Historias que van y vienen

[Rafel Calle]

“Historias que van y vienen”, querido amigo José Manuel, creo que es tu mejor trabajo, el más completo porque ansía equilibrar la narración y la sugerencia; porque presenta esa labor melódica de un artesano del verso, en el ritmo acentual sustentando la combinación polimétrica de versos con el axis par; porque la técnica está bien plantada (encabalgamientos con precisión sintáctica, tropos bien dibujados y, sobre todo, procedentes…), y porque hay una historia ligada entre trepidantes metáforas hasta conformar una excelente propuesta alegórica.

En suma, se trata de un poema de “fuerza mayor”; independientemente del resultado, tiene el poso de las obras que nacen con vocación de transmitir y crecen y crecen y se desarrollan a medida que son leídas. En ese universo versal, existen muchos detalles, muchas manifestaciones que bailan esperando una pareja (el lector) para juntarse y comulgar la melodía en toda su extensión semántica. Las obras afortunadas crecen con las lecturas, mientras que las infelices menguan a medida que son leídas, esa es la diferencia que marcan las obras de “fuerza mayor”.

En fin, como he dicho, hay ligazón metafórica entre una cada vez más interesante y envolvente polisemia, lo cual, es el signo más claro de que quieres crecer como el poeta que narra en un mundo paralelo y, aunque no sería perentorio, en este caso con la consistencia rítmica de un artesano versal, porque, efectivamente, para lo otro ya tenemos la prosa.

Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, es muy hermoso.

(Por cierto, puedes llamarlo "escribir para poetas", pero yo lo llamo aprovechar los resortes del verso para transmitir mejor. Ya ves que el verso es todo un mundo a disposición de transmitir en el dificilísimo cosmos del poema. Indudablemente, siempre has tenido instinto poético, aun antes de saber lo que sabes, pero ahora a nadie le puede extrañar que la transmisión sea más efectiva ya que se produce en la redondez del mejor conducto que existe: el lenguaje versal.)

Un fuerte abrazo.

[Hernán Correa]

Notable aportación con todo el aura que envuelve a los poemas que llegan para quedarse en la memoria del lector. Permítame felicitarlo, José Manuel.

[Víctor F. Mallada]

Sin embargo es la ausencia la que brilla
real ante los ojos.

Hola, José Manuel.
Me encanta leer de astronomía y ese fenómeno que citas, la diferencia entre lo que uno ve y la realidad, ha traído de cabeza a los filósofos desde siempre, pero tendemos a pensar que lo que vemos es lo real y, a veces, así nos va.

Un abrazo, maestro.

Víctor

[Vicente Santisteban]

Excelente poema, es largo pero no se hace pesado. Un gusto leer tan hermosos versos que dan lugar a tan interesantes comentarios.
Con mis saludos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Sencillo, magníifico y profundo, creo que con estos tres adjetivos se define una de las mejores obras que te he leído. Y lo que lo hace distinto, y obligatoriamente reflexivo es esa sencillez misteriosa de los cristalino que muchas veces se nos escapa por eso precisamente porque es sentido común de los valores y reflexiones profundamente humanas, del que nadie hace caso.

Todo un placer, querido amigo.

Espero verte por León.

Un fuerte abrazo.

[Pablo Ibáñez]

Jose Manuel,

No tuve oportunidad de leer este poema cuando lo publicaste y lo he hecho ahora con deleite y admiración por tu capacidad para la descripción lírica. La tres descripciones, aparentemente inconexas, encuentran su conexión en el párrafo final. Son como tres poemas diferente que al final se relacionan de una manera brillante y sorprendente.

Una pasada.

[José Manuel Sáiz]

Vaya, también, con la felicitación por este poema, la enhorabuena por el premio conseguido en el I Certamen de Poesía Blanca Sandino. Con un abrazo, José Manuel. Disfruta este momento de merecido reconocimiento.
Salud

Gracias Julio, a veces vuelvo tarde para responder a los comentarios, pero poco a poco lo voy haciendo.
Agradezco mucho tu felicitación y tus palabras.
Un abrazo
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

Las histotrias vienen, unas veces de muy lejos y otras las encuentras en las propias reflexiones. Ahí, en esas, luce tu poema,digno de tu pluma y digno de un aplauso-. Al final enmudece la venganza y así debe ser.
Mi enhorabuenatambién por ese Segundo premio en el I Certamen Blanca Sandino-

Un abrazo

Guillermo

Muy agradecido por tu amable comentario, Guillermo.
Un fuerte abrazo
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

Es un poema hermoso, José Manuel, mi ehnorabuena, por éste y por Huir de Ítaca, es un placer leerte, un abrazo.

Gracias Isabel, la verdad, yo apostaba más por éste poema que por el de Itaca, pero uno nunca sabe por dónde saltará la liebre, jeje.
Un abrazo
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

Casi no queda nada que decir, a pesar de lo cual y a riesgo de repetirme diré que me parece un magnifico poema. Sugerente, emotivo, reflexivo. No se si es un cambio de registro, porque creo que tu registro es de los más amplio y tienes mucho margen de maniobra entre sus orillas. A mi lo que me parece no es que cambias, sino que creces y eso en poesía no es decir poco. Felicidades por el premio y gracias por ser así, como eres.
Un abrazo.
Pepa

Muy amable Josefa por tu generoso comentario. Uno aprende sobre todo de poetas como tú.
Muchas gracias por todo.
Un abrazo
J. manuel

[José Manuel Sáiz]

Sí, estoy con los compañeros, tu poesía crece y crece y este poema lo demuestra, es magnífico y me ha encantado.
Ya te felicité , lo vuelvo a hacer y lo haré con dos sonoros besos en Madrid.
Abrazos
Pilar

jajaja, gracias Pilar. recuerdo esos besos y la felicitación de tu marido. Un abrazo fuerte para ambos.
J. manuel

[José Manuel Sáiz]

HISTORIAS QUE VAN Y VIENEN


Vemos la luz del astro que ya no es y pensamos
he ahí la realidad. Antes, en lo remoto,
la estrella proyectó sobre el espacio
el último estertor de su estallido.

Sin embargo es la ausencia la que brilla
real ante los ojos.

Nada es lo que parece. Vivimos la mentira,
la exhibición virtual de la apariencia;
mientras tanto seguimos navegando
bajo estrellas que tal vez, ya no existen.
……………………

Es él, no cabe duda, mi enemigo.
Ante mí el coronel,
el hombre que arruinó mi vida.

Como un guerrero herido
desfila ante un ejército de árboles en su jardín.
Saluda, gesticula (en el suelo se proyecta
la sombra de lo grotesco). No es el mismo.
El tiempo ajó lo altivo de su porte, el terrible
aspecto de su rostro.

Es él, sí, el sanguinario; el coronel.
Cada orden de sus labios fue la angustia,
la muerte para muchos (sin embargo es la baba
la que rezuma ahora por su boca).

Le llamo. Se detiene.
No recuerda quien soy, quien fui,
ni sabe a lo que vengo. Me mira con candor,
con dulzura; como un cordero;
quizás el tiempo le hizo vulnerable.

Reclamo mi venganza con el odio
que jamás olvida. Una bala lleva
su nombre en mi revólver. A ella enfrento
la sien de su cabeza.

Sumido en una insólita inocencia
el anciano no advierte mi amenaza.
Por sorpresa me coge por el brazo al sentir la imagen
horrible del espanto: sutil como un soldado
un insecto repta por su hombro;
lo señala, balbucea, llora de impotencia;
parece el llanto de un niño temeroso.

Me enfrento con asombro al desconcierto
cegado por la gloria de una extraña
luz ligera: es el aura compasiva de un ángel invisible.
¿Qué fue de mi enemigo? ¿dónde está el sanguinario?
sólo veo la ruina de un anciano, un insecto,
y a lo lejos la sombra del rencor
huyendo entre los árboles.

Y le venzo -o me vence-
y al fin descanso para siempre cuando acaricio
con ternura, su sienes con mi mano.
……………….

El hombre se olvidó del pez.
El pez también olvida quien se encarga
de darle su sustento. Nos mira en su pecera
con ingenua paciencia transitiva.

Su temporal memoria le hace libre.
Tropieza en cada giro a su universo
con el vidrio que acota su existencia pensando que su ahora
nunca es lo acontecido; que todo es nuevo, efímero,
precario en su presente inabarcable.

El hombre se acordó del pez.
El pez siente caer el alimento y come. Respira, vive;
después olvida. Y juzga por vasto y por enorme
lo exiguo de ese mundo que no vemos.
………......

Como el astro que alumbra sin estar;
como la compasión que duerme, y sin un porqué despierta
fugaz ante nosotros; como la transparencia
del pez tras un cristal, así también
las obras y los frutos de los que ya no están evocan
a veces su recuerdo; y nos dicen: Eh, mirad, seguimos
aún entre vosotros.


--oOo--

Tratas lo medular con esa compasión que tanto me hace reflexionar !
Tal vez el tiempo diluya los odios y las malas memorias, no se, depende
intrínsicamente de la persona o de las mentes sociales. A veces me cuesta muchísimo imaginar
que todo puede ser perdonado.

Un gran poema José. Mis felicitaciones siempre

abrazos

lázaro

Muchas gracias compañero. Tu comentario es de mucho valor para mi.
Un abrazo
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

Jose Tremendo poema fraccionado, eres un gran poeta y un gran amigo un honor estar entre estas plumas, felicitaciones por tu majestuosa obra literaria, me gusto la primera parte de esta cadena de poemas, eres un gran poeta

Gracias amigo. A mi también me gusta saberte entre mis letras. Que sepas que yo también soy fan de las tuyas.
Un abrazo.
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

José Manuel, estupendo poema. Un gusto leerte.
Saludos cordiales.

Gracias Álvaro. Me alegra que te haya gustado mi poema.
Un fuerte abrazo para ti.
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

“Historias que van y vienen”, querido amigo José Manuel, creo que es tu mejor trabajo, el más completo porque ansía equilibrar la narración y la sugerencia; porque presenta esa labor melódica de un artesano del verso, en el ritmo acentual sustentando la combinación polimétrica de versos con el axis par; porque la técnica está bien plantada (encabalgamientos con precisión sintáctica, tropos bien dibujados y, sobre todo, procedentes…), y porque hay una historia ligada entre trepidantes metáforas hasta conformar una excelente propuesta alegórica.

En suma, se trata de un poema de “fuerza mayor”; independientemente del resultado, tiene el poso de las obras que nacen con vocación de transmitir y crecen y crecen y se desarrollan a medida que son leídas. En ese universo versal, existen muchos detalles, muchas manifestaciones que bailan esperando una pareja (el lector) para juntarse y comulgar la melodía en toda su extensión semántica. Las obras afortunadas crecen con las lecturas, mientras que las infelices menguan a medida que son leídas, esa es la diferencia que marcan las obras de “fuerza mayor”.

En fin, como he dicho, hay ligazón metafórica entre una cada vez más interesante y envolvente polisemia, lo cual, es el signo más claro de que quieres crecer como el poeta que narra en un mundo paralelo y, aunque no sería perentorio, en este caso con la consistencia rítmica de un artesano versal, porque, efectivamente, para lo otro ya tenemos la prosa.

Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, es muy hermoso.

(Por cierto, puedes llamarlo "escribir para poetas", pero yo lo llamo aprovechar los resortes del verso para transmitir mejor. Ya ves que el verso es todo un mundo a disposición de transmitir en el dificilísimo cosmos del poema. Indudablemente, siempre has tenido instinto poético, aun antes de saber lo que sabes, pero ahora a nadie le puede extrañar que la transmisión sea más efectiva ya que se produce en la redondez del mejor conducto que existe: el lenguaje versal.)

Un fuerte abrazo.

Muchas gracias Rafel por éste más que instructivo comentario. Uno va aprendiendo poco a poco a base de la ayuda inestimable de poetas como tú.
Un fuerte abrazo y gracias de nuevo.
J. Manuel