Gipsófila

[E. R. Aristy]

Gipsófila
(Baby's breath)


Sus poemas eran de seda,
bellos,
sin marcas del tiempo,
haciendo caso omiso de la amenazante hoz
(del invierno),
eran de una primavera eterna.


La más rara orquidea sobresalía del ramo,
margaritas, claveles, tulipanes aprensados
por aros de gipsófilas, como copitos de algodones,
sofocaba ver lo atestado del jarrón,
“ sí, me encantan las flores”,
de seguro cada una tiene en las raíces
la historia de cómo llegó a sus manos,
son muchos años viajando sola la tienda de los 99¢
en Flatland Avenue, a una cuadra de Carnasie.

Yo podía ver lo felíz que se sentía con mi visita,
iba a ser larga; las paredes estaban repletas
de retratos, uno en particular, extraño, un bebé
acostado de espaldas sobre la mesa del comedor,
al notar mis ojos en esa dirección, empezó la historia,
inhalé resignada a que cayera sobre mí la mortaja de su dolor,
No había aire. No sé por qué la recuerdo hoy,
por qué la recuerdo en absoluto, creo que porque no debí
ser tan profesional, debí regresar con un ramo de rosas
y sentarme con ella hasta que se marchitara la tarde.

E. R. Aristy

[Josefa A. Sánchez]

Me ha gustado desde el titulo, (con esa respiración leve de bebé que se asemeja a pequeñas flores) hasta esa historia contada en un poema. Un placer estar.
Un abrazo.
Pepa

[Andrés García Santos]

Este poema me ha parecido bello y escrito con mucha sensibilidad, un gusto estar aquí.
Un abrazo, Era.

[Arancha Garci]

Estupendo poema que he disfrutado hasta el precioso final.
Un abrazo fuerte, Era.

[Administración Alaire]

Sube de la Sala de Espera.

[Margarita Mc Ewen]

Baby’s breath
(gipsófila)


Sus poemas eran de seda,
bellos,
sin marcas del tiempo,
haciendo caso omiso de la amenazante hoz
(del invierno),
eran de una primavera eterna.


La más rara orquidea sobresalía del ramo,
margaritas, claveles, tulipanes aprensados
por aros de gipsófilas, como copitos de algodones,
sofocaba ver lo atestado del jarrón,
“ sí, me encantan las flores”,
de seguro cada una tiene en las raíces
la historia de cómo llegó a sus manos,
son muchos años viajando sola la tienda de los 99¢
en Flatland Avenue, a una cuadra de Carnasie.

Yo podía ver lo felíz que se sentía con mi visita,
iba a ser larga; las paredes estaban repletas
de retratos, uno en particular, extraño, un bebé
acostado de espaldas sobre la mesa del comedor,
al notar mis ojos en esa dirección, empezó la historia,
inhalé resignada a que cayera sobre mí la mortaja de su dolor,
No había aire. No sé por qué la recuerdo hoy,
por qué la recuerdo en absoluto, creo que porque no debí
ser tan profesional, debí regresar con un ramo de rosas
y sentarme con ella hasta que se marchitara la tarde.

E. R. Aristy

Me gusta tu historia, tiene principio y tiene el final de la vida, ese que es tan inevitable. Un abrazo. Margarita.

[E. R. Aristy]

Me ha gustado desde el titulo, (con esa respiración leve de bebé que se asemeja a pequeñas flores) hasta esa historia contada en un poema. Un placer estar.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Pepa, es siempre un honor tu lectura. Besos,
Roxane

[Guillermo Cumar.]

Bello poema, amiga. Encantado de contemplar esta tarde tu ramillete
de versos que no marchitan.

Un abrazo

Guillermo

[E. R. Aristy]

Este poema me ha parecido bello y escrito con mucha sensibilidad, un gusto estar aquí.
Un abrazo, Era.

Abrazos Andres y gracias por darteuna vuelta por aqui.

Roxane

[E. R. Aristy]

Estupendo poema que he disfrutado hasta el precioso final.
Un abrazo fuerte, Era.

Gracias Arancha, me alegra haya sido asi.
Abrazos,
Roxane

[E. R. Aristy]

Baby’s breath
(gipsófila)


Sus poemas eran de seda,
bellos,
sin marcas del tiempo,
haciendo caso omiso de la amenazante hoz
(del invierno),
eran de una primavera eterna.


La más rara orquidea sobresalía del ramo,
margaritas, claveles, tulipanes aprensados
por aros de gipsófilas, como copitos de algodones,
sofocaba ver lo atestado del jarrón,
“ sí, me encantan las flores”,
de seguro cada una tiene en las raíces
la historia de cómo llegó a sus manos,
son muchos años viajando sola la tienda de los 99¢
en Flatland Avenue, a una cuadra de Carnasie.

Yo podía ver lo felíz que se sentía con mi visita,
iba a ser larga; las paredes estaban repletas
de retratos, uno en particular, extraño, un bebé
acostado de espaldas sobre la mesa del comedor,
al notar mis ojos en esa dirección, empezó la historia,
inhalé resignada a que cayera sobre mí la mortaja de su dolor,
No había aire. No sé por qué la recuerdo hoy,
por qué la recuerdo en absoluto, creo que porque no debí
ser tan profesional, debí regresar con un ramo de rosas
y sentarme con ella hasta que se marchitara la tarde.

E. R. Aristy

Me gusta tu historia, tiene principio y tiene el final de la vida, ese que es tan inevitable. Un abrazo. Margarita.

Gracias Margarita. Abrazos,
Roxane

[lazaro Habana]

Gipsófila
(Baby's breath)


Sus poemas eran de seda,
bellos,
sin marcas del tiempo,
haciendo caso omiso de la amenazante hoz
(del invierno),
eran de una primavera eterna.


La más rara orquidea sobresalía del ramo,
margaritas, claveles, tulipanes aprensados
por aros de gipsófilas, como copitos de algodones,
sofocaba ver lo atestado del jarrón,
“ sí, me encantan las flores”,
de seguro cada una tiene en las raíces
la historia de cómo llegó a sus manos,
son muchos años viajando sola la tienda de los 99¢
en Flatland Avenue, a una cuadra de Carnasie.

Yo podía ver lo felíz que se sentía con mi visita,
iba a ser larga; las paredes estaban repletas
de retratos, uno en particular, extraño, un bebé
acostado de espaldas sobre la mesa del comedor,
al notar mis ojos en esa dirección, empezó la historia,
inhalé resignada a que cayera sobre mí la mortaja de su dolor,
No había aire. No sé por qué la recuerdo hoy,
por qué la recuerdo en absoluto, creo que porque no debí
ser tan profesional, debí regresar con un ramo de rosas
y sentarme con ella hasta que se marchitara la tarde.

E. R. Aristy

Sensible historia y muy bellamente contada. Admiro a quién como tú se detiene
en el detalle. Un cuadro abarcador.

Abrazos siempre ERA

lázaro

[E. R. Aristy]

Bello poema, amiga. Encantado de contemplar esta tarde tu ramillete
de versos que no marchitan.

Un abrazo

Guillermo

Gracias Guillermo, abrazos

Roxane

[ingrid zetterberg]

Muy hermoso poema estimada poetisa. Siempre es bueno prestar oídos al dolor ajeno, quizás el solo hecho de escuchar les sirva de consolación. Recibe un abrazo sincero. Ingrid

[Javier Dicenzo]

Muy buen trabajo Aristi la verdad que me encantó tu poema