se podrá seguir el desarrollo de mis rectificaciones.
En cuanto a las estaciones, pues sí, son estadios...
La estrofa que señalas quiere resumir lo más importante de lo dicho por la pareja.
En fin, seguiremos.
Un cordial abrazo.
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- Rafel Calle
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- Víctor F. Mallada
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re: Pasiones lejanas (Orígenes III)
Muy bueno, Rafel
Leyendo este poema me imagino las escenas de una obra de teatro de la que sólo vemos una parte. Haces pasar delante del lector unos "flash cards" vitales para que se retrate y se entretenga, mientras hablas de amores, de la condición del ser, de la filosofía de la vida...
A pesar de su longitud, el poema tiene muy fácil lectura. Muy rítmico, a mi entender, con acentos predominantes en 6ª sílaba, que rompes de vez en cuando para que la "melodía" no resulte demasiado recurrente.
Hay algunos versos, a mitad del poema, que podrían tener una distribución diferente, para mantener la tensión del ritmo y no hacerlos demasiado largos... es sólo un pequeño apunte.
En fín, maestro, !menudo trabajo!
Víctor
- Rafel Calle
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- Ubicación: Palma de Mallorca
Se trata, como ya he dicho, de un poema de amor en la distancia, su origen, el porqué.
Por cierto, hace poco estuve en el Paseo Perea, de Santander, y creo que encontré la cervecería en la que estuvo tu hermana Mari Cruz, cuando se originó el argumento de su Paseo Perea. En fin, es un poema que me gusta mucho y sentí algo especial recordándolo allí mismo. Cosas de poetas, supongo.
Un fuerte abrazo.