La diosa negra
Publicado: Sab, 17 Abr 2010 0:10
A Manuel Martínez Barcia
La diosa blanca sueña
en tu centro de luz
consagrado al poema que fluye como un río.
Te deja respirando entre la espuma fría
de un mundo cadencioso.
La rosa negra acude
a tus versos cargados de nostalgia.
El enigma te rompe los secretos
en soliloquios de belleza.
Una plegaria suena
con sonidos de sílabas ocultas.
La diosa negra inventa
vocablos escondidos para ti.
La rosa blanca sabe del silencio
y te dona palabras primigenias.
El pulso creador te está llamando
desde el vórtice antiguo,
en las legras que vienen de galaxias,
más allá de la sombra evanescente.
La diosa blanca crea
un lugar para ti dentro del agua.
En el fractal del verbo
la rosa blanca inspira tu visión.
La diosa negra sabe de la danza
a través de la herida.
La rosa negra busca
en la red del abismo
espacios invisibles del deseo.
Ana Muela Sopeña
La diosa blanca sueña
en tu centro de luz
consagrado al poema que fluye como un río.
Te deja respirando entre la espuma fría
de un mundo cadencioso.
La rosa negra acude
a tus versos cargados de nostalgia.
El enigma te rompe los secretos
en soliloquios de belleza.
Una plegaria suena
con sonidos de sílabas ocultas.
La diosa negra inventa
vocablos escondidos para ti.
La rosa blanca sabe del silencio
y te dona palabras primigenias.
El pulso creador te está llamando
desde el vórtice antiguo,
en las legras que vienen de galaxias,
más allá de la sombra evanescente.
La diosa blanca crea
un lugar para ti dentro del agua.
En el fractal del verbo
la rosa blanca inspira tu visión.
La diosa negra sabe de la danza
a través de la herida.
La rosa negra busca
en la red del abismo
espacios invisibles del deseo.
Ana Muela Sopeña